VALÈNCIA, 21 (EUROPA PRESS)
Un macho de la gacela Mhorr (Nanger dama mhorr) acaba de nacer en Bioparc València. Esta especie, también llamada gacela Dama, es la más grande y una de las más bellas. Actualmente se encuentra “en peligro crítico de extinción”, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) con un número de entre 100 y 200 ejemplares y llegó a desaparecer de su hábitat.
El español José Antonio Valverde fue “uno de los visionarios” al actuar para evitar la desgracia y hoy, gracias al empeño de profesionales e instituciones, se está recuperando dentro del Programa internacional de conservación de especies amenazadas (EEP) en el que participa con gran éxito Bioparc Valencia, destaca el parque en un comunicado.
La nueva cría de gacela Mhorr nació la noche de “luna del cazador”, está totalmente integrada en el grupo y ya puede contemplarse en el recinto exterior que recrea la sabana.
Esta nueva vida es fruto de la reproducción controlada y coordinada a nivel internacional y, una vez más, un motivo de esperanza para esta especie “salvada” de la extinción por estas necesarias actuaciones, añaden.
Únicamente algunos centros especializados de Europa, Norteamérica y Sudáfrica albergan esta especie de gacela, con el objetivo de conseguir un número suficiente y genéticamente viable para garantizar su supervivencia. Aunque en su hábitat natural la situación continúa siendo gravísima, con tendencia decreciente, el futuro pasa por reforzar el plan de reintroducción en distintos proyectos del norte de África.
FAMILIA ‘VALENCIANA’
El grupo de Bioparc Valencia está compuesto por una pareja reproductora, dos hembras “valencianas” y este último macho. Las gacelas que han ido naciendo desde 2015 se han trasladado, bajo el estricto control del EEP, a distintos parques para formar nuevos grupos y continuar con la recuperación de esta emblemática especie.
La gacela Mhorr –recalcan desde Bioparc– “es un claro ejemplo de la visión global de la conservación, donde es vital trabajar in situ y ex situ”. Y todavía es más importante educar, sensibilizar y difundir, para reconectarnos con la naturaleza, comprender el valor del medioambiente y entender el poder de las personas para cambiar y que la balanza del frágil equilibrio de la biodiversidad se incline hacia la vida, concluyen.
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