El periodista augura una nueva “ofensiva para impulsar la concertada” con el cambio del gobierno en la Generalitat
VALÈNCIA, 11 (EUROPA PRESS)
La “opacidad” en la escuela concertada en la Comunitat Valenciana y la necesidad de alejar la educación de la “batalla partidista” son algunos de los aspectos que recoge el periodista Moisés Pérez en el libro ‘El negoci de les aules’, en el que radiografía este modelo tras dos años de investigación y advierte de los riesgos de que se mantenga como un instrumento de “segregación” de alumnos.
“El PP tiene muy claro que volverá a hacer un impulso parecido de la ofensiva que hizo (cuando gobernaba antes de 2015) para que la concertada estuviera en una situación privilegiada. O incluso más grande, porque necesita a Vox para gobernar”, augura en una entrevista con Europa Press sobre la posibilidad de que se reviertan los cambios introducidos en los últimos años.
Moisés Pérez, periodista del semanario ‘El Temps’, presentará su libro el próximo jueves 15 a las 19 horas en el Octubre CCC de València. Esta publicación, fruto de la beca Josep Torrent de Periodisme d’Investigació de la Unió de Periodistes y editada por Alfons El Magnànim, surgió de su interés por arrojar luz a los “actores e intereses” que hay detrás de la educación concertada.
Durante su investigación descubrió que no era fácil acceder a datos del dinero público que reciben estos colegios. “Al final, se trata de empresas, aunque tengan un apartado de entidad sin ánimo de lucro o de congregación religiosa. Hacen una actividad económica, como prestar un servicio: la educación”, señala.
“LA CONCERTADA VIVÍA UNA ETAPA DE ORO”
Ante esta “opacidad”, Moisés Pérez decidió indagar sobre en qué situación se encontraba este modelo educativo y cómo había llegado hasta ahí: “La concertada vivía una etapa de oro, con bastantes privilegios incluso durante el confinamiento”.
Es algo que relaciona con los 20 años de gobierno del PP, en los que según él impulsó “todo un conjunto de iniciativas legislativas que favorecieron los negocios y los intereses de la concertada, con la concertación de etapas que no estaban previstas, la ampliación de conciertos a colegios que se pueden considerar elitistas o que incluso segregan por sexos…”
“Hizo todos los mecanismos para favorecer la concertada. Es decir, hizo toda una ofensiva para que la concertada estuviera en una situación privilegiada”, recalca, aunque reconoce que también hubo un “fenómeno migratorio” a los institutos públicos.
Con el cambio de gobierno en 2015, Moisés Pérez asegura que se intentó “equilibrar” esta situación –“como decía el exconseller (Vicent) Marzà: acabar con la barra libre de la concertada”–, algo que a su juicio se logró en parte en un principio pero después “chocó con los tribunales” mediante sentencias en contra del TSJCV y del Tribunal Supremo.
LA GENERALITAT, “ATADA POR LOS TRIBUNALES”
Los tribunales, lamenta, “ataron de pies y manos a la administración a la hora de planificar” la educación en un contexto de bajada de la natalidad, lo que a su parecer frenó una posible expansión de la pública en detrimento de la concertada”. “Y, con ello, las expectativas del Botànic en su segunda legislatura, en la que además nos topamos con la pandemia”, apunta.
Fueron unos años en los que la Generalitat mantuvo una “posición conciliadora” hacia la concertada, recuerda. A pesar de este freno, defiende que “el síntoma más claro” de los cambios se resumen en un dato: que si en el curso 2014-2015 la mayoría de colegios más demandados eran privados o concertados, actualmente son públicos.
Son avances que, en su opinión, se podrían revertir durante la próxima legislatura, en la que advierte del riesgo de que Vox entre al Consell porque “sus posiciones son todavía más duras que la del PP”. “Desharán una parte del camino absolutamente importante”, lamenta, aunque remarca que “la dinámica de favorecer la escuela pública” es más difícil de cambiar.
En este escenario, el periodista señala que “uno de los grandes errores” es haber convertido la educación en una “batalla partidista”, ya que la elección de un modelo u otro tiene “consecuencias en la desigualdad de los alumnos y en la calidad educativa”. Pone como ejemplo que “la concertada no está presente en el mundo rural y sí en ciudades donde pueden encontrar beneficios”.
EL “MITO” DE LA LIBERTAD DE ELECCIÓN
Por tanto, apuesta por no reducir el debate a “el mensaje de que tus hijos puedan estudiar donde quieran”. “Es un mensaje muy potente, ¿quién se va a poner a eso?”, reconoce, pero advierte que “realmente es un mito” y “no son las familias quienes eligen a los centros, sino los centros a ellas” en función, según él, de su nivel de renta.
Respecto a las razones para elegir la concertada, apunta tanto al dinero como a “una cuestión aspiracional”, a la pertenencia a una clase social media-alta que busca “contactos a lo largo de su vida” y a “un modelo segregador para no rodearse de determinada gente”, algo que relaciona con que el 80% de los migrantes escolarizados van a la pública.
Moisés Pérez considera que sería “complicado” intentar que la educación fuera exclusivamente pública a largo plazo: “En estos momentos, no se puede prescindir de la concertada. Sí se podría debatir caminar hacia modelos como el finlandés, pero ahora no hay oferta ni músculo suficiente”.
ABRIR EL DEBATE
También remarca que hay centros concertados, como algunos gestionados por cooperativas u otros parroquiales, que “hacen una tarea más loable y mucho más parecida a la de la pública”. “Pero lo que hay que hacer es abrir el debate, un debate “riguroso y transparente”, insiste.
“Donde no llega la pública debe llegar la concertada”, resume, pero a su juicio debe hacerlo con más control de los conciertos y más fiscalización para lograr una “convivencia pacífica” sin que influyan “esos intereses que tienen posiciones ultraconservadoras y ultracatólicas”. “La educación pública debe ser el eje vertebrador del sistema”, reivindica.
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