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Miralles reflexiona sobre la “xenofobia cotidiana” en su primer trabajo: “Olvidamos que los españoles también fueron migrantes”

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‘L’àvia i el foraster’ está basada en un caso real extraído de Pego y se desenvuelve principalmente en valenciano: “La historia lo pedía”

VALÈNCIA, 9 (EUROPA PRESS)

“Olvidamos que los españoles fueron migrantes y no podemos no querer que los extranjeros vengan y se integren”. Así lo asegura el director de cine Sergi Miralles, quien este viernes estrena ‘L’àvia i el foraster’, su ópera prima en la que reflexiona sobre la “xenofobia cotidiana” con un “tono de comedia dramática”. “¿Por qué te quejas de los migrantes si también lo hemos sido?”, interpela cineasta, que ha extraído la narración de un caso real ocurrido en Pego (Alicante) y que se desenvuelve principalmente en valenciano porque “la historia lo pedía”.

Miralles, en una entrevista concedida a Europa Press, explica que se ha inspirado en sus abuelas para escribir la vida de Teresa (Neus Agulló), una modista de “toda la vida” y Samir (Kandarp Mehta), el nuevo frutero del pueblo.

“La historia que cuenta la protagonista es la historia de mi abuela, quien se tuvo que ir a trabajar a París durante muchas años para ganarse la vida y se llevó a mi padre, quien murió hace apenas un mes”, detalla Miralles, que recalca que “desde entonces, el sentimiento que transmite la película ha cambiado por completo”. “Sí, narra la historia de mis abuelas, pero también contiene la historia de mi padre, Carles”, sostiene.

El cineasta indica que “se trata de una historia real” que sacó de su municipio, de Pego, situado en el noreste de la provincia de Alicante. “Mi tío tiene una tienda de ropa, se quedó sin la persona que le hacía los arreglos y descubrió que el paquistaní que regentaba una frutería en realidad era sastre. Desde ese momento, ambos decidieron colaborar en secreto por el miedo al qué dirán”, subraya.

Sobre este hecho, Miralles resalta que “tras mucho rascar, se dieron cuenta de que existía una xenofobia involuntaria y cotidiana por querer hacer las cosas en secreto”. De esta manera, “empezó a pensar y pensar” hasta que llegó la cuarentena y, junto a su pareja, Mila Lengua, escribió la primera versión. “Después incluimos a la guionista María Mínguez para que nos ayudara a pulir el texto y, tras cuatro años, aquí estamos, en la gran pantalla”, bromea.

“MUCHOS MÁS TEMAS”

Además de la “xenofobia interiorizada”, el director recalca que “trata muchos más temas” como “el sentimiento de añoranza, de pertenencia; las relaciones de pareja; la sensación de sentirse perdido en la crisis de los 40 o el abismo que supone ser padre y la crisis vital que es afrontar la paternidad”.

“Mucha gente me ha comentado que se habla de la soledad, aunque ha sido de manera involuntaria”, confiesa. En esta línea, el director sostiene que “la sociedad es cada vez más individual y cada vez las personas están más solas”.

“Al final lo que se trata de transmitir –en la cinta– es que tú eres el lugar dónde estás, lo que eres y tu cultura es lo que transmites a tus hijos y que, al final, lo importante es rodearse de gente a la que quieres y que te quiera. No todo es el lugar físico, sino lo que hagas a tu alrededor”, ensalza.

“LA HISTORIA LO PEDÍA”

‘L’àvia i el foraster’ es una película “mayormente” en valenciano porque para Miralles “era natural que la historia fuese en esa lengua”: “La historia lo pedía y acompañaba”. “Queríamos que cada personaje fuera natural, que hablara en su lengua; por ello, Enric habla valenciano, pero cuando se dirige a Samir lo hace en castellano; el paquistaní se comunica con su hija en urdu, y esta cuando habla con el resto del pueblo pues lo hace en valenciano porque así se ha criado”, detalla.

“Considero que a veces en Cataluña hay gente que se esfuerza mucho en hacer que otro hable en catalán, pero al final si uno puede hablar en su lengua y el otro en la suya, mientras se entiendan todos, hemos de continuar adelante”, ensalza.

El director cree que “hay que fomentar el valenciano ‘a tope'”, pero “sin llegar a generar conflicto”. “Yo soy de la generación ‘Hakuna matata’ y mientras nos respetemos todos, podremos seguir viviendo, fomentando la cultura y nuestra lengua”, valora.

En este sentido, reivindica que “aunque es una película muy valenciana, ha funcionado muy bien en otros lugares como Málaga, Madrid o Barcelona porque está tratada desde un punto de vista muy universal y se entiende”.

Por otra parte, preguntado por la situación del audiovisual valenciano, se muestra “positivo” y considera que “está en un momento muy bueno” porque “se han arrastrado las producciones de los últimos años y el trabajo bien hecho”.

“Ahora lo que tenemos que hacer es no perderlo porque tenemos un sector muy bueno, asentado y muy bien visto desde fuera”, apunta, al tiempo que concluye que “como siempre, nos ven mejor los de fuera que los de dentro”.


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