VALÈNCIA, 31 (EUROPA PRESS)
Los institutos tecnológicos de la red Redit han conseguido durante 2021 un valor de impacto social de alrededor de 2.265 millones de euros, mientras que han implicado una una inversión total de 209,5 millones de euros. Por tanto, han generado un retorno a la sociedad casi once veces mayor a la inversión realizada.
Así se desprende de la actualización de los resultados del estudio de impacto social en el que han participado Redit y los institutos tecnológicos, y que ha presentado la red junto a la Conselleria de Innovación.
Uno de los principales resultados de este análisis, en el que se utilizado la metodología SROI y que se ha elaborado en colaboración con la empresa Cliclab Transformative Agent, es que por cada euro invertido en las actividades de los institutos tecnológicos de Redit se obtiene un retorno social de 10,81€, según ha detallado Redit en un comunicado.
En los resultados del ejercicio anterior, con una inversión total de 197 millones de euros, se consiguió un valor de impacto social de alrededor de 1.505 millones, con un retorno ocho veces mayor a la inversión, lo que supone un aumento de dos puntos en solamente año.
Para la realización de este análisis se ha monitorizado, cuantificado y visualizado el impacto social de las actividades realizadas por REDIT y nueve de sus institutos tecnológicos, AIDIMME, AIMPLAS, AINIA, AIJU, IBV, INESCOP, ITC, ITE e ITI.
Del estudio también se desprende que los proyectos de I+D generaron 680 millones de euros de impacto positivos en los ODS, destacando los objetivos 3, 9 y 12, sobre salud y bienestar, industria, innovación e infraestructura, producción y consumo responsable y acción por el clima, respectivamente. Además, con una inversión de 2,5 millones de euros en acciones llevadas a cabo por los institutos tecnológicos para sus trabajadores, se ha logrado un impacto de 69 millones.
Respecto a los resultados de 2020, el SROI ha aumentado casi un 30%, así como la inversión y el valor de impacto social, que lo han hecho en un 6% y un 33,5% respectivamente. Es decir, con una inversión un 6% mayor a la de 2020, el valor de impacto en la sociedad, sin embargo, ha sido de un 33,5%.
El impacto de Redit y los institutos tecnológicos también es clave en temas muy importantes para la sociedad como la igualdad de género, con más de 23 millones de euros; en la formación a desempleados, con más de siete; en la creación de empleo, con cuatro millones y medio de euros; en los estudiantes de prácticas universitarios, con casi tres millones y medio y en los estudiantes de prácticas de FP con casi dos.
Durante la presentación, la vicepresidenta segunda de Redit y directora del Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), Marta García, ha destacado que “este ejercicio de medición permite ver dónde se encuentran los institutos y generar líneas de mejora, algo fundamental en cualquier organización”.
Por su parte, la directora general de Innovación, Sonia Tirado,, ha resaltado que por primera vez “la Comunitat Valenciana ha superado la media europea de empresas innovadoras y esto ha sido posible gracias a una inversión pública histórica y al trabajo excelente de los agentes del ecosistema, como los institutos tecnológicos, las universidades y las empresas, que cada vez incorporan más tecnología”. La directora general ha añadido “que los ciudadanos tienen derecho a disfrutar de los beneficios sociales que impulsa la administración, por eso es tan importante esta labor de medición”.
El director de Redit, Gonzalo Belenguer, ha añadido que “la acción de los institutos tecnológicos incide positiva y directamente en la sociedad, en aspectos tan importantes como la igualdad de género, el trabajo o la formación”.
INICIATIVA “PIONERA”
La monetización del impacto social se ha medido a través de la metodología SROI, un método anual que se centra en el retorno social de la inversión teniendo en cuenta aspectos extra financieros como la desigualdad y la igualdad de género.
Es una iniciativa se presentó como “pionera a nivel europeo” el año pasado ya que, hasta la fecha, este tipo de estudios habían sido impulsados por gobiernos o ecosistemas de innovación de forma unilateral, pero nunca por parte de institutos tecnológicos u otras entidades a nivel ‘micro’, ha explicado Redit.
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