VALÈNCIA, 8 (EUROPA PRESS)
Las principales revistas cinematográficas españolas del primer franquismo desempeñaron un papel relevante en la educación informal de las mujeres y en la creación de un ideal de familia diferente al del régimen, ya que aunque difundieron el ideal de feminidad nacionalcatólico centrado en la domesticidad y la maternidad, al mostrar situaciones como el divorcio de las actrices extranjeras, sobre todo de Hollywood, permitieron conocer nuevas realidades que influyeron en la cosmovisión de las mujeres españolas.
Así lo recoge el artículo ‘¡Mujer! Quiero hablar contigo’ publicado por Álvaro Álvarez, doctor por la Universitat de València (UV), en la revista ‘Historia y Memoria de la Educación’.
“Otro gran campo de batalla en el adoctrinamiento de las mujeres fue el de la moralidad sexual. Pero nuevamente al emplear de manera simultánea la exhibición del cuerpo femenino, en fotografías de carácter seudoerótico, para el placer visual masculino, abrían la posibilidad que algunas mujeres transformaran esa imagen concebida como un objeto de deseo en un sujeto sexual potencialmente activo”, apunta el investigador en un comunicado de la institución académica.
En los años 40 y 50, ‘Primer plano’, ‘Radiocinema’, ‘Cámara’, ‘Imágenes’ y ‘Fotogramas’ fueron las cinco cabeceras más destacadas y longevas de este tipo de prensa, enfocada sobre todo a mujeres, centradas también en moda, cosmética, cocina o decoración y dirigidas a lectoras con un nivel adquisitivo alto, que en los Estados Unidos tuvo “grandes tiradas y una notable influencia social”.
Al margen de los modelos oficiales de mujer idealizada (vírgenes, santas, reinas y otras figuras históricas), surgieron otros: las estrellas cinematográficas que, debido a su enorme popularidad en una época en que el cine era el gran entretenimiento de masas, cobrarían tanta o más relevancia que las anteriores, explica el investigador posdoctoral del departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UV hasta hace tres meses.
Según el artículo, estas actrices proyectaron una imagen de la feminidad que no se ajustaba a los cánones nacionalcatólicos, donde la mujer se supeditaba al hombre y quedaba reducida a la esfera privada, al matrimonio y la maternidad. Las revistas, por el contrario, convirtieron a las estrellas cinematográficas en un fenómeno mediático, que trataba su trayectoria pública, pero también su esfera privada, en la que afloraban tensiones y contradicciones en torno a los roles de género y las expectativas familiares en casos como fracasos matrimoniales o incluso durante el noviazgo.
Esto ocurrió en la relación sentimental entre Amparo Rivelles y Alfredo Mayo, “una chica de 17 años, expresión de simpatía, y él, el galán de moda del cine español, prototipo de héroe franquista y que fue plantado como pretendiente más codiciado de España casi a los pies del altar”.
LAS LECTORAS PODÍAN IMITAR A LAS ESTRELLAS DE CINE
En el caso español, las lectoras tenían la capacidad de reinterpretar y reapropiarse de las imágenes y mensajes trasmitidos por las estrellas de cine, lo que generaba lecturas disruptivas y divergentes del ideal de feminidad propuesto. Si el régimen utilizaba a las estrellas de cine de Hollywood para ensalzar la superioridad de la tradición española frente a la modernidad cosmopolita, a través de la imagen de estrellas femeninas, las lectoras podrían identificarse e intentar imitar tanto apariencia física y vestimenta como actitudes y comportamientos.
El seguimiento informativo también se daba cuando la familia crecía. Quizá el relato más redondo fuera el protagonizado por los actores José María Seoane y Rosita Yarza, que fue narrado por la prensa desde que se declararon novios hasta el nacimiento de sus hijos y mostraba su apacible vida familiar, si bien la actriz continuó con su carrera profesional, con rodajes o giras teatrales que durante un tiempo la apartaban de su descendencia, lo que chocaba con el ideal franquista de familia.
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