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Las reservas de agua subterránea en el suroeste de Europa son más estables de lo que se creía, según un estudio

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VALÈNCIA, 6 (EUROPA PRESS)

Los niveles de agua subterránea no están disminuyendo en todas partes, como se creía, sino principalmente en las regiones semiáridas con agricultura intensiva y sequías frecuentes.

Este es el “sorprendente” resultado que arroja un artículo recientemente publicado en ‘Communications Earth & Environment’, revista perteneciente a la prestigiosa editorial científica Nature, y en el que ha participado el responsable del grupo de Hidrogeología del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (UPV), Jaime Gómez.

El agua subterránea es un recurso vital que sustenta las plantas y los ecosistemas, garantiza la producción agrícola y sirve como componente central del suministro de agua potable. Sin embargo, el cambio climático y las presiones antropogénicas pueden amenazar la disponibilidad de agua subterránea, especialmente en el suroeste de Europa.

Esta situación fue evaluada por un equipo de investigación internacional coordinado por el Centro Helmholtz para la Investigación Ambiental (UFZ) y donde participaba Jaime Gómez, responsable del grupo de Hidrogeología del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València), utilizando sereis históricas de más de 12.000 pozos de agua subterránea en Portugal, España, Francia e Italia.

La conclusión es que los niveles de agua subterránea no están disminuyendo en todas partes, como se creía, sino principalmente en las regiones semiáridas con agricultura intensiva y sequías frecuentes.

También se observan disminuciones en las regiones templadas asociadas a grandes áreas urbanas. Finalmente, los autores señalan que, con prácticas de gestión adecuadas, las aguas subterráneas pueden utilizarse de forma sostenible.

“Una creencia generalizada es que los niveles de agua subterránea están disminuyendo continuamente en todo el suroeste de Europa. Sin embargo, un estudio más detallado de los datos revela que la situación es más compleja y cada situación depende del contexto y realidad socio-económica regional”, dice el hidrólogo de la UFZ, el doctor Seifeddine Jomaa, autor del estudio.

Los datos de 1960 a 2020 revelaron que el 68% de los pozos examinados mostraron niveles estables en las últimas tres décadas, el 20% de los pozos mostraron un aumento de los niveles de agua subterránea, mientras que solo el 12% mostró una disminución.

“Para evitar generalizaciones, se necesita una consideración diferenciada y detallada a nivel local de aguas subterráneas”, dice Seifeddine Jomaa. Los niveles estables de agua subterránea se localizan principalmente en regiones de clima mesotérmico con altas precipitaciones durante todo el año, como el norte de Francia.

“En estas regiones, las altas tasas de recarga mantienen los niveles de agua subterránea casi estables”, apunta Rafael Chávez García Silva, primer autor y también hidrólogo de la UFZ.

CUENCA DEL RÍO PO

En otras zonas, como la cuenca baja del río Po, cerca de Rávena, los niveles de las aguas subterráneas están aumentando debido a factores naturales y antropogénicos y al hundimiento de la tierra, lo que requiere drenaje de aguas superficiales y bombeo de aguas subterráneas para evitar inundaciones.

En las regiones semiáridas, sin embargo, hay lugares como Tarbes en Francia y Medina del Campo en España, donde los niveles de agua subterránea han estado disminuyendo durante décadas. Esto se debe en parte a la disminución de las precipitaciones y a las elevadas temperaturas provocadas por el cambio climático. La agricultura intensiva también es un factor importante.

“Estos cuatro países mediterráneos son responsables de una gran parte de la producción de frutas, verduras y cereales de la UE, y las aguas subterráneas suministran entre el 30% y el 50% del riego”, dice Seifeddine Jomaa. Incluso en regiones templadas, los investigadores encontraron pozos con niveles de agua subterránea en declive, cuya causa es la proximidad a las ciudades y a la industria.

“Desde la década de 1960, por ejemplo, los niveles de agua subterránea en las áreas metropolitanas de ciudades como Lyon, Niza, Módena y Burdeos han ido disminuyendo. En Burdeos, la novena ciudad más grande de Francia, el alto consumo de agua subterránea se atribuye al aumento del uso doméstico. El popular destino turístico francés, Béziers, ha experimentado una disminución significativa en los niveles de agua subterránea debido al aumento de la extracción para suministrar agua potable a los turistas de verano”, explican los autores.

Si bien la disminución de las aguas subterráneas en las zonas urbanas e industriales no se detiene fácilmente, los investigadores encontraron enfoques de gestión eficaces en las regiones agrícolas semiáridas, que conducen a la recuperación de los niveles de agua subterránea, como se ha visto en La Mancha Oriental en España.

“Hasta la década de 1990, los niveles de agua subterránea estaban disminuyendo debido al riego excesivo. Como resultado, tramos del río Júcar se secaron en 1994 por primera vez en la historia. Este dramático evento impulsó a los agricultores a crear una asociación de usuarios de agua que tenía como objetivo detener la disminución de los niveles de agua subterránea a través de una combinación de monitoreo, teledetección y planes individuales de uso del agua. Estas medidas revirtieron efectivamente las tendencias del nivel del agua subterránea en la región”, declara el coautor J. Jaime Gómez-Hernández, catedrático en Ingeniería Hidráulica de la UPV e investigador del IIAMA.

CAMBIO CLIMÁTICO

En el contexto del cambio climático, el suroeste de Europa puede proporcionar lecciones para la gestión de las aguas subterráneas en otras regiones del mundo, especialmente a medida que aumenta la demanda de agua subterránea y la recarga de los acuíferos se ve afectada por el cambio climático.

“Alemania podría beneficiarse de la experiencia adquirida en el suroeste de Europa, de cómo se pueden utilizar de forma óptima las aguas subterráneas, de qué métodos de riego son más eficaces, de cómo mejoramos la participación de las partes interesadas y de los errores que deben evitarse en el futuro”, afirma Seifeddine Jomaa.

Este trabajo ha contado con el apoyo de los proyectos InTheMED y OurMED , que forman parte del Programa PRIMA (Asociación para la Investigación y la Innovación en el Área Mediterránea) financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.


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