VALÈNCIA, 23 (EUROPA PRESS)
Un consorcio internacional liderado por la profesora de Visualización de Datos en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE) de la Universitat de València (UV) Cristina Portalés ha creado ‘Cheminova’, un proyecto interdisciplinario que utilizará la realidad mixta y augmentada así como el modelado en 3D para vigilar el patrimonio cultural.
Según Portalés, “en este proyecto se desarrollarán tecnologías que facilitarán el trabajo de los conservadores para determinar el estado de conservación de los bienes culturales, integrando diferentes paradigmas de interacción (realidad aumentada, realidad virtual, entre otras)”.
‘Cheminova’ responde a la demanda de herramientas accesibles y sistemáticas para vigilar el patrimonio cultural –tanto edificios como objetos– y obtener al mismo tiempo el apoyo de las comunidades locales.
La iniciativa pretende capacitar a profesionales de la conservación, implicar a las comunidades locales y aprovechar la tecnología punta para proteger y preservar el rico legado cultural europeo.
Su misión, concretan desde la Universitat, se centra en el desarrollo de un sistema informático inteligente que va más allá de las tecnologías actuales. Al aprovechar una miríada de datos, este sistema proporcionará a profesionales del patrimonio un marco único para documentar, digitalizar, clasificar y compartir información.
El práctico conjunto de herramientas emplea la realidad mixta y aumentada, así como el aprendizaje profundo y el modelado en 3D, permitiendo a los usuarios trabajar en cualquier momento y lugar, y con la ayuda de los miembros de la comunidad local.
La profesora de la Universitat de València destaca la importancia del trabajo en equipo: “El proyecto solo es posible mediante la estrecha colaboración de investigadores y especialistas en diversas áreas del conocimiento, abarcando ingeniería, ciencia y humanidades digitales. Desde el punto de vista metodológico es un proyecto interdisciplinar, ya que existe una estrecha relación a la hora de trabajar entre las distintas áreas del conocimiento, nutriéndose unas de otras para crear valor añadido”.
Además, a través de iniciativas de ciencia ciudadana, las comunidades podrán contribuir a los esfuerzos de conservación aportando datos y aumentando su concienciación sobre los efectos del cambio climático y otros riesgos para el patrimonio cultural. Al situar a las personas usuarias finales en el centro de sus herramientas y métodos, ChemiNova garantiza que sus soluciones sean accesibles, adaptables y se ajusten a las diversas necesidades de profesionales del patrimonio y de los no expertos.
VALÈNCIA Y PALERMO
Portalés explica que hasta la fecha, se han realizado dos campañas de adquisición de datos: en València y en Palermo. “En este proceso, los diferentes equipos hemos aprendido a trabajar conjuntamente para producir resultados explotables en el proyecto, con la finalidad de producir los modelos 3D enriquecidos que serán la base de nuestras herramientas de visualización y análisis”, apunta la investigadora de la Universitat de València.
En este sentido, avanza que la tecnología ChemiNova ya se está desarrollando y probando actualmente en cuatro estudios de casos diferentes de todo el continente: el campus histórico y la colección de arte contemporáneo Martínez Guerricabeitia de la Universitat de València, la colección de la Biblioteca de Anatomía Humana de Palermo, el Palacio de Schönbrunn de Viena y la Catedral de Santa Sofía de Kiev.
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