Acció Cultural pide analizar las causas del cambio de gobierno y construir “la alternativa”
VALÈNCIA, 30 (EUROPA PRESS)
‘Decidim’, Plataforma pel Dret a Decidir, defiende que es necesaria una “autocrítica honesta” por parte de los partidos políticos y un “rearme contra el fascismo” tras las elecciones autonómicas y municipales del 28M: “El pueblo valenciano lleva resistiendo más de 300 años y ahora no será una excepción”.
“Hay que trabajar unidos con la sociedad civil para hacer frente al fascismo en las máximas instituciones valencianas, a partir de un programa unitario, en clave de País Valencià, que cuestione la política neoliberal y la situación de colonialidad que sufrimos”, reivindica en un comunicado.
Pel Dret a Decidir hace una reflexión sobre el fin del gobierno del Botànic y sobre “cómo resistir al fascismo” en la Comunitat Valenciana. Además, lamenta que este domingo hubo “176.000 personas de izquierdas que decidieron no ir a votar”, algo que no ve “sorprendente”.
“Desgraciadamente, ya habíamos avisado que sin hacer los cambios profundos que nuestro país necesita, mucha gente llegaría a la conclusión de que su voto no sirve para nada”, argumenta, y denuncia “la campaña mediática desaforada de la derecha”.
En este contexto, la plataforma achaca los resultados a que “la campaña electoral se haya planteado en clave estatal por parte de los mismos poderes y las elecciones como un plebiscito contra el gobierno de coalición, trampa en la que han influido la mayoría de formaciones de izquierdas”. También cree que hubiera sido necesaria una mejor estrategia comunicativa para dar a conocer los avances ‘botánicos’.
“Sin duda, el Botànic I y II han gestionado bien y eliminado la corrupción, pero es no es condición suficiente para mejorar de manera sustantiva la vida de las personas”, subraya, y lamenta la falta de “políticas valientes” y de confrontación con el Gobierno central.
Pone como ejemplo la subida del precio del alquiler, ya que “hasta que el Gobierno no ha aprobado una Ley de Vivienda, la izquierda valenciana no ha podido dar una respuesta”. “¿Cuánta gente expulsada de su casa habrá decidido no votar?”, se pregunta.
Otra de sus críticas es la “larga penitencia burocrática” de medidas sociales como la renta valenciana de inclusión, ante lo que alerta: “Las instituciones, incluso cuando ganan los nuestros, son herramientas que tienden a perpetuar las formas de dominación”.
Entre las “muchas cosas que no se han hecho”, destaca que “no se ha blindado el conocimiento del valenciano entre el funcionariado ni su enseñanza en el sistema educativo”, el “irrisorio” presupuesto de À Punt o que “no se ha luchado efectivamente” por un cambio del sistema de financiación autonómica.
Por todo ello, Pel Dret a Decidir reivindica la necesidad de una “sociedad civil crítica” que presione para lograr políticas transformadoras y de un sistema comunicativo propio “que no dependa de los medios que responden a los intereses de Madrid”, si bien reconoce los avances del Botànic en gestión, aumento de derechos sociales, reversión de sanidad privatizada y medidas educativas.
MÁS QUE UN “DESGASTE DE GOBIERNO”
Acció Cultural (ACPV), en la misma línea, entiende que hay que analizar las causas del cambio de gobierno “con espíritu crítico y a la vez constructivo para establecer la alternativa”, ya que advierte que habrá “importantes repercusiones en todos los ámbitos” y no solo en el institucional.
En una primera valoración del 28M, señala que la cifra de votos absolutos de las candidaturas que “podríamos englobar en la derecha y la extrema derecha” es menor que en 2019, pero al mismo tiempo “ha bajado de forma sensible el voto que podríamos calificar de izquierdas”. “Es aquí donde hay la clave de este cambio”, subraya en un comunicado.
ACPV considera que los resultados interpelan a todo el espacio político de izquierdas “sin excepción” y remiten a razones más profundas que “el simple desgaste de gobierno”.
Es algo que achaca a un “sentimiento de decepción” entre los votantes, a pesar de la valoración mayoritariamente positiva del Botànic; a “un posible sentimiento de desvinculación de la política”, unido al permanente conflicto interno de la izquierda española, así como a la llamada “mayoría silenciosa” o a que una parte del electorado de izquierdas considere naturales los gobiernos de coalición derecha-extrema derecha al hilo de la situación en Europa.
“Muchos electores de izquierda, para expresar su disconformidad o su distanciamiento de la política, han optado por la abstención a pesar de saber que esto podía facilitar el acceso de la extrema derecha a las instituciones”, asevera.
En consecuencia, Acció Cultural cree que es necesario analizar los comportamientos electorales para “decidir qué correcciones” llevar a cabo en los partidos políticos y en las asociaciones, algo que asume en primera persona.
Inicia así un proceso de reflexión para actualizar su plan estratégico y las líneas de trabajo de los próximos años, con la voluntad de hacer aportaciones y propuestas en positivo. “Nos avalan más de 50 años de trayectoria, miles de socios, y una capacidad demostrada de tejer complicidades y alianzas para construir espacios de diálogo y consenso. Manos a la obra, pues: el País Valenciano es un proyecto de largo recorrido hemos superado coyunturas muy peores”.
- Te recomendamos -