
VALÈNCIA, 31 (EUROPA PRESS)
La Inteligencia Artificial (IA) no destruirá el empleo jurídico ni sustituirá a los profesionales, pero sí tiene implicaciones para las competencias que necesitan los juristas y cómo la Facultat de Dret les debe preparar.
Así se desprende del estudio ‘Diagnóstico y estrategia sobre el futuro de las profesiones de la Facultat de Dret’ que ha publicado la Universitat de València (UV). La investigación ha sido liderada por el profesor del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Adrián Todolí y por el catedrático emérito de Psicología Social José Peiró. Además, en el equipo de trabajo se han integrado José Miguel Sánchez Ocaña, Paula López Aguado y David Crespo Ortiz, investigadores e investigadora de la UV.
La automatización de las tareas más rutinarias, el nacimiento de nuevos perfiles profesionales especializados en tecnología y el desarrollo de nuevas herramientas para preparar juicios o predecir qué argumentos legales tienen más probabilidad de éxito son algunos de los cambios que ya ha introducido la inteligencia artificial (IA) en las profesiones jurídicas y sus mercados de trabajo.
Ahora, el informe persigue que la Facultad de Dret pueda continuar afrontando los cambios sociales y tecnológicos que impactan y transforman el mercado de trabajo de las profesiones jurídicas surgidas de los grados que imparte la facultad: Derecho, Criminología y Ciencias Políticas y de la Administración Pública. Se trata de campos en los que la digitalización y la automatización del trabajo que trae consigo la inteligencia artificial está cambiando la práctica cotidiana de los profesionales y la configuración del mercado de trabajo.
‘ “Existe un amplio consenso de que la práctica del Derecho cambiará más en los próximos veinte años que en los últimos dos siglos, y por ello con este estudio se busca ofrecer herramientas y propuestas para que la Facultad de Derecho se enfrente de forma proactiva a estos cambios en beneficio de la empleabilidad de sus estudiantes”, afirma, en un comunicado, Adrián Todolí.
En el estudio, se abordan en primer lugar las tecnologías y tendencias más recientes que ya se han introducido en el ejercicio profesional del Derecho, como el blockchain, que permite validar actuaciones jurídicas con fiabilidad. Ese punto de partida ha dado lugar a aplicaciones como los servicios de “notario electrónico”, que pueden certificar y autentificar documentos digitales, o los de “testamento digital”, aunque esta opción se limita a gestionar la información y las cuentas en línea de la persona testadora. Asimismo, se han desarrollado herramientas como los contratos inteligentes o smart contracts, escritos en código informático para aceptar e implementar los términos que acuerden las partes sin necesidad de intermediarios.
A ello se suman las herramientas diseñadas para facilitar el trabajo de los operadores jurídicos. En el ámbito de la búsqueda de información y documentación, por ejemplo, existen ya herramientas de análisis de grandes bases de datos de legislación y jurisprudencia, asistentes de inteligencia artificial para la búsqueda de documentación o IA generativa que predice qué argumento jurídico tendrá mayores probabilidades de éxito en un juicio.
Además, también se están desarrollando herramientas de generación de entornos virtuales y de comunicación: aplicaciones para buscar abogados especialistas, plataformas para prestar servicios legales en remoto, puntos de encuentro entre empresas y abogados para proyectos determinados o motores de búsqueda para que los profesionales encuentren procuradores o incluso abogados sustitutos.
Todas estas tecnologías ya están causando un impacto creciente en el mercado de trabajo de las profesiones de la Facultad de Derecho, porque permiten reducir costes y ahorrar tiempo, entre otros factores. Todolí ha asegurado que la IA “no reduce el atractivo de los juristas para el mercado de trabajo, sino que seguirán teniendo una alta empleabilidad”. “Sin embargo, las empresas van a exigir distintas competencias de las que se exigían en el pasado. La profesión será la misma pero las habilidades serán diferentes”, ha añadido.
AUTOMATIZACIÓN DE TAREAS MÁS REPETITIVAS
El estudio, comisionado por el Vicerectorat de Formació Permanent, Transformació Docent i Ocupació i pel Deganat de la Facultat de Dret, explica que se automatizarán con mayor probabilidad las tareas de menor valor añadido, más repetitivas, como la revisión de documentos, el relleno de formularios o el resumen de documentación, es decir, las que tradicionalmente ejercen los profesionales juniors o paralegals, que se prevé que en esta coyuntura tarden más en ingresar como abogados en los despachos.
Para evitar que la automatización dificulte su aprendizaje, el informe recomienda formar en habilidades blandas o soft skills, además de reforzar las habilidades digitales o la formación en gestión de proyectos.
La inteligencia artificial, además, ya está dando lugar a nuevos perfiles profesionales. Se ha observado, reseña el informe, un incremento de la demanda de profesionales jurídicos expertos en ingeniería o ingenieros jurídicos. Además, el Reglamento de Inteligencia Artificial introduce la figura del responsable de despliegue de la IA, una posible nueva profesión en el ámbito del Derecho. Asimismo, la gestión de riesgos tecnológicos, el asesoramiento en normativa, la protección de datos, el cibercrimen o las implicaciones legales de productos innovadores como drones o coches autónomos dan lugar a nuevas especialidades jurídicas que se traducirán en el surgimiento de nuevas profesiones.
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