
Desde el sector piden “sentido común” a los compradores: “Esto no es un juguete, hay que tener respeto”
VALÈNCIA, 12 (EUROPA PRESS)
La Guardia Civil inspecciona durante estos días previos a la semana grande de las Fallas 2025 todos los establecimientos autorizados para la venta de artículos pirotécnicos tanto en la ciudad de València como en la provincia, ya sean permanentes o temporales, para comprobar que cumplen con las medidas de seguridad y que el material se ajuste a la normativa y esté etiquetado. En caso de no hacerlo y cometer una infracción administrativa grave, se exponen a multas que pueden rondar, como mínimo, los 600 euros.
De este modo lo ha explicado el capitán Antonio Díaz, de la Intervención de Armas de la Comandancia de Valencia, durante una inspección este mismo miércoles en un local de la cadena La Petardería en la zona de Jesús, que ha detallado que el cuerpo realiza inspecciones en estos establecimientos para comprobar que los artículos que se venden al público “no son ilegales” y sean “los que se pueden comercializar y los que cada tipo de establecimiento está autorizado a comercializar y almacenar”.
Los agentes comprueban también que no existe un exceso de almacenamiento, dado que cada establecimiento tiene “un límite máximo de kilos –de material pirotécnico– para poder guardar y se comprueba que eso no se excede para evitar accidentes”. También se revisan las medidas de seguridad para evitar robos o sustracciones para que “funcionen correctamente”.
Entre otras medidas, las tiendas de venta de petardos tienen que tener contactos magnéticos en las puertas de acceso, detectores volumétricos en la zona de venta y detectores sísmicos y también volumétricos en las paredes del almacén para “evitar butrones”.
Este tipo de establecimientos que sean permanentes pueden almacenar, en caso de ubicarse en vía urbana, residencial o comercial, hasta un límite máximo de un total de 150 kilos de artículos pirotécnicos almacenados. Y en la zona de venta al público pueden llegar a tener hasta un tercio de esa cantidad.
SE REVISA EL ETIQUETADO Y QUE ESTÉN CATALOGADOS
Estos días, la Guardia Civil revisa fundamentalmente el etiquetado de los envases, que proporciona “toda la información importante para poder utilizar o saber si se puede comercializar”, y comprueba que tenga el marcado CE, “un requisito de que ha sido sometido a una evaluación de la conformidad por un organismo de control notificado ante la Comisión Europea como que cumple los requisitos de seguridad para su puesta segura del mercado”.
También que esté catalogado en el Ministerio de Industria y que las categorías que se tienen a la venta sean las que están autorizadas por la Delegación del Gobierno y que no se vendan artículos ilegales.
En los últimos años, el instituto armado ha comprobado que el personal de este tipo de establecimientos de venta se ha “profesionalizado” y “la mayoría” de las inspecciones son favorables. “La gente lo tiene todo en condiciones, no exceden la capacidad de almacenamiento, los artículos que venden los pueden vender y, normalmente, lo tienen todo al día”, ha señalado Díaz.
El capitán de la Guardia Civil ha reconocido que en algunos casos “podría ser que tengan a la venta algún tipo de artículo pirotécnico que no esté dentro de la autorización de la Delegación del Gobierno, por ejemplo, o que haya algún exceso de almacenamiento en los kilos que se tengan autorizados”. “Pero no suele ser muy común”, ha matizado. “Está todo bastante controlado”, ha valorado.
LOS CONTROLES “SE INTENSIFICAN MÁS” DURANTE LAS FALLAS
Por su parte, el gerente de La Petardería, Samuel Albiñana, ha indicado que los controles que les practica la Guardia Civil son “rutinarios” y se realizan “durante todo el año”, aunque en la época de Fallas “se intensifican más porque el consumo es mayor”. “Pero estamos preparados todo el año para ello, aunque las instalaciones solamente abran un mes al año”, ha aseverado.
Pese a ello, durante todo el año “tienen su alarma, su equipo de detección y extinción y cumplen con todos los requisitos”. “Para nosotros no es ningún inconveniente el que la Guardia Civil, que son los competentes en esto, como la Policía Local, que también se pasa”, ha expuesto.
Los responsables de estos establecimientos, por su lado, intentan siempre “cumplir con la norma de tener un control muy exhaustivo en las tiendas” y del material que se almacena en ellas. “El stock lo tenemos siempre actualizado y sabemos en cualquier momento la cantidad de artificios que tenemos. Cumpliendo eso, ya no hay mayor riesgo”, ha señalado.
Dicho esto, Albiñana ha remarcado que un petardo es “un producto estable que, por sí solo, no prende”, por lo que las tiendas de venta, “teniendo las alarmas y todo para que nadie pueda entrar, no tiene mayor problema”.
No obstante, ha asegurado que desde el sector son conscientes del producto que trabajan: “No vendemos juguetes, vendemos artificios de pirotecnia que siempre tienen un riesgo intrínseco. Entonces entendemos que tenemos que cumplir unos controles y llevamos ya 35 años en esto. Y los controles nunca son suficientes, o sea que estamos de acuerdo con ellos”.
FORMACIÓN PARA LOS VENDEDORES
Para garantizar el cumplimiento de todas las medidas, ha especificado, “todos los años antes de empezar la campaña con los vendedores, tanto si son nuevos como si repiten, les damos un curso de formación” y uno de los aspectos que les explican es que “tienen que asegurarse siempre de que los compradores cumplen con la edad de venta”, ante el que son “tajantes”.
Por ello, para el gerente de La Petardería, “ante la duda, es mejor perder la venta y que vengan sus padres en este caso o que tengan que venir a comprarlo”. “Cada padre conoce a su hijo y sabe lo que puede o no puede tirar”, ha enfatizado. Pese a ello, ha advertido, “lo más importante es que el padre esté siempre delante y sepa perfectamente qué es lo que está usando su hijo en caso de que sea menor”.
“A partir de ahí, cada uno tiene que saber que esto no es un juguete, es un producto pirotécnico y se puede disfrutar de él cumpliendo unas mínimas normas de seguridad que están para eso, pero hay que tener respeto y, sobre todo, usar el sentido común”, ha recalcado.
TRES CATEGORÍAS SEGÚN LA EDAD
Al respecto, la normativa establece tres categorías para la venta de petardos según la edad de los usuarios. Así, los artículos de tipo F1, se permite su venta para las personas mayores de 12 años; los de F2, para mayores de 16 años; y los de F3, para mayores de 18 años. La primera categoría son las conocidas como ‘bombetas’, aunque en este caso “cualquier crío, tenga la edad que tenga, las está tirando en compañía de su padre” y no hay “ningún problema”.
La categoría intermedia es para un tipo de petardo “de baja sonoridad” y, pese a que en tienda no se pueden vender a menores de 16 años, “sabemos que lo usan en compañía de sus padres” y que tampoco hay “ningún problema”. Finalmente, los artículos de categoría F3, los restringidos a mayores de edad, son truenos, tienen “una carga importante” y producen “una detonación fuerte”.
Este año, los artículos que más se venden al público, según el responsable de La Petardería, son los “más tradicionales”, tipo ‘bombetas’ y petardos “más grandes” como ‘masclets’. “Normalmente es un mercado muy tradicional, no hay novedades que lo rompan”, ha apuntado.
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