ALICANTE, 21 (EUROPA PRESS)
Un trabajo liderado por investigadores del Área de Ecología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (Alicante) ha determinado que un 20 por ciento del territorio peninsular no es adecuado para la instalación de aerogeneradores por su “alto impacto” en el buitre leonado. Las áreas de “alto riesgo de impacto” de la energía eólica se han identificado con el uso de aves marcadas con GPS.
Los investigadores del Área de Ecología de la UMH Jon Morant, José Antonio Sánchez Zapata y Juan Manuel Pérez García han liderado el proyecto, en el que también han participado científicos de la Estación Biológica de Doñana, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Instituto Pirenaico de Ecología, Universidad de Granada y Universidad Pablo Olavide de Sevilla, según ha indicado la institución académica ilicitana en un comunicado.
El uso de la tecnología GPS, junto con la monitorización de la mortalidad a pie de turbina, ha permitido por primera vez mapear y evaluar el riesgo de colisión para esta especie en España. Los investigadores han reunido datos de movimiento de 177 buitres leonados adultos y juveniles e información de la mortalidad procedente del 80% de los parques instalados en España.
El incremento en el uso de la energía eólica en Europa y, en particular, en España en la última década, ha supuesto un “avance” en la transición energética, permitiendo avanzar en la mitigación de los efectos del cambio climático de origen antropogénico.
Sin embargo, esta energía “no está exenta de riesgos para la fauna”, por ejemplo, supone una “importante causa de mortalidad” para las grandes aves planeadoras, que sufren una alta mortalidad por colisión con las aspas de los aerogeneradores.
Una de las especies más sensibles es el buitre leonado, que utiliza las corrientes térmicas para sus desplazamientos. Estos animales están adaptados a planear grandes distancias, pero cuando se encuentran un obstáculo su capacidad de maniobra es “muy reducida”.
Por este motivo, si durante sus movimientos se encuentran con una zona con aerogeneradores tienen una “alta probabilidad” de no poder esquivarlos y que acaben chocando con ellos. En las dos últimas décadas, se han registrado más de 9.000 buitres leonados muertos en parques eólicos.
Por ello, localizar cuales son las áreas más utilizadas por esta especie permitiría determinar qué áreas deberían ser evitadas para la implantación de esta energía renovable, lo que “permitiría compatibilizar la expansión de la energía renovable y la conservación de estas especies”.
El estudio, publicado en la revista ‘Environmental Impact Assesment Review’, revela que factores como la disponibilidad de alimento aumentan el riesgo de colisión, mientras que causas como la presencia de otros buitres y la distancia a las zonas de nidificación disminuyen dicho riesgo.
Los investigadores han demostrado que las zonas con mayor riesgo de colisión obtenidas en los modelos predictivos coincidían con aquellas que mostraban una mayor mortalidad en el campo, lo confirmaba que el modelo era “válido para predecir la mortalidad futura”.
En términos aplicados, el estudio ha determinado que el 19% del área peninsular española presenta un “alto riesgo de colisión” para buitres leonados adultos, mientras que para las aves jóvenes el área de riesgo es aproximadamente la mitad.
En el estudio, también se destaca que un 18% de la población reproductora de buitres leonados se encuentra en áreas de alto riesgo de colisión, lo cual, a la vista de los resultados, entraña un “alto riesgo para la supervivencia” de la población de esta especie, actualmente abundante, pero expuesta también a “un gran número de otras amenazas”, como son el veneno y las colisiones con tendidos eléctricos.
PLANIFICAR EL DESARROLLO DE ENERGÍA EÓLICA
El investigador postdoctoral de la UMH Jon Morant ha subrayado que es llamativo que el riesgo de colisión actual es mayor en aquellas zonas donde ya hay instalado un gran número de turbinas eólicas, probablemente por la coincidencia de áreas altamente usadas por los buitres y las zonas con alta disponibilidad de viento.
También, se han encontrado zonas en las que se prevé un “importante desarrollo eólico” y que ponen en riesgo a los ejemplares juveniles de esta especie. Los investigadores han puesto en valor la utilidad de la cartografía del riesgo de colisión, al validar estos resultados con datos reales de mortalidad.
Además, han destacado la necesidad de planificar espacialmente el desarrollo de la energía eólica, mediante la selección de áreas que entrañen un bajo riesgo para esta y otras especies vulnerables, así como buscar alternativas más seguras para la biodiversidad de una forma que permita reconciliar la conservación de la fauna con el desarrollo de las energías renovables.
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