Indica que las grabaciones se encontraban en un disco externo del ordenador que, tras pasarlas a un pen drive, tiró a la basura
VALÈNCIA, 28 (EUROPA PRESS)
Mariano López, exsuegro del exgerente de Imelsa Marcos Benavent, autodenominado como ‘yonki del dinero’, ha vuelto a negar cualquier tipo de manipulación en las grabaciones que entregó en la Fiscalía y que originaron el caso Imelsa y ha indicado que actuó de esa manera para ir contra Benavent después de que se separase de su hija a finales de 2019.
López se ha pronunciado así, en calidad de testigo, en el juicio que se sigue en la Audiencia por las piezas B y F del caso Imelsa, que suma 25 acusados, entre ellos el expresidente de la Diputación y del PP Alfonso Rus –quien también fue alcalde de Xàtiva (Valencia), el ex secretario autonómico de Educación y ex consejero delegado de Ciegsa Máximo Caturla, el exsubdelegado del Gobierno en Valencia Rafael Rubio y el exgerente de Imelsa y autodenominado ‘yonki del dinero’ Marcos Benavent.
El testigo ha comparecido ante el tribunal para explicar el origen de los audios, que llegaron a Fiscalía en 2014 y que contenían diez horas de grabaciones que supuestamente había hecho Benavent a cargos del PP y en las que se hablaba de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas y de repartos de dinero. Estas grabaciones han sido cuestionadas por las defensas y las utilizan para pedir la nulidad del procedimiento.
López ha explicado que sabía de la existencia de las grabaciones porque se lo dijo el propio Benavent, algo que no le pareció “en absoluto normal”, y ha afirmado que, una vez se separó de su hija, revisó el ordenador que se encontraba en una casa de campo a la que también asistía el exgerente en verano por si había algo que pudiera utilizar contra él. Preguntado por esta casa, ha afirmado que se la donó a su hija en 2009 cuando todavía no se había separado de Benavent.
Revisando el ordenador, se percató de que las grabaciones se encontraban en un disco duro externo permanente que “empezaba a fallar”: “Me dí cuenta de que el disco duro estaba fallando y antes de que se perdiera lo que había, pensando que podría haber algún documento que podría usar contra Benavent, empecé a salvar todo aquello”, ha dicho. Sobre el disco duro, ha añadido que se lo dejó allí su exyerno: “Imagino que ni se acordaría porque malfuncionaba y nunca me lo pidió (…) No tenía autorización para ver el disco duro ni para extraer la información”, ha aclarado.
“Salvé lo que pude y lo pasé a un lápiz de memoria –pen drive–. Ví los audios y escuché unos cuantos y lo que oí me pareció relevante”, ha apostillado. Luego tiró el disco duro a la basura aunque no recuerda el momento exacto. “Se fue a la basura”, ha comentado.
CONTACTÓ CON ROSA PÉREZ
Transcurrido un tiempo, el testigo ha afirmado que se puso en contacto con un conocido suyo y éste le recomendó que hablara con la exdiputada y actual consellera Rosa Pérez. Así, quedaron un día y habló con ella para comentarle lo de las grabaciones, “y no se lo creía”. Otro día quedaron en Catarroja y le puso los audios, que luego grabó Pérez en su ordenador con su consentimiento.
“Si Rosa Pérez lo implicaba, yo estaba conforme. Quería que se le denunciase. Yo sabía que había esas grabaciones, las busqué y el objetivo era que Rosa o la Fiscalía lo denunciasen”, ha resumido.
Estas grabaciones fueron posteriormente aportadas por Rosa Pérez a Fiscalía en un pen drive, y al testigo le requirieron también el pen drive y el ordenador, “no el disco duro”, ha puntualizado. Inicialmente no le preguntaron por el aparato en el que se encontraban las grabaciones hasta que hizo su comparecencia formal y manifestó que estaban en el disco externo. “Y no recuerdo si fue el fiscal o la UCO que me dijeron que me olvidara de eso y me centrara en el ordenador”, ha señalado.
“LO DESCONOZCO PERO COLABORABA CONMIGO”
Por otro lado, en la sesión de este martes ha comparecido, en calidad de testigo, el exvicepresidente de la Diputación de Valencia Juan José Medina, quien supuestamente tenía como asesor a uno de los acusados en el procedimiento, Juan Antonio Sanz Núñez. Ha indicado que éste trabajaba para Imelsa pero estaba en zona de Diputación, aunque no ha podido concretar si era asesor suyo: “Lo desconozco pero colaboraba conmigo en muchas cuestiones y desarrollaba actividades”, ha manifestado.
A este respecto, ha señalado que hablaba con el acusado en los pasillos de la corporación provincial y le comentaba que llevaba temas de redes sociales. También lo vio en alguna ocasión en actos institucionales, ha señalado. “Lo veía todos los días que iba a Diputación, estaba en una mesa. Yo conocía a los asesores del PP pero no tengo exactitud de si era asesor mío o no”, ha insistido.
Durante la jornada de este martes también han declarado varios testigos propuestos por la defensa del acusado Francisco José Antequera, quien figuraba en Imelsa como asesor de Emilio Llopis, exjefe de gabinete de Rus.
Entre ellos, ha comparecido ante el tribunal una funcionaria de la Diputación que trabajó como administrativa con el grupo de asesores de la Diputación entre los años 2012 y 2015. Ha explicado que desarrollaba su trabajo en una sala grande y su mesa estaba junto a la de Antequera.
Ha indicado que Antequera tenía asignado un puesto permanente con equipo informático, “como todos los que trabajaban allí”, ha manifestado. Así mismo, ha señalado que acudía todos los días al trabajo y su horario era de 8 a 14.30 o 15 horas. Ha aseverado que ningún asesor fichaba, “sólo los funcionarios” y que Antequera se ocupaba de la comarca del Camp de Morvedre y contactaba con alcaldes para informarles de ayudas y subvenciones.
Otro testigo, funcionario también en la Diputación desde el año 2000, ha coincidido con su compañera y ha asegurado que Antequera tenía una mesa en el despacho y un ordenador, y que acudía a trabajar. “Para mí era como un asesor más”, ha aseverado.
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