Especialistas del Hospital Universitario de la Plana han publicado un estudio en el que, tras analizar 156 partos, tratan de establecer con evidencia científica cuál es el momento oportuno para el pinzamiento del cordón umbilical y su relación con los depósitos de hierro en el lactante y en la madre puerpera.
Se trata de un ensayo clínico dirigido por un equipo integrado por el pediatra Pasqual Gregori y el matrón Javier Orenga, ambos profesionales del Hospital Universitario de la Plana y que ha contado con la colaboración del jefe de Pediatría del Hospital La Fe de Valencia, el doctor Emilio Monteagudo; de la Universidad CEU Cardenal Herrera a través de la doctora en Bioquímica, Paula Sánchez; y de la Universidad Nacional de la Patagonia, en Argentina, con la doctora María Angélica Fajardo.
El objetivo del estudio, que ha contado también con la colaboración del Servicio de Maternidad, Pediatría y Laboratorio, ha sido evidenciar los efectos de un pinzamiento precoz (anterior al minuto de vida), versus el pinzamineto tardío (tras el primer minuto de vida), teniendo en cuenta la repercusión que este momento pueda tener sobre los depósitos de hierro.
El libro, editado por la Fundación Dávalos Fletcher de Castellón, incorpora un recorrido a lo largo de la historia de la ligadura del cordón umbilical: “La costumbre milenaria ha sido ligar el cordón minutos después del nacimiento, en general, cuando cesaban las pulsaciones, una situación que suele ocurrir entre uno y tres minutos después del nacimiento. Transcurridos varios siglos, probablemente con el inicio de la medicina científica en la segunda mitad del XVIII, comenzó a promoverse la ligadura del cordón en los primeros segundos de vida”, explica el doctor Gregori.
Esta controversia, ya cuestionada en publicaciones científicas de primeros del siglo XIX, aún persiste en la práctica clínica actual. De ahí que el objetivo de este trabajo, realizado íntegramente en Castellón, haya sido evaluar la relación entre el tiempo de ligadura temprana/demorada, con la morbilidad secundaria neonatal, los depósitos de hierro en el neonato y el lactante y la descripción de los efectos maternos asociados a esta intervención.
Para esto, se han analizado los partos de un total de 156 mujeres embarazadas, asignadas de forma aleatoria a uno de los dos grupos de estudio (pinzamiento temprano/pinzamiento tardío), que finalizaron su gestación en el paritorio del Hospital Universitario de la Plana entre marzo de 2015 y diciembre de 2016. Los controles a los recién nacidos se han realizado en el momento del postparto, en los primeros 28 días de vida y a los 5/6 meses.
Conclusiones Las conclusiones del estudio arrojan evidencia sobre el momento óptimo para el pinzamiento del cordón umbilical que, en condiciones normales, se encuentra alrededor de los 3 minutos de vida. Así, en el neonato se documenta la ausencia de complicaciones y el aumento de los depósitos de hierro, lo que reduce el riesgo de anemia en la época lactante. Por su parte, en la madre, la investigación reporta efectos asociados a su salud hematológica, la satisfacción con el parto y la mejor adherencia a la lactancia.
Aun así, en nuestro sistema sanitario, si el pinzamiento se realizara cuando éste deja de latir, hecho que puede ocurrir más allá de los tres minutos, no se evidencia ninguna complicación materna o neonatal. Actualmente no existe ninguna evidencia científica que justifique, en general, el pinzamiento precoz como práctica de mayor beneficio para el recién nacido o para su madre.
Cabe destacar que en este trabajo no se reportó ningún lactante, a los seis meses de vida, con anemia ferropénica que precisara suplemento de hierro, pero el estudio sí considera importante demorar, como mínimo, la ligadura hasta el primer minuto de vida, por el aumento en la reserva de hierro y por contribuir a una transición natural del recién nacido hacia la vida extrauterina.
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