ALICANTE, 25 (EUROPA PRESS)
El Sindicat de Barri de Carolines ha acusado al Ayuntamiento de Alicante de “engañar y dejar en la calle” a una familia con un hijo de siete años con parálisis cerebral y un 95 por ciento de discapacidad. La familia fue desahuciada este miércoles y el consistorio les ofreció un piso compartido durante un mes, compromiso que “han incumplido”.
La familia, junto con miembros del Sindicat y vecinos, han asistido este jueves al Pleno del Ayuntamiento para denunciar esta situación, con gritos de ‘Tú lo has firmado, cumple lo acordado’ a la concejala de Bienestar Social, Begoña León, que este miércoles “firmó un contrato para que hoy hubiese entrega de llaves y esta familia tuviese sitio donde quedarse y hoy no hay vivienda”.
Así lo ha denunciado Daniel Martínez, miembro del Sindicat, en declaraciones a Europa Press, quien ha censurado que el alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha pedido a la Policía Local que les desalojasen del salón porque “no iba a permitir tal nivel de violencia”.
“Para nosotros violencia es dejar en la calle a una familia con vulnerabilidad y sin alternativa habitacional, entre ellos un menor con un 95% de discapacidad y en silla ruedas. Le parece violento que, después de que se haya incumplido un contrato por parte de la Concejalía, vayamos a exigir el acuerdo firmado”, ha denunciado Martínez.
Asimismo, ha señalado que la Concejalía le había ofrecido a la familia un mes de un piso compartido, pero la familia que vive en ese domicilio “no quiere irse ni compartir”. “La institución sabía esto perfectamente y aún así nos han engañado y han hecho el paripé para que parezca que no es su responsabilidad”, ha criticado.
“Evidentemente sabían lo que iba a ocurrir porque saben que no tienen viviendas para ofertar y, sabiendo que no hay viviendas, están tirando a familias vulnerables a la calle mientras se protegen los intereses de los fondos buitres, y grandes y pequeños rentistas”, ha acusado el miembro del Sindicat.
Por el momento, la familia se quedará de emergencia en un albergue, que Martínez ha calificado como “un espacio súper violento que para nada reúne las condiciones para albergar a una familia en su situación”.
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