VALÈNCIA, 25 (EUROPA PRESS)
Desde el postsorollismo y el costumbrismo, un joven Vicente Gómez fue evolucionando y “quemando etapas” por prácticamente todas las corrientes artísticas del siglo XX, pero “cayó sistemáticamente en el olvido” y hoy todavía es un desconocido para el gran público.
Doce años después de su muerte, el MuVIM le hace justicia con una retrospectiva comisariada por su nieto y su hijo, ambos también pintores, para dar a conocer tanto su legado como su “obsesión” por la ciudad que le vio nacer. Una València monumental e incluso “estereotipada”, pero también una València más íntima de los años en los que se encerró en sus estudios.
“No lo conoce nadie, pero era un hombre que despuntaba, que estaba en la vanguardia (…) Seguramente es el pintor que más obra ha realizado sobre València y durante más tiempo”, ha comentado el hijo de Vicente Gómez, Josep Mª Gómez, en la presentación de la exposición, junto al nieto, Joan Gómez; el director del museo, Rafa Company, y el diputado de Cultura, Paco Teruel.
Bajo el título ‘Vicente Gómez García. La passió artística per València’, la Sala Parpalló del MuVIM acoge hasta el 21 de abril la retrospectiva de un artista muy prolífico, que llegó a pintar más de 500 cuadros y fue amigo de colegas como Sempere, Genovés o Michavila pero solo expuso en una decena de ocasiones a lo largo de más de 60 años de carrera.
Un pintor que “tuvo mala suerte” porque se mudó a Madrid y allí estuvo años esperando una beca para irse a París, pero “no le llegó y eso hizo que se encerrase en sí mismo”. Así lo ha relatado su nieto, quien firma el retrato de su abuelo que abre la exposición.
A lo largo de seis apartados, con medio centenar de obras de toda su vida, algunas poco antes de morir, se muestra su voluntad de recorrer València de forma personal y de plasmar su ‘skyline’, algo de lo que se embebió al leer ‘La ciutat de València’ de Sanchis Guarner.
En la muestra hay cuadros de más de tres metros de toda València vista desde el Micalet, hiperrealistas de los alrededores y los de una València más metafórica y diferente: las naturalezas muertas que pintó en sus estudios de las calles Zapadores y Cuba. Completan la retrospectiva una pictoescultura y una gran composición de 24 obras a modo de su “testamento vital”.
GRANDES CUADROS EN PARADERO DESCONOCIDO
Pero es un legado incompleto. Su hijo y su nieto echan en falta alrededor de 15 cuadros de gran formato en “paradero desconocido”. Dos de ellos vendidos al Banco de Valencia y perdidos en una reforma en la que “parece que un funcionario se los quedó”.
La familia de Vicente Gómez, que posee el 80% de su colección, espera que esta exposición sirva para difundir el talento de un pintor que se enfrentó a dos “problemas añadidos”: que no se ceñía a ningún estilo en concreto, por lo que era inclasificable para la crítica, y que “le colgaron el sambenito de comercial”. Un acto de justicia a dos años de que en 2026 se celebre el centenario de su nacimiento.
“Para nosotros es necesario reivindicarlo como familia y como pintores”, ha manifestado el nieto de ‘Vicentico’, mientras el hijo ha destacado que “pintaba como una fiera” y que fue un artista vocacional que se construyó a sí mismo.
Como director del MuVIM, Rafa Company ha alabado el compromiso de la familia por sacar a la luz a Vicente Gómez, artista que “pensaba en la bondad natural del ser humano y que estaba alejado de la publicidad sistemática”.
“¿Qué pasó con los artistas vanguardistas valencianos del siglo XX? ¿Por qué su obra fue acallada?”, se ha preguntado el diputado de Cultura, Paco Teruel, en su intervención.
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