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“En los tiempos que corren, el diálogo abierto entre quienes crean conocimiento y quienes lo aplican es inaplazable”, afirma en los Premios Jaume I
VALÈNCIA, 14 (EUROPA PRESS)
Su Majestad el Rey Felipe VI ha subrayado la “tarea ingente” para “recobrar la normalidad plena” en las zonas afectadas por la dana que arrasó la provincia de Valencia el 29 de octubre, y “reconstruir con visión de futuro y conciencia de la realidad del territorio y clima”. Se trata, ha remarcado, de “un llamamiento constante al esfuerzo, la solidaridad y la responsabilidad de todos; un objetivo compartido que, una vez lo alcancemos, nos habrá reforzado como sociedad, como ciudadanía, como país y como nación”.
Así lo ha aseverado el monarca, que este viernes ha presidido en València la ceremonia de entrega de los 36 Premios Rei Jaume I, celebrada en la Lonja de Mercaderes y que fue aplazada en noviembre por la riada. El acto ha contado también con la participación del ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón; la alcaldesa, María José Catalá, y el presidente de la fundación que organiza los galardones, Vicente Boluda. Ha asistido el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Felipe VI ha iniciado su discurso en valenciano para recordar que estos premios reconocen a “un grupo de científicos, académicos y emprendedores ejemplar, unidos por la idea de progreso, cambio e innovación”.
La catastrófica dana que ha causado más de 220 fallecidos ha estado muy presente en su intervención: “España entera compartió –y lo sigue haciendo– el dolor de Valencia por las víctimas mortales y por tantos que lo perdieron todo o casi todo. Y aunque hoy, pasados unos meses, estamos aquí entregando finalmente estos premios, que son de enorme importancia y prestigio para Valencia y para toda España, que nos hablan de innovación y de futuro, no podemos ni queremos dejar de tener muy presentes esos días aciagos, que para los que viven o trabajan en los municipios y comarcas afectadas -a los que tampoco olvidamos- son todavía un duro y doloroso presente”.
En este sentido, ha hecho notar el “especial simbolismo” de que el acto se desarrolle en la Lonja, un edificio que habla “del pasado, del presente y del futuro de esta tierra”. “Sus columnas y sus bóvedas nos hablan de emprendimiento, de comercio, de prosperidad, de ciudadanía; de un modo de ser al que nada de lo humano le es ajeno. Ese es el modo de ser, y de sentir, de las valencianas y los valencianos”.
“Un pueblo –ha incidido— capaz de superar los momentos más difíciles; de crecer con ellos, de aprender y fortalecerse. Un pueblo que recuperará las casas, las escuelas, los parques, las empresas; que rehará su día a día y recompondrá poco a poco tantos proyectos vitales y profesionales”.
Ha aprovechado para volver a transmitir su reconocimiento a todos los que “trabajaron duro” y se han implicado para apoyar tras la tragedia. “No olvidaremos todo lo que acontenció”, ha garantizado el Rey, al tiempo que ha hecho una mención especial “a los jóvenes, que tanto demostraron su impulso solidario y sus ganas de marcar la diferencia”. Estas palabras han provocado el aplauso de los asistentes.
Ya respecto a los premios, ha calificado de “noticia excelente” el aumento de categorías al desdoblarse el galardón de investigación médica. “Los años de la pandemia, entre otras experiencias recientes, nos hablan a las claras de cuánto depende nuestro bienestar de una sanidad que esté siempre en vanguardia en cuanto a avances y conocimientos”, ha comentado.
“INCONFORMISMO”
Para Felipe VI, estos premios “siguen tejiendo vínculos entre ciencia, y tecnología, innovación y emprendimiento”. “Si buscáramos un denominador común a estas cuatro palabras y un rasgo que todos los premiados comparten, creo que podríamos acudir a la palabra ‘inconformismo'”, ha dicho el monarca, que ha alabado el hecho de que las personas distinguidas “apuestan lo más valioso que tienen -su tiempo, su talento, su sabiduría- por el objetivo de hacer un mundo mejor; que asumen una posición ética basada en la entrega: entrega a una vocación, a una disciplina, pero también y, sobre todo, a la sociedad”.
El Rey ha subrayado que, “en los tiempos que corren, el diálogo abierto y constructivo entre quienes crean conocimiento y quienes lo aplican es una necesidad inaplazable, una condición sine qua non para el progreso de nuestras sociedades y, sobre todo para que este sea más justo y equilibrado”.
“La prosperidad económica y social de un país –ha proseguido– no solo depende de su nivel científico y empresarial, sino también de que haya una constante transferencia de conocimiento entre ambos; y de que las estructuras de gestión y control, las administraciones y el marco regulatorio, sean realmente parte activa del éxito porque generen relaciones de confianza, respeto y de propósito compartido hacia el bien común”.
Por eso, ha considerado que estos premios “encierran una lectura de gran valor para la sociedad”, ya que ponen de relieve “la enorme importancia de reforzar las sinergias entre innovación y emprendimiento, entre valor social y valor económico, y entre competitividad y prestigio o imagen país”.
“Y si esa fórmula es una garantía de crecimiento para los estados, cómo no predicarla también de ese gran proyecto de cooperación y concordia supranacional que es la Unión Europea, nuestro mayor activo, como europeos, en este tiempo de grandes desafíos globales”, ha reflexionado Don Felipe, que ha mencionado el informe Draghi que pide realizar un esfuerzo colectivo en I+D+i.
“Sabemos que esa convergencia es posible y que podemos liderarla en tantos ámbitos; basta ver los muchos ejemplos de instituciones de investigación y empresas españolas que son líderes europeas en sus respectivos campos”, ha afirmado.
Tras la reciente renovación institucional del año pasado, “la Unión ha puesto el acento en la seguridad económica y en cómo promoverla a través de las capacidades tecnológicas propias, las alianzas con países terceros y la cooperación entre los socios comunitarios”. “Es una oportunidad que debemos aprovechar con celeridad ante cómo se desarrollan los acontecimientos en el nuevo escenario mundial”, ha considerado.
“MEZCLA DE ESPERANZA Y DESAZÓN”
El Rey ha definido la actual como una “época de cambios trepidantes y grandes incertidumbres” en la que “la mayor certeza -y no es poca- es la capacidad del ser humano de enfrentarse a los mayores desafíos a través del conocimiento”. Ha aludido concretamente al “avance revolucionario” de la inteligencia artificial, que suscita “una mezcla de esperanza y desazón”.
“Nos invita a descubrir vastísimos territorios del saber, aún inexplorados, pero también nos obliga a embridar unos riesgos no menos evidentes. Y para ello no hay otro camino que una apuesta firme, constante y decidida, por la educación y por los mecanismos de claridad, transparencia y rendición de cuentas en las decisiones, de administraciones, empresas e instituciones, que tanto nos afectan a todos los ciudadanos y determinan el futuro”.
Felipe VI ha citado a Nuccio Ordine para subrayar la necesidad de una “dimensión pedagógica”. “En la educación está, en efecto, nuestro gran reto como sociedad. En cómo aprovechar el enorme talento de nuestros jóvenes y acercarlos a la ciencia de manera intuitiva; cómo orientarles hacia un uso responsable de la tecnología, para que sea un aporte, nunca un obstáculo, en su vida adulta; cómo procurar que, incluso allí donde prima el beneficio inmediato, sepan discernir los principios y valores sin los que ningún proyecto o decisión tiene sentido; y cómo seducirles con caminos profesionales tan exigentes, y a la vez tan necesarios, como los que recorren, con gran éxito, nuestros eminentes premiados”, ha concluido.
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