VALÈNCIA, 2 (EUROPA PRESS)
El Museo de la Catedral ha inaugurado este viernes una exposición con lienzos, tablas, esculturas y piezas arqueológicas entre las que se encuentran obras inéditas nunca antes expuestas con motivo del primer centenario del Museo Arqueológico Diocesano de Valencia.
La muestra, bajo el título ‘El antiguo Museo Arqueológico de València. Un proyecto de salvaguarda del patrimonio religioso valenciano’, está ubicada en la segunda planta del museo catedralício y permanecerá abierta al público hasta el 31 de marzo, según ha informado la Archidiócesis de València en un comunicado.
La primera parte de la exposición está dedicada a la fundación del Museo Arqueológico. Puede verse un retrato del cardenal Reig, una Virgen con Niño y el catálogo original del Museo, de 1923, y dos fotografías, de Francisco Vidal y de Antonio Barberá, entre otras obras.
Por su lado, la segunda parte de la muestra sirve de representación del propio Museo Arqueológico y ofrece piezas de óleo sobre tabla y lienzo, relieve, escultura y piezas arqueológicas. Destaca la obra ‘San Miguel pesando las almas’, de Rodrigo de Osona (siglo XVI), un eje vertebrador de la exposición que fue dañada por el incendio del 1936 y fue restaurada por María Gómez, doctora en Bellas Artes.
Al igual que otras piezas de la Catedral, el óleo sobre tabla ‘Christus Patiens’, de Vicente Macip (s. XVI), desapareció en la Guerra Civil y fue recuperado por la Seo en 2021, así como dos capiteles y un candelabro gótico. También puede verse el lienzo ‘Sagrada Familia’, de Jerónimo J. Espinosa (s. XVII), con apariencia oscurecida por la pérdida y alteración de veladuras por el incendio.
Del mismo modo, laa exposición dedica un apartado a dos piezas pendientes de restauración con las que se pretende mostrar “el estado en el que quedó parte del patrimonio tras la Guerra Civil”. Se trata de la ‘Virgen dolorosa’, del siglo XVIII, y una tabla en un “estado deficiente de conservación” por el incendio de 1936. También se expone una tabla de ‘San Blas’, del Maestro de Artés (s.XV), que es una de las últimas piezas quemadas que ha recuperado todo su esplendor tras ser restaurada por María Gómez.
“INSTRUMENTO PARA LA EVANGELIZACIÓN”
El arzobispo de València, monseñor Enrique Benavent, ha asegurado que esta muestra es “una llamada a cuidar el patrimonio artístico que es fuente de vida cristiana y de aportación de la Iglesia al mundo de la cultura, y un estímulo para que no veamos el arte cristiano como algo del pasado y para que la belleza sea instrumento para la evangelización y para la transmisión de la fe”.
“Es testimonio de gratitud hacia un legado que hemos recibido que formó parte de un movimiento más amplio impulsado desde la Santa Sede para poner en marcha museos diocesanos para preservar el patrimonio artístico y para que los sacerdotes conocieran el valor de estas obras”, ha destacado.
Por su parte, el canónigo responsable de Patrimonio de la Catedral, José Verdeguer, ha explicado que la finalidad de la exposición es conmemorar el centenario del Museo Arqueológico que fundó el cardenal Enrique Reig y Casanova, arzobispo de Valencia entre 1920 y 1923, periodo en el que se reunió un conjunto numeroso de piezas que estaban dispersas en iglesias.
“Tenía vocación de continuidad pero el incendio de 1936 en el Palacio Arzobispal lo impidió ya que destruyó gran parte de las obras”, ha defendido, al tiempo que ha señalado que este museo se planteó con una doble función: conservar las obras y educar por medio de ellas.
En este sentido, Néstor Olucha, comisario de la muestra y doctorando en Historia del Arte en la Universitat de València. ha afirmado que la voluntad de la muestra es poner en valor “la historia de esta importante institución museística eclesiástica, uno de cuyos fines era conservar y estudiar el rico patrimonio religioso de la diócesis, misión que cumplió 14 años, hasta el estallido de la Guerra Civil”.
EL GERMEN DEL ACTUAL MUSEO
“Muchas piezas que se exponían en el Arqueológico, no destruidas en 1936 y salvadas tras la Guerra Civil, se exponen ahora en la Catedral, por tanto, el Museo Arqueológico fue el germen en el que bebe el actual Museo catedralicio”, ha aseverado.
Junto al “empeño” del cardenal Reig por la creación del museo, la exposición también destaca la “importante labor” de dos sacerdotes que trabajaron por la conservación de estas sobras: Antonio Barberá Sentamans y Francisco Vidal y Soler. Vidal fue el primer conservador del Museo Arqueológico y Barberá fue el responsable del mismo cuando el cardenal Reig partió a Toledo tras ser nombrado Cardenal Primado. Además, fue el que redactó el catálogo con todas las obras del Museo, de cuya publicación también se cumple el centenario, expuesto en esta muestra.
El desaparecido museo exhibía, además de pintura y escultura, orfebrería, textiles y obra gráfica. El componente arqueológico del nombre deriva de un significado del término distinto al actual, ya que no es una arqueología de excavación estratigráfica, sino que está relacionado con el concepto del siglo XIX referente al rescate de obras.
Instalado en varias salas del piso superior del Palacio Arzobispal, el Museo Arqueológico Diocesano se organizaba en tres amplios salones donde fueron distribuidos los cerca de 230 objetos que integraban las colecciones permanentes. Entre ellos destacaban pinturas sobre tabla y sobre lienzo, relieves, esculturas, ropas litúrgicas, libros y pergaminos, orfebrería e incluso restos arqueológicos. Todo presentado según los criterios museísticos del momento.
El comienzo de la Guerra Civil supuso el final del Museo Arqueológico. El 21 de julio de 1936, el Palacio Arzobispal fue asaltado e incendiado, al igual que la Catedral y otros edificios religiosos.
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