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El autor del grafiti indultado de David Bowie cierra su viaje en L’Etno con las palabras: “Ya me puedo morir tranquilo”

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La obra se exhibe de forma permanente desde este lunes en la sección ‘Ciudad’ del Museo

VALÈNCIA, 20 (EUROPA PRESS)

El grafiti indultado de David Bowie, con el que el artista valenciano Jesús Arrúe quiso reivindicar lo que fue El Carmen, su barrio, en los años 80, con sus tribus urbanas y su música frente a la gentifricación que se ha adueñado ahora de este centro histórico, cierra su viaje en l’ETNO, junto al espacio en el que se forjó, pero esta vez para exhibirse de forma permanente. “Cuando le vendí un cuadro a Madonna sucedieron muchísimas cosas, pero que una pieza de un artista esté en un museo es un lanzamiento brutal, ya me puedo morir tranquilo”, proclama el autor.

El trabajo fue pintado entre mayo y junio del 2019 al lado del antiguo estudio de pintura de Arrúe, situado en la calle Beneficencia, y la campaña de Instagram #salvemosgraffitibowie consiguió salvar este trozo de muro de las obras en el edificio, sucedidas en el año 2022.

Este lunes esta pieza emblemática del arte urbano y el patrimonio cultural de la ciudad –y primer grafiti en España en ser indultado– ha salido del Centre del Carme donde permanecía hasta ahora para instalarse de forma definitiva en la sección ‘Ciudad’ de la exposición ‘No es fácil ser valenciano/valenciana’ del Museu d’Etnologia de la Diputación de Valencia.

El artista recuerda que cuando toda esta aventura comenzó cuando su padre estaba en un hospital: “Mi padre es quizás la persona que más se ha sentido orgulloso de mí y él supo que el grafiti de su hijo iba a ser indultado días antes de morir”. “Es un orgullo total que una pieza de arte urbano se quede en un museo como L’ETNO porque pertenece realmente a la ciudad de València”, comenta su creador, que ha seguido el complejo operativo del trasladado de la obra dada su fragilidad y valor artístico.

Arrúe muestra así su “emoción” por el destino final de su obra. “Este trabajo se hizo en un muro justo detrás del museo y es una pieza que pertenece a esa etnología realmente y me encanta que esté aquí, donde yo me he criado. Mi colegio está enfrente, y ahora pasaré todos los días junto a ella para ir a mi estudio”, señala.

Cuenta que el grafiti “no es solo una imagen de David Bowie”, uno de sus ídolos, sino que esconde “un contexto detrás: Es la reivindicación de lo yo viví en el barrio del Carmen de los 80, de las tribus urbanas, de la música de la que formé parte, cuando ahora todo eso ha desaparecido un poco por la gentrificación y por ese exceso de turismo que se nos ha ido un poquito de las manos”. “Necesitaba –añade– plasmar esa esencia que está desapareciendo y de que el casco antiguo no se vuelva un parque temático”.

Del mismo modo, ha agradecido a la Diputación y al director del museo el trato “exquisito” que le han dispensado y ha tenido palabras también de reconocimiento a los concejales Fernando Giner y Gloria Tello –que estaban presentes también en el acto– por haber iniciado este recorrido en la pasada legislatura.

“MUROS DE LA CIUDAD, METAFORA DE LA SOLEDAD”

Por su parte, el director del museo, Joan Seguí, explica que se decidió reubicar la obra en la parte final de esta sección que “habla precisamente de los muros de la ciudad en el sentido de espacios donde se hace expresión artística, política y de muchos tipos, son estos muros de la ciudad una metáfora para la soledad, la marginalidad y otras cuestiones y tener una pieza que es un fragmento de un muro real intervenido por un artista en formato de grafiti era una perita dulce”.

“Nosotros no somos un museo de arte ni queremos serlo, somos un museo de cultura popular, y entendemos que los grafitis forman parte de ella”, aclara. Por ello, sus paredes recogen también los trabajos de La Nena Guapa, David Limón o Toni Espinar.

Del mismo modo, el diputado de Cultura, Paco Teruel, resalta que fue el propio artista quien les propuso la donación y consideraron que el museo de Etnologia de la Diputación era un espacio “ideal” para “conservar y difundir una obra que se ha convertido en parada obligada en las rutas de arte callejero valenciano”. “La propia ciudadanía organizó una campaña para encontrar un espacio público para esta imagen de David Bowie, y se puede decir que Bowie ya tiene su espacio permanente en Valencia”, añade Teruel.


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