VALÈNCIA, 14 (EUROPA PRESS)
La Policía Local de València ha decomisado 125 frascos de perfume y 96 de crema falsificados que iban a ser vendidos en una parada del mercado extraordinario de Castelló. El precio de venta de los productos originales en el mercado podría ascender a una cantidad cercana a los 14.000 euros.
Los hechos ocurrieron cuando agentes de la Policía Local que realizaban un control de seguridad en la calle José Soto Micó de València solicitaron la documentación al conductor de un vehículo. En ese momento, observaron varias bolsas llenas de perfumes y cremas de primeras marcas.
Una de las ocupantes del vehículo comentó a los agentes que acababan de comprar los perfumes y las cremas en el barrio de La Torre, aunque no fue capaz de aportar documentación que pudiese acreditar la compra de estos productos, según ha informado la Policía Local en su cuenta de la red social Facebook.
Seguidamente, los ocupantes del vehículo aseguraron a los agentes que habían comprado los perfumes en la calle a unas personas por 300 euros, es decir, menos de dos euros por unidad. Sin embargo, el valor de mercado de estos productos podría superar los 100 euros por unidad, según la Policía Local.
Tras realizar los agentes una inspección “detallada” del vehículo, encontraron otras cajas de cartón que estaban llenas de productos cosméticos. En un primer momento, los perfumes y las cremas “parecían originales”.
Sin embargo, tras realizar una inspección “más minuciosa”, los policías comprobaron indicios de que se trataba de falsificaciones, motivados por la calidad de los embalajes, la repetición de los códigos de barras y los números de serie. Estas sospechas, junto a la no acreditación de la procedencia de los productos, ha motivado el decomiso de los productos.
Los agentes han informado de los hechos a la autoridad judicial por si los mismos pudieran constituir un ilícito penal contra la salud pública o la propiedad industrial.
Desde la Policía Local han aprovechado para advertir de que este tipo de productos, que no cumple con los controles legales, pueden suponer “un riesgo para la salud y suponen, además, una competencia desleal para los establecimientos que venden los productos originales”.
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