VALÈNCIA, 22 (EUROPA PRESS)
El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, ha mostrado su respeto a la potestad del Ayuntamiento de València para restringir el uso de viviendas turísticas, aunque ha advertido que el principal “problema” de estos pisos es la clandestinidad y la economía sumergida.
Así lo ha declarado, tras la inauguración del Congreso Mundial de Destinos Turísticos Inteligentes, al ser preguntado por la sentencia del TSJCV que anula cinco restricciones sobre las condiciones que el Plan Especial de Protección (PEP) Ciutat Vella impone para solicitar la compatibilidad urbanística de uso de vivienda turística en cuatro de los barrios del distrito (El Carme, La Seu, La Xerea y El Mercat).
Colomer ha remarcado que no puede valorar el fallo porque lo desconoce y “sería presuntuoso”, además de subrayar que es “consciente” de sus competencias y que lo que debe “custodiar” es la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad. Esta norma autonómica, aprobada en 2018, da a los municipios la potestad de elegir su modelo turístico, algo que a su juicio “siempre ha quedado muy claro”.
Cuestionado por si València va en la dirección correcta, ha insistido en que no le corresponde elegir su modelo turístico, aunque ha reiterado que esta ciudad debe “hacer una apuesta por el turismo” como él alega “permanentemente” para toda la Comunitat.
Dicho esto, el responsable autonómico ha reconocido que “el problema de las viviendas de uso turístico es la clandestinidad, la economía sumergida, la competencia desleal y el intrusismo”. “Eso sí ha podido saquear el alma de muchas ciudades en el mundo”, ha constatado, para después remarcar que para que haya clandestinidad debe haber “voluntad de ser clandestino” y que “eso tampoco hay que confundirlo”.
UN PISO TURÍSTICO NO ES UN PROBLEMA
Es algo que ha diferenciado del alojamiento reglado que “genera economía”, ya que ha recordado que la vivienda turística está reglada al igual que un camping, un hotel o un establecimiento rural”. “La vivienda turística de por sí no es un problema –ha abundado–, depende del ordenamiento de la ciudad y de sus consensos. Respeto lo que haga València”.
Además, ha defendido que este modelo debe partir de un consenso entre los vecinos y el sector turístico, así como que la autonomía municipal “se debe respetar”. “Somos un modelo de modelos: esa es la Comunitat Valenciana”, ha dicho.
Por tanto, repreguntado por si cree que en València debe de haber una mayor restricción, Colomer ha insistido en que eso “lo tiene que decir la ciudad” y ha señalado que “nada tiene que ver” la capital del Turia con ciudades como Benidorm, Cullera o La Tinença de Benifassà.
“Un PGOU (plan general de ordenación urbana) es a una ciudad lo que una Constitución a un Estado”, ha ilustrado tras recordar que la inclusión de las viviendas turísticas en el registro autonómico específico requiere del “visto bueno” de los ayuntamientos de acuerdo a sus planeamientos urbanísticos.
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