La oposición rechaza el “experimento” del alcalde: habla de repercusiones en comercio y pide “priorizar” fiestas tradicionales
VALÈNCIA, 25 (EUROPA PRESS)
El pleno del Ayuntamiento de València ha aprobado este viernes, en una sesión extraordinaria y con los votos a favor del equipo de gobierno conocido como Govern del Rialto y formado por Compromís y PSPV, las fiestas de carácter local que se incluirán en el calendario laboral de 2023 en la ciudad.
Este acuerdo incluye declarar festivo el 24 de abril al trasladar a esa fecha la festividad del 22 de enero, día de San Vicente Mártir, que cae domingo, y también la semana laboral de cuatro días planteada por el alcalde, Joan Ribó (Compromís), a modo de prueba.Con el traslado del 22 de enero al 24 de abril, en la capital valenciana habrá cuatro lunes festivos seguidos: el Lunes de Pascua (10 de abril), San Vicente Ferrer (17 de abril), 24 de abril, y Día del Trabajador (1 de Mayo).
El calendario propuesto por el ejecutivo municipal ha sido aprobado esta jornada después de que en el pleno celebrado la pasada semana, el ordinario de noviembre, la corporación municipal rechazara esa iniciativa con el no de la oposición –PP, Cs y Vox–. Entonces contó con 11 votos a favor –de Compromís y PSPV– y 16 –de la oposición– en contra, mientras que este viernes ha salido adelante con 17 respaldos y 16 rechazos”.
A pesar de la mayoría de Compromís y PSPV en el consistorio, el planteamiento del Govern del Rialto no salió adelante la semana pasada por la ausencia de seis concejales del ejecutivo durante la votación.
La medida se presentó de nuevo el pasado martes en una comisión municipal extraordinaria –la de Bienestar y Derechos Sociales, Educación, Cultura y Deportes–, donde fue aprobada y este viernes en un pleno extraordinario en el que figuraba como único punto del orden del día y en el que ha estado presente todo el ejecutivo local durante la votación.
En el debate de esta jornada, el edil de Vox Vicente Montañez ha apuntado que el Govern del Rialto no pudo aprobar su propuesta porque algunos de sus ediles estaban “tomando café o en el baño” y ha dicho que la semana laboral de cuatro días que impulsa es “un experimento electoralista de Ribó” para “ver cuáles son los resultados”. Ha calificado de “vergüenza el pleno” y de “absolutamente intolerable” la actitud del ejecutivo “desde el punto de vista de las instituciones”.
Por su parte, la edil de Cs Amparo Picó ha expresado “malestar e indignación ante la falta de responsabilidad y de ética política” del ejecutivo local “al no querer asumir que fuera rechazada su propuesta en el pasado pleno por estar ausentes a la hora de votar seis concejales del equipo de gobierno”.
Picó ha censurado que se haya convocado una comisión y un pleno extraordinarios “para que sí o sí se apruebe su propuesta” de festivos. “A esto es a lo que nosotros llamamos dictadura pura y dura”, ha asegurado, a la vez que ha indicado que Cs rechaza declara el 24 de abril festivo por ser “un lunes que no tiene ninguna trascendencia festiva para la ciudad.
La concejala de Cs ha lamentado que no se haya aceptado hacer festivo el 17 de marzo coincidiendo con “fechas muy señaladas y con trascendencia” como las Fallas y ha reprochado a la Concejalía de Cultura Festiva que no apueste “por priorizar las fiestas y tradiciones valencianas” al pensar en los cambios que se han de incluir en el calendario de fiestas locales para 2023. “Menos experimentos y más apoyo a las fiestas y tradiciones”, ha insistido.
“UNA PANTOMIMA”
Desde el PP, Santiago Ballester ha asegurado que “no existe consenso” en torno al traslado del festivo de San Vicente Mártir a abril, sobre todo, entre “las principales federaciones festivas y los comercios”.
“Esto es un experimento, una pantomima”, ha expuesto Ballester, como también ha hecho antes del pleno la portavoz de este grupo, María José Catalá. Esta formación ha considerado que “los más perjudicados” con la semana laboral de cuatro días serán los comerciantes, dado que “va a repercutir en su facturación”.
Por parte del gobierno, el edil de Cultura Festiva y portavoz de Compromís, Carlos Galiana, ha aludido a la ausencia de representantes del ejecutivo en la votación del pleno anterior y ha señalado que “todos” los ediles salen para comer, ir al baño o atender a gente.
“Hay una cosa que se llama cortesía parlamentaria. Es una cuestión de todos”, ha destacado. Galiana ha agregado que en este caso lo que pasa es que “el voto de la oposición no es imprescindible para aprobar cosas y el del gobierno sí.
En las réplicas, Vicente Montañez ha dicho que quedaba “claro” que los miembros del ejecutivo “son unos auténticos dictadores” y unos “autoritarios”, además de censurar que sus ausencias en la votación del pleno anterior mientras los ediles de otros grupos, que pasan “las mismas vicisitudes”, estaban.
“En su intervención, Galiana nos ha dado la razón: son un equipo de gobierno y deben tener la máxima responsabilidad. Por eso, debería haber estado seis concejales. Es cuestión de responsabilidad”, ha agregado Amparo Picó.
Antes del pleno, el alcalde ha defendido la posibilidad de probar la semana laboral de cuatro horas “modificando solo un día”. “Creo que es muy importante para ver determinados aspectos de la ciudad cómo se pueden modificar. Es el único objetivo”, ha declarado Ribó, que ha señalado que hay otros países que se están planteando este tema. “Bajar el número de días y horas de trabajo ha sido siempre un hito histórico”, ha apuntado.
“VERDADERA CONCILIACIÓN”
Por parte del PSPV, su portavoz y vicealcaldesa, Sandra Gómez, ha aseverado también antes de la sesión que para su formación “lo más importante es ayudar a hacer jornadas laborales que generen y favorezcan la conciliación” entre “la vida familiar y la profesional”.
Gómez ha citado como ejemplo “jornadas intensivas razonables” que ayuden “a la verdadera conciliación”. “Para el Partido Socialista lo primero siempre va a ser favorecer el empleo, la estabilidad laboral y la verdadera conciliación”, ha subrayado.
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