ALICANTE, 21 (EUROPA PRESS)
La ciudad de Alicante ha inaugurado este lunes el monumento en memoria a las víctimas de la pandemia de la Covid-19, situado frente al Hospital General, en recuerdo de los fallecidos que ha dejado la pandemia en la provincia y a los considerados profesionales esenciales en la crisis sanitaria, de todos los sectores que estuvieron en primera línea los meses del confinamiento.
Testimonios de familiares de fallecidos y personas que han sufrido la enfermedad han puesto voz a la experiencia vivida en este tiempo. Entre ellos, un paciente que estuvo 159 días ingresado en el hospital por el coronavirus, 101 en la UCI.
La escultura, que lleva por nombre ‘Bocas que vuelan’, ha sido realizada por los artistas Natalia Ferro y Carlos Lorenzo, y está inspirada en un verso de Miguel Hernández. Para su elaboración se ha contado con materiales de la provincia y está formada por tres elementos de mármol, bronce y una estructura metálica en acero corten.
El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el director general de Administración Local de la Generalitat Valenciana, Toni Such, han estado presentes en el homenaje junto con concejales de la corporación municipal y representantes de la Policía Local, Nacional, Protección Civil, Guardia Civil y de la sociedad civil.
Entre las intervenciones, ha destacado la de Marcos González, un vecino de Alicante que estuvo 159 días ingresado en el Hopistal Dr. Balmis tras contagiarse en la primera ola en marzo de 2020. De ellos, 101 los pasó en la UCI, la mayoría en coma inducido.
“Cuando desperté, habían pasado muchas cosas en España. Los sanitarios salvaron mi vida y sujetaron la vida de mis familiares. Si estoy aquí, es gracias al trabajo de los equipos médicos”, ha señalado. González ha pedido a las autoridades que se reconozca la covid persistente “como enfermedad laboral”.
“ÁNGELES INVISIBLES”
Por su parte, Asunción Martínez, hija de una víctima de la covid, ha contado que su padre estuvo una semana ingresado y, al igual que el resto de los asistentes, ha mostrado su agradecimiento al personal sanitario por su labor en los primeros meses de la pandemia. “Nunca, por muchos aplausos, podremos agradecer el trabajo que hicieron”, ha añadido Martínez, quien ha señalado que fueron “ángeles invisibles” que han logrado que las víctimas “no sean las grandes olvidadas”.
Barcala ha explicado que la escultura obedece a una “deuda” del Ayuntamiento no solo con el recuerdo de las víctimas, sino también de “gratitud”. “Es un recuerdo a todos aquellos, servicios de emergencias y esenciales, así como los sectores que estuvieran en primera línea, desde sanitarios a los que tantas vidas debemos; a los que estuvieron y no bajaron la guardia en ningún momento y pusieron por encima la salud de los demás antes que sus propios intereses”, ha señalado.
Sobre la escultura, ha explicado que la boca que se descubre, lo hace “tras dejar pasar el terror de la pandemia” y “abre la puerta a la esperanza”. “Es una simbología que nos hizo aprobar por unanimidad esta escultura que hoy inauguramos a las puertas del Hospital General, donde tanta vida se salvó y tanto drama se vivió”, ha zanjado.
Por su parte, Mazón ha lamentado que la Covid sigue dejando víctimas y ha recordado a las 3.900 en la provincia de Alicante: “La pandemia fue una moneda con dos caras: una con las vidas perdidas y otra con el esfuerzo colectivo, de voluntarios, de sanitarios que al principio trabajaron sin material ni conocimientos, esa explosión de generosidad”, ha sostenido.
En el evento han intervenido también en representación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad una agente de la Policía Local de Alicante, Nuria Torrejón, y un agente del Cuerpo de Policía Nacional, José Luis Martínez. Por parte de los sanitarios, lo ha hecho la supervisora de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General, Sonia Balboa; una representante de un supermercado, Patricia Gil, y un voluntario del Banco de Alimentos, Omar Moya.
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