
ALICANTE, 10 (EUROPA PRESS)
La Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca ha destinado más de 1,2 millones de euros, financiados con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) de la Unión Europea (UE), para obras de restauración del río Segura entre la pasarela peatonal de Rojales y el puente de la carretera N-332 en Guardamar del Segura, en la comarca de la Vega Baja (Alicante), con el fin de “evitar avenidas de agua” ante episodios de lluvia.
La directora general de Agua y Desarrollo Rural, Sabina Goretti Galindo, ha visitado estas actuaciones, acompañada por la delegada del Consell en Alicante, Agustina Esteve; la diputada autonómica, María Gómez; el alcalde de Guardarmar del Segura, José Luis Sáez; el alcalde de Rojales, Antonio Pérez, y técnicos de Tragsa y de la dirección general de Agua y Desarrollo Rural, según ha informado la Generalitat en un comunicado.
La presencia de vegetación exótica invasora en el cauce –principalmente cañas– merma su capacidad hidráulica y, con ello, la respuesta ante la ocurrencia de fuertes episodios de lluvia que lleven asociados una crecida del nivel de las aguas.
Para evitar esta situación, según ha apuntado la Generalitat, es necesario eliminar masa vegetal, así como acondicionar, podar y extraer especies invasoras existentes en el dominio público hidráulico, para “garantizar que la capacidad del cauce es suficiente para el desagüe de la máxima crecida ordinaria”.
FASES DE LAS OBRAS
La primera fase de las obras consiste en el desbroce selectivo, la limpieza y la retirada de todos los restos generados, tanto vegetales como inertes. Además de cañas, se retirará el resto de especies vegetales invasoras que existan, “respetando siempre la vegetación autóctona y protegida”.
Tras el desbroce, se triturarán los restos vegetales y se retirarán tanto los escombros como otros elementos que puedan obstruir el cauce.
Igualmente, se prevé implementar en determinadas zonas una cobertura opaca, que consiste en la instalación de una lámina de polietileno de alta densidad de un milímetro (mm) de espesor sobre la zona de cañaveral desbrozado.
Con ello, según Agricultura, se impide la entrada de luz solar, un aumento de la temperatura en su interior y una baja concentración de oxígeno, lo que consigue debilitar e impedir el rebrote del sistema reticular –rizoma–.
Por su parte, la segunda fase consiste en preparar el terreno con hoyos y plantar especies vegetales de riberas autóctonas. Finalmente, se procederá al mantenimiento de las zonas restauradas mediante desbroces manuales reiterados, riego continuo, limpieza de hoyos y reposición de marras.
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