La madre niega que su marido maltratara a los niños y solicita que le retiren la orden de alejamiento
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Una de las hijas del médico de Colmenar Viejo detenido por presuntos malos tratos denunció en el colegio la situación que estaba viviendo junto a sus siete hermanos el mismo día que le dieron las notas del segundo trimestre por miedo a tres suspensos.
“Me dijo un día antes que iba a haber fiesta con las notas”, una frase que habría interpretado como palizas y que desveló durante su exploración en el juzgado a través de lo que se denomina prueba preconstituida, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Su madre, que también fue detenida y está en libertad con cargos, niega los presuntos malos tratos de su marido contra sus ocho hijos y contra ella misma, tachando de “inciertas” las acusaciones vertidas por los menores.
La Guardia Civil detuvo al matrimonio a finales del mes de marzo por presunto maltrato a los niños, a quienes obligaban a “malvivir” en una habitación, teniendo prohibido pisar el salón. Los menores eran castigados mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda.
El caso tiene dos vertientes judiciales. Por un lado, un juez de Violencia sobre la Mujer lleva la causa relativa al presunto maltrato a la mujer, un extremo que ésta niega y en el que actúa de oficio la Fiscalía de Madrid.
El matrimonio está en libertad con cargos y sobre el médico pesa una orden de alejamiento respecto a su mujer. Dicha medida cautelar fue instada por el fiscal ya que la madre ha renunciado a ejercer acusación contra su pareja.
La defensa de la madre ha solicitado al juzgado que levante esa medida, dado que su clienta niega haber sido objeto de malos tratos físicos y psicológicos y sostiene que las acusaciones de los menores son “inciertas”.
En otra causa, otro juez de Colmenar sigue el caso relativo a los menores, cuyo testimonio se está llevando a cabo a través de lo que se denomina prueba preconstituida. El magistrado les retiró la patria potestad y ahora están tutelados en un centro de la Comunidad de Madrid.
La prueba preconstituida en menores se lleva a cabo en lo que se conoce como Cámaras Gesell, una sala especial en los juzgados acondicionado para evitar la victimización secundaria de los menores. Esta prueba se reproduce en el juicio y así se evitar a las víctimas vulnerables a tener que rememorar lo vivido.
Por ahora, el juez ha escuchado el relato de una de las niñas y en breve se realizará la exploración de otra de los menores. Al parecer, la menor acusó al padre de maltratarla a ella y a otros dos hermanos, así como de abusar de ella y de otra menor. La chica habría comentando que ahora lleva la vida que soñaba al recibir una paga y poder salir con sus amigas, según han indicado las mismas fuentes.
DENUNCIA TRAS LAS NOTAS
El caso arrancó después de que una de los niñas contara en el colegio que sus hermanos y ella eran objeto de maltrato por parte de sus padres. Según las mismas fuentes, la denuncia de la menor se produjo justo el día que le dieron las notas del mes de marzo.
Al parecer, su padre le comentó un día antes que “iba a haber fiesta” cuando recibiera las notas, lo que interpretó como palizas. La menores suspendió tres asignaturas y decidió contar a sus profesores lo que estaba supuestamente viviendo en su casa.
El pasado 20 de marzo, el Equipo de Policía Judicial de Colmenar llevó a cabo una entrada y registro del domicilio. En dicho registro también participaron el Fiscal de Guardia, Agentes tutores de la Policía Local de Colmenar Viejo, Servicios Sociales y agentes del Equipo Mujer Menor (EMUME) de la Comandancia de Madrid.
A raíz de estos hechos se realizó un estudio pormenorizado del entorno familiar de la presunta víctima, contrastando también los datos con los agentes tutores de la Policía Local y Servicios Sociales de Colmenar Viejo. Todo ello permitió descubrir que además de la joven había otros siete menores que también pudieran ser víctimas de violencia doméstica.
Los menores solían faltar constantemente a clase, siendo justificadas las ausencias escolares por el padre, que ejerce de médico en un hospital madrileño. Fue entonces cuando se establecieron vigilancias en las inmediaciones del domicilio familiar, donde las sospechas confirmaron los recelos de los investigadores.
SUCIEDAD EN UNA VIVIENDA “INSALUBRE”
La vivienda presentaba un estado de insalubridad en todas las dependencias a excepción del despacho del padre. De los dos baños existentes, solo uno de ellos era utilizado, encontrándose sucio y lleno de enseres.
La cocina presentaba un aspecto “deplorable”, sin limpiar y en una situación higiénico sanitaria pésima. Se hallaron una gran cantidad de uniformes hospitalarios (batas, trajes de quirófano), material hospitalario (guantes, mascarillas, gasas, medicamentos), de los que en un primer momento no pudo acreditar su lícita procedencia por lo que se investiga al varón por un delito de hurto.
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