La comitiva real partió desde la plaza del Rey, punto en el que se ubicaba por aquel entonces el Circo Price
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Cada 5 de enero, la Comunidad de Madrid se llena de ilusión con la llegada de los Reyes Magos y la tradicional Cabalgata con la que sus Majestades de Oriente recorren las calles de todos los municipios para saludar a los más pequeños y recibir las llaves maestras que les permitirán dejar los regalos bajo el árbol en la noche más mágica del año.
Este evento, que se inició en España en el pueblo alicantino de Alcoi en 1866, llegaría por primera vez a ciudad de Madrid de manera “oficial” 62 años después, en 1928. Los Reyes Magos se subirían a esta primera cabalgata de la mano del ‘Heraldo de Madrid’, diario de tirada en la capital, junto con el apoyo ciudadano.
Así, según recoge la Biblioteca Nacional de España, en las instalaciones de este diario, ubicadas en la calle Marqués de Cubas, se ideó una gran fiesta para ofrecer regalos a los niños pobres, “merecedores, como tantos otros, de una digna Navidad con sus muñecas y sus automóviles de juguete”.
Para llevar a cabo este acontecimiento navideño, se realizó una exposición de los primeros grandes lotes de juguetes para los niños ingresados en el Hospital de La Inclusa. Esta institución, ubicada en las cercanías de la Puerta del Sol, en la calle Preciados, albergaba a menores abandonados en la calle, en iglesias o en los tornos instalados en distintos puntos de la ciudad.
De este modo, en la festividad de los Reyes, se organizó una gran cabalgata formada por varios camiones que se encargaron de trasladar el “árbol de Noel” y los juguetes a La Inclusa, así como al asilo de San José. En concreto, Melchor, Gaspar y Baltasar, lejos de repartir los miles de caramelos actuales, en aquel momento llevaron “numerosos” y “variadísimos” juguetes, tal y como recoge la crónica de ese día.
“Desde los más caros a los más modestos. Muñecas modernas, de rostros primorosos y trajes de seda; peponas de cartón, vestidas de percalina; caballos de todas clases y tamaños, juegos de sport, casitas de muñecas, cocinas, coches, tranvías y automóviles”, detalla el diario.
Pese a ello, los niños asistentes al evento también recibieron prendas de ropa como camisetas de punto, lencería o toquillas. Las encargadas de La Inclusa fueron las encargadas de distribuir “de manera equitativa” los presentes.
UN RECORRIDO POR LA CIUDAD CON LOS PAYASOS DEL CIRCO PRICE
Así, tal y como recoge el Heraldo del 6 de enero, disponible en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional, la comitiva real partió a las doce en punto desde la plaza del Rey, punto en el que se ubicaba por aquel entonces el Circo Price (donde ahora se ubica la sede del Ministerio de Cultura).
Según recoge el periódico de la época, el cortejo estuvo compuesto por los batidores municipales de gala, la banda de cornetas de la Guardia municipal, heraldos con sus clarines la colección de caballitos enanos con sus servidores y, finalmente, los tres Reyes Magos con su corte de Oriente.
El recorrido por las calles de la capital transcurrió por el paseo del Prado, ronda de Atocha, Embajadores, Cibeles, Calle Alcalá y O’Donell, donde finalizó a las 13 horas. El Heraldo subraya entre sus páginas que el alcalde madrileño José Manuel Aristizábal no concedió el permiso a la organización para hacer pasar la cabalgata por la Puerta del Sol, así como otros lugares céntricos de la capital.
Allí también desfilaron los payasos del Circo Price y sus “pintorescos trajes”, acompañando a Melchor, Gaspar y Baltasar en la comitiva y custodiando los regalos que marchaban sobre las carrozas. Antes de procederse al reparto de juguetes, el Price protagonizó una fiesta circense “improvisada” para los asistentes.
UN ‘CROWDFUNDING’ SOLIDARIO PARA LOS NIÑOS DE LA INCLUSA
La jornada de la que se considera como primera cabalgata “oficial” de la capital, así como la posterior fiesta, fue filmada y exhibida en los “principales cinematógrafos” de Madrid.
Por otro lado, ‘El Heraldo’ destaca que los juguetes repartidos a los 700 niños asistentes al evento han sido fruto de la colaboración de distintas entidades para los niños de La Inclusa, “merecedores de una ilusión y unos momentos de alegría”.
Para seguir beneficiándolos, se impulsó una campaña de donativos a modo de ‘crowdfunding’ para seguir ayudando a estos niños gracias al apoyo ciudadano. En concreto, el número del 6 de enero del citado diario detalla que hasta aquel momento se habían recaudado un total de 2.580,90 pesetas, poco más de 15 euros.
Hay que tener en cuenta que la información exacta es limitada, aunque si se consulta el artículo ‘Una estimación del coste de vida en España (1861-1936)’, escrito por la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Esmeralda Ballesteros, con 2.580 pesetas se podían adquirir en España hasta 4.691 litros de leche, 172 pares de calzado, 12 bicicletas o 3.583 entradas de cine.
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