MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El uso de técnicas criminalísticas propias de homicidios ha llevado a procesar a un cazador furtivo detenido en febrero de 2020 por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil en el municipio madrileño de Villamanta.
Se trata del primer caso en la Comandancia de Tres Cantos en el que se obtiene la principal prueba de cargo contra un furtivo gracias al cotejo de la sangre hallada en el vehículo del arrestado con la de un ciervo decapitado que se localizó en una finca próxima al lugar donde se produjo la detención.
En casos de furtivismo es más habitual el empleo de técnicas de balísticas para obtener pruebas al cotejarse proyectiles hallados en los animales con el arma de fuego usada.
El juez de Instrucción número 1 de Navalcarnero emitió recientemente un auto por el que procesa al detenido y en el que emplazaba a las partes a presentar sus respectivos escritos de acusación o defensa de cara a la celebración del juicio.
Al detenido se le localizó la madrugada de los días 18 y 19 de febrero de 2020 de noche cerca de una finca privada, realizando los agentes una exhaustiva inspección en su vehículo en el que se halló un rifle, cartuchos del calibre 308, cebos para animales y una bolsa con restos de sangre.
Sin embargo, no portaba ningún animal o pieza abatida por lo que había una posibilidad de que no se pudiera podía proceder contra el mismo. Ese día, el guarda de la finca halló el cadáver de un ciervo decapitado, cuyo muerte se atribuye a este cazador furtivo.
Según los agentes, la madrugada del martes al miércoles de los días 18 y 19 de febrero de 2020, se dirigió hasta una finca de Villamanta (Madrid), donde saltó el vallado. En el coto, abatió mediante arma de fuego a un ciervo, cuyo cadáver fue encontrado en el interior del citado coto.
Del ciervo se obtuvieron restos de ADN que fueron remitidos al laboratorio de criminalística de la Guardia Civil, con la finalidad de compararlos con los restos de sangre obtenidos de las pertenencias del sospechoso. Tras recibirse los resultados positivos, la Guardia Civil procedió a la detención del individuo, un español de 38 años, por delitos de caza furtiva.
Al procesado se le acusa ahora de un delito relativo a la protección de la fauna y otro delito de tenencia ilícita de armas. Las penas que solicita una de las acusaciones se han visto rebajadas ante la aplicación de una atenuante de dilaciones indebidas debido a que en medio de la instrucción se produjo el traslado de los juzgados de Navalcarnero.
Se pide por el primer delito la pena de multa de 3 meses y veintinueve días, con cuota diaria de 8 euros, e inhabilitación para el ejercicio de cazar durante un año y medio. Se solicita también cinco meses de prisión por el segundo delito.
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