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Cuarenta años del trágico Vuelo 011 de Avianca: 181 fallecidos y la cultura iberoamericana como víctima indirecta

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Mejorada del Campo fue escenario el 27 de noviembre de 1983 del segundo peor accidente aéreo de la historia de España

MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

Este lunes, 27 de noviembre, se cumplen cuatro décadas del segundo peor accidente aéreo de la historia de España, ocurrido en el municipio madrileño de Mejorada del Campo y que se saldó con la muerte de 181 personas, entre ellas diferentes personalidades de la cultura española y, sobre todo, iberoamericana.

Cuatro escritores: el mexicano Jorge Ibargüengoitia, el peruano Manuel Scorza, la argentina nacionalizada colombiana Marta Traba y su marido, el uruguayo Ángel Rama, volaban camino de Bogotá para participar en el Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana –que tenía a Gabriel García Márquez como padrino– cuando el Boeing 747 de Avianca se estrelló en Mejorada del Campo mientras se aproximaba al aeropuerto de Barajas para hacer una escala en su ruta desde París (había despegado primero de Frankfurt).

En el aparato viaja también la pianista barcelonesa Rosa Sabater, que al igual que el resto de figuras culturales presentes encontraron la muerte en Mejorada junto con otras 176 personas, un siniestro aéreo –el segundo peor de la historia de España tras el de Los Rodeos (Tenerife) en 1977, que dejó 583 muertos, y el peor de la compañía Avianca y de una aeronave colombiana–, con once únicos supervivientes. El vuelo JK5022 de Spanair que se estrelló en Barajas en su despegue hacia Gran Canaria en 2008 dejó 154 víctimas mortales y 18 heridos.

Su recuerdo nota el peso del paso del tiempo, especialmente en España, a pesar de lo cual sus nombres se resisten a caer en el olvido, auxiliados por editores o instituciones públicas.

Tras quedar descatalogadas en España la mayoría de sus obras, el editor palentino José Ángel Zapatero, responsable de Menoscuarto Ediciones, volvió a editar al mexicano Jorge Ibargüengoitia en 2022, concretamente su obra ‘Los conspiradores’ (1981) –‘Tras los pasos de López’ en México–.

Zapatero defiende al autor guanajuatense como “una de las voces más interesantes de la última literatura mexicana e hispanoamericana en general”. “En México era un autor muy popular, en el buen sentido de la palabra, llegaba a muchísima gente, pero el lector culto lo tenía un poco apartado porque no entendían que un autor popular y con humor fuese un autor bueno. Afortunadamente eso ha cambiado totalmente y en México y en el resto del mundo está considerado como una de las voces más interesantes de la última literatura mexicana”, subrayaba el editor en declaraciones a Europa Press con motivo de la reedición de la obra.

Se trata de un autor, subrayaba, que a pesar de las diferencias de estilo con los representantes más destacados del ‘realismo mágico’, bien podría ser “uno más de los escritores del ‘boom’ latinoamericano” surgido entre los años 60 y 70 del siglo XX.

MARTA TRABA Y ÁNGEL RAMA

En el malogrado vuelo 11 de Avianca viajaba también el matrimonio formado por los críticos Marta Traba y Ángel Rama, argentina nacionalizada colombiana ella y uruguayo él.

Hija de emigrantes gallegos, Traba nació y creció en el contexto de la ‘década infame’ y el ‘peronismo clásico’ argentinos, hecho que marcaría sensiblemente su infancia y adolescencia y forjaría el carácter de su juventud, asentada en un fuerte compromiso político, como subrayan desde la editorial Firmamento, responsable de la reedición en España del título de esta autora ‘Las ceremonias del verano’.

Tras instalarse en Colombia en 1954, la autora inició una intensa labor como agitadora de la vida cultural de la época hasta convertirse, en palabras de la Premio Cervantes 2013 mexicana Elena Poniatowska, en “una figura imprescindible en un país en el que mandaban los militares”.

Traba fundó el Museo de Arte Moderno de Bogotá, todavía en activo, y dejó un legado compuesto por más de 20 volúmenes de historia y crítica de arte, artículos, una colección de poemas, siete novelas y dos libros de cuentos.

Por su parte, la editora Katia Irina Ibarra, responsable del sello mexicano Editora Nómada, que en 2019 reeditó ‘La transculturación narrativa en América Latina’, de Ángel Rama, subraya que las figuras literarias fallecidas en este siniestro se encontraban en aquel momento “en la etapa más fértil de su producción intelectual y artística”, lo que aumentó el impacto que la noticia causó “en el campo literario y cultural latinoamericano”.

En especial, Ibarra recuerda en declaraciones a Europa Press que, en concreto, el crítico uruguayo había publicado un año antes la obra que su sello ha reeditado, la que con el paso de los años, destaca, “más influyó en el sistema crítico del subcontinente”, considerada hoy día “uno de los clásicos” de la tradición crítica de la región.

En el momento del siniestro, Ángel Rama se encontraba trabajando en un ensayo extenso que analizaba cómo se configuraron los círculos intelectuales desde los inicios de los estados latinoamericanos hasta el siglo XX, ‘La ciudad letrada’ (1984), que vio la luz de manera póstuma, como recuerda Ibarra.

“Buena parte de su labor se concentró en impulsar proyectos editoriales, de los cuales podemos recordar su legendaria participación en el semanario ‘Marcha’, en Uruguay, además de otros grandes proyectos, como la Biblioteca Ayacucho, en Venezuela”, reivindica Ibarra.

MANUEL ESCORZA

Novelista, poeta, editor y político, el peruano Manuel Escorza, otra de las víctimas del accidente perteneciente al mundo de la cultura, fue uno de los representantes de la conocida como Generación del 50 del país andino, donde estuvo atento a los fenómenos sociales y los problemas de Perú en su época.

Perteneciente al indigenismo o neoindigenismo peruano, junto con sus compatriotas Ciro Alegría y José María Arguedas, cultivó el realismo mágico, la más célebre corriente literaria latinoamericana del siglo XX en América latina, con un marcado estilo propio.

Scorza ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo el Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956). Alguno de sus títulos editados en España son ‘Redoble por Rancas’ (Cátedra/Alfaguara), ‘Historia de Garabombo el Invisible’ (Alfaguara) o ‘El Jinete Insomne’ (Alfaguara).

Junto a este plantel de escritores, en el vuelo de Avianca viajaba también la pianista y pedagoga barcelonesa Rosa Sabater, una de las figuras más relevantes de la escuela pianística catalana de la posguerra. Especialista en la música española de Albéniz, Enrique Granados o Manuel de Falla, recibió la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña en 1983.

CONMEMORACIONES EN MEJORADA DEL CAMPO

Con motivo de este 40 aniversario de la tragedia, el Ayuntamiento de Mejorada del Campo ha programado a lo largo de este año actos con el objetivo de homenajear a las 181 víctimas del aparato.

Desde enero, la Biblioteca municipal Almudena Grandes, con la colaboración ciudadana, ha llevado a cabo múltiples actividades relacionadas con el fatídico suceso bajo el título Proyecto Cultural Avianca 011 In Memoriam, como la tertulia sobre la novela ‘Maten al león’, de Ibargüengoitia, y la proyección de la película homónima del mismo título, dirigida por José Estrada. En marzo fue el turno de la presentación del libro ‘Hospital del Aire’, de Ernesto García, y de un recital en honor a Manuel Scorza.

En abril los ciudadanos se desplazaron al lugar del accidente, donde se leyeron textos de algunos de los intelectuales fallecidos, y se proyectó el documental ‘Barajas’, de Javier Izquierdo.

El Consistorio de Mejorada ha contado con la colaboración de diferentes entidades como las embajadas de México, Uruguay y Colombia, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana de México, el Instituto Mexicano de Cinematografía, el Instituto Cervantes y la Biblioteca Nacional de Uruguay.


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