MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El chef Chema de Isidro y el exconcejal presidente de los distritos de Latina y Hortaleza han recordado en una entrevista en ‘Canal 33 TV’ de Madrid cómo montaron varias cocinas solidarias durante los primeros meses de la pandemia para dar de comer a muchas personas sin cobertura social en los barrios más desfavorecidos de la capital.
Según ha explicado Serrano, durante la pandemia muchos madrileños que vivían de la economía sumergida quedaron desamparados de las ayudas sociales del Gobierno, al no contar con contrato de trabajo. “Al principio resistieron con los ahorros, pero en mayo no tenían que comer. Entonces aparecieron los hurtos famélico, personas sin nada que robaban en los supermercados para darle de comer a su familia, algo insólito en Europa”, ha señalado.
Ante esta situación, el exconcejal, como hicieron otras administraciones, puso en marcha contratos de emergencia en sus distritos para dar de comer a este tipo de personas, una vez pasado el confinamiento duro. Entonces contactó con el chef Chema de Isidro, “un tipo enérgico y dadivoso que se dedicaba a repartir felicidad a quien le acompañan”.
“Quedé un día con él en un colegio de Latina y le expliqué el proyecto, del que quedó encantado. Así las cosas, el 1 de mayo de 2020 a las 6 de la mañana pusimos en marcha la primera cocina solidaria en el centro Nuestra Señora del Lucero”, ha relatado.
De Isidro ha contado que cuando España cerró por la crisis sanitaria, él y varios voluntarios de su ONG ‘Gastronomía Solidaria’ se fueron a Mercamadrid a dar comidas a los trabajadores, que no tenían ningún bar ni restaurante para ello.
“Luego me centré en los barrios humildes. Me espantaban las colas del hambre y mucha gente sin comer nada en todo el día. Entonces nos llamaban prostitutas sin clientes, ladrones que no tenían a quien robar o personal del servicio doméstico que no aguantaban. Nos pusimos a disposición de la ciudad y, sin medio a nada, nos pusimos a cocinar y repartir comidas a quien lo necesitara. Llegamos a dar 3.000 menús diarios en tres colegios. Molaba mucho porque según llegaba género, los cocinábamos. Era como una guerra”, recuerda en la entrevista.
Hasta mil voluntarios llegaron a trabajar con Chema en las cocinas solidarias que montó con la ayuda de Alberto Serrano. “Muchos no libramos ni un día de marzo a septiembre de ese año sacando menús. Era muy bonito porque la gente nos decía que teníamos que descansar, pero no queríamos. La única vez que me lo pensé fue cuando una de mis hijas me preguntó si iba a volver a casa. Pero no me lo pensé mucho, nosotros teníamos que estar allí”, ha manifestado.
Ahora, esta ONG tiene otro proyecto con el objetivo de reinsertar a jóvenes desintegrados a través de la cocina y su trabajo. Para darles salida, han montado en la localidad de Trujillo (Guadalajara) un restaurante llamado ‘La Cascada de la Raspa’. “Nosotros rescatamos a gente con pocas oportunidades a través de un proyecto con mucha alma. Hay que recordar que a muchos de los que les negaban los papeles dieron de comer a muchos madrileños durante la pandemia”, ha apostillado.
EL DESEMPEÑO DE ALBERTO SERRANO
Durante la entrevista especial en ‘Canal 33’, Alberto Serrano también ha recordado que para montar estas cocinas solidarias recibieron donativos y sacaron contratos de emergencia por valor de 3 millones de euros para llegar a repartir 250.000 comidas. Como anécdota, ha contado que tuvieron que contratar a una empresa de Toledo –porque no había ninguna madrileña– para darles suministro de la cantidad de táperes que gastaban a la semana.
“Moría más gente cada día que en el levantamiento del 2 de Mayo. Hubo hasta 700 cadáveres diarios. Y la situación de ansiedad y devastación exigía dar un paso al frente. De algún modo, con toda la humildad del mundo, hubo gente como Chema que lo dejó todo y se puso al frente de este operativo como un héroe. Todos sentimos la llamada de la ciudad que tanto queremos. Todo exigía una armazón legislativo y yo me veía dotado para ello por mi formación y experiencia”, ha rememorado.
Al exedil de Ciudadanos también llamó la atención del buen trato del equipo de Chema con la gente que venía a pedir ayuda. “Les trataban como cualquier cliente del mejor restaurante de Madrid. El respeto era máximo”, ha apuntado.
Serrano fue también el quien ideó la apertura de Palacio de Hielo como morgue provisional durante los primeros compases de la pandemia. “Todo pasó porque un vecino me llamó lamentado que su padre llevaba tiempo muerto en el salón porque nadie venía a recogerlo porque las funerarias no tenían sitio ni efectivos. Entonces presenté un escrito a la Comunidad de Madrid y dadas las circunstancias habilito a un reglamento y digo que voy a proceder, en nombre del Ayuntamiento, a abrir en el Palacio un gran tanatorio”, ha contado.
Poco después, allí el edil se presentó con la Unidad Militar de Emergencias (UME). “El escenario era dantesco porque la gente tenía mucho miedo. Parecía Chernóbil. Yo también tenía miedo ante esta situación, pero abrimos el Palacio de Hielo y se dio un tratamiento muy digno de los cadáveres. Yo trabajé muy bien con los militares, que se vieron sorprendidos por mi determinación. Siempre tuve la sensación de estar al servicio de todos ellos”, ha ensalzado.
Tanto Alberto Serrano como Chema de Isidro comparten que si los madrileños se unen en la misma dirección, “somos capaces de hacer cualquier cosa”. “En aquellos momentos comprobamos la buena gente que hay en Madrid, cómo daba todo y se arriesgaba. Estamos muy orgulloso de haber podido participar en ese momento histórico”, han afirmado.
La aparición del Covid en Madrid, la puesta en marcha de las cocinas solidarias, las colas del hambre en muchos puntos de la capital la apertura y cierre del Palacio de Hielo y del hospital de campaña de Ifema o el drama de las residencias son narradas con todo detalle, pasión y cercanía en ‘Madrid Confinado’, el libro recientemente publicado por los periodistas Enrique Riobóo y Julio de la Fuente, ya disponible en varias librerías y en la web http://www.artelibro.es/producto/madrid-confinado/.
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