Se prioriza la implantación de cocinas agrupadas en polígonos industriales y se limita su actividad en zonas residenciales
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, ha destacado el incremento de 215 millones en el PIB de la capital, así como la creación de 4.182 puestos de trabajo directos con la entrada en vigor de las nuevas normas urbanísticas este lunes.
“Estas normas urbanísticas permiten adaptar a la realidad social, económica y territorial del 2023 las normas urbanísticas que eran de 1997. No cabe duda que han aparecido nuevas actividades, una realidad social y nuevos negocios a los que hay que adaptar”, ha afirmado ante los periodistas.
Carabante y el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, han visitado esta mañana una promoción en el ámbito de Mahou-Calderón, un proyecto impulsado por las dos administraciones para seguir construyendo la “ciudad del futuro”: nuevos barrios con viviendas libres y protegidas (1.191 nuevas en esta zona), con más equipamientos y zonas verdes.
Las nuevas normas urbanísticas entran hoy en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM), con el objetivo de impulsar y facilitar los futuros desarrollos, una de las prioridades del Gobierno municipal.
Las nuevas normas serán el pilar para los diez desarrollos urbanísticos que harán crecer la ciudad hasta en 56 millones de metros cuadrados en los próximos años en Madrid Nuevo Norte, los Desarrollos del Sureste (integrados por los barrios Valdecarros, Los Berrocales, Los Ahijones, Los Cerros y el Cañaveral), La Solana de Valdebebas, la Operación Campamento, la Antigua Cárcel de Carabanchel y la Ribera del Calderón comenzarán a cambiar en pocos años el paisaje de la ciudad.
Más adelante, lo harán los desarrollos Madrid Nuevo Sur (El Abroñigal) y Nueva Centralidad del Este. Estos doce ámbitos permitirán sumar a la ciudad 204.000 viviendas.
Tras 26 años de vigencia del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, esta adaptación puntual de las normas urbanísticas permite actualizar la normativa a los cambios producidos, el prólogo que permitirá trabajar en el nuevo PGOU, tal y como ha subrayado Carabante.
VIVIENDAS QUE NO PUEDEN SER INFERIORES A 40 M2
Las normas se incorpora un programa mínimo de vivienda para adecuarla a la realidad actual y las nuevas viviendas de la capital ya no pueden ser inferiores a 40 metros cuadrados, desplazando a la Orden Ministerial de 1944 de aplicación hasta el momento.
Las principales mejoras se harán efectivas con medidas como que las terrazas y los cuartos de instalaciones en plantas de piso no computen a efectos de edificabilidad, potenciando los balcones y balconadas tanto en las construcciones nuevas como en las existentes. Se mejora la regulación de las zonas comunitarias y los tendederos, así como de los trasteros, que ya no computarán a efectos de edificabilidad.
Otra de las cuestiones que regulan las nuevas normas y que no se contemplaba de manera expresa en la normativa actual es la transformación de local a vivienda para facilitar el empleo de locales abandonados y garantizar que las viviendas resultantes respeten las condiciones de habitabilidad, confort y seguridad, accesibilidad y salubridad exigibles a las viviendas de nueva construcción. Además, a partir de ahora se permitirán los miradores con persiana.
Además, se reescriben las reglas para facilitar la intensificación de usos que permita generar más vivienda en el centro de Madrid. También se impulsa la recuperación de patios de manzana con soluciones bioclimáticas y alternativas para que se desarrollen nuevas actividades y se dinamice la economía. Las nuevas normas están encaminadas a respetar más los edificios, la arquitectura, el patrimonio y la historia de la ciudad.
COLIVING
Hasta la fecha, Madrid solo regulaba dos tipos de vivienda: la colectiva y la unifamiliar, pero gracias a la actualización normativa, la capital introduce la regulación de dos nuevos modelos residenciales emergentes: el coliving y el cohousing.
Por un lado, se integran en la nueva categoría la clase de residencia compartida o coliving, donde a los residentes no necesariamente les unen vínculos sociales, religiosos o similares.
Para esta tipología se crean las condiciones para la convivencia entre los residentes mediante una dotación de espacios comunes, con la correlativa reducción de las unidades de alojamiento privativas de las viviendas. Estas no podrán ser inferiores a 15 metros cuadrados para una persona, ni a 10 metros cuadrados por persona cuando esté prevista para más de una persona.
Además, se regulan las viviendas colectivas tipo 2 o cohousing, donde prima la convivencia y relación entre los residentes, para la que los espacios comunes aumentan hasta abarcar todas las zonas de estancia y ocio. La superficie mínima de la vivienda será en este caso de 30 metros cuadrados, compensando el resto hasta los 40 metros cuadrados con las zonas comunitarias.
En lo referente a los usos terciarios, el objetivo es establecer “unas reglas del juego claras”. La modificación de las normas urbanísticas integra el Plan Especial de Hospedaje, incluido sus anillos, por lo que las Viviendas de Uso Turístico no experimentan cambio alguno y quedan sujetas a ese plan que exige acceso independiente a la vivienda.
FACTOR VERDE
La renovación de las normas introduce un nuevo parámetro urbanístico: el ‘factor verde’. El objetivo que persigue es mejorar la sostenibilidad ambiental mediante el aumento de la superficie vegetal total en la edificación a través de cubiertas y fachadas verdes y, en el espacio libre de parcela, fomentar la plantación de arbolado y el ajardinamiento.
Los elementos de producción de energía sostenible o elementos constructivos de mejora de la eficiencia, así como los cuartos para guardar vehículos de movilidad sostenible como las bicicletas no computarán a efectos de edificabilidad, y se contempla que a mayor superficie ‘vegetal’ se aplicará un factor verde que permitirá optimizar el espacio libre de parcela.
DOTACIONES
La prioridad del Ayuntamiento es implantar aquellas dotaciones que necesitan los barrios. Para eso, se flexibilizan los usos y se simplifica la implantación de equipamientos dotacionales básicos y singulares de forma inmediata.
De igual forma, se permite el destino transitorio de solares por un plazo máximo de cuatro años para que se puedan dedicar a zonas de esparcimiento y a la mejora del paisaje urbano hasta que se construya el dotacional previsto.
Una de las mayores novedades es que se posibilita construir viviendas tuteladas y viviendas de integración social en suelos dotacionales, dirigidas a colectivos con necesidades específicas.
COCINAS AGRUPADAS
El Ayuntamiento dará respuesta a los retos que se plantean en cuanto a nuevas industrias y actividades, tal y como han trasladado.
En cuanto a las cocinas agrupadas, se prioriza su implantación en polígonos industriales y se limita su actividad en zonas residenciales, al igual que ocurre con el uso almacenaje con reparto a domicilio y la logística.
Así, se limita su implantación en ámbitos residenciales a locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cuadrados, con la obligación de que tengan en el interior del establecimiento las zonas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas será de ocho. Además, se exigirá un estudio de movilidad para conocer el impacto que tendrá en la zona.
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