Argumenta sin embargo que no tiene “ninguna denuncia directa de las víctimas o de sus familias”
BARCELONA, 1 (EUROPA PRESS)
El Arzobispado de Barcelona ha afirmado este miércoles que en la documentación administrativa existente sobre el cura –ya fallecido– acusado de abusos en Caldes d’Estrac (Barcelona) hay dos informes del sacerdote de una parroquia cercana que recogía la manifestación de “algún joven al que el cura le pedía una práctica sexual inmoral” y una carta de un feligrés que pedía que le retiraran la parroquia.
Lo ha dicho este miércoles en un comunicado después de que varios hombres afirmaran haber sido víctimas de presuntos abusos sexuales por parte de un cura –ya fallecido– durante 1960 y 1970, cuando eran menores, en Barcelona y en Caldes d’Estrac (Barcelona).
Según avanzó ‘El País’ en un reportaje con el testimonio de ocho hombres, las víctimas han comunicado al Defensor del Pueblo que un sacerdote fallecido en 2004 cometió abusos en Barcelona y fue encubierto durante tres décadas, durante las que pasó por varias parroquias.
El Arzobispado ha asegurado que en la documentación administrativa no se recoge “ninguna denuncia directa de las víctimas o de sus familias” en la institución hacia este cura, así como tampoco se hace ninguna mención de decisiones tomadas por la autoridad eclesial.
El Arzobispado de Barcelona ha dicho que los cambios y nombramientos durante el recorrido pastoral de este clérigo son “los habituales en aquella época, así como la duración en los cargos”, y ha afirmado que no se referencian motivos especiales ni hechos relevantes en el contexto actual.
La hoja parroquial del 5 de septiembre de 1975 de la parroquia de Caldes d’Estrac especifica que el cura había pedido al arzobispo ser relevado de la parroquia por “haber sido objeto de una campaña que afecta a su fama entre los feligreses, lo que había provocado tensiones en el seno de aquella comunidad cristiana”.
En la documentación también hay una crónica sin firmar que recoge el conflicto sucedido en el municipio en relación con el paso a titularidad pública de dos escuelas parroquiales y dos informes del sacerdote de una parroquia cercana que concluye que la situación es insostenible por el enfrentamiento entre el cura y el ayuntamiento “por la atención y actitud pastoral del rector y la manifestación de algún joven que el rector los pedía una práctica sexual inmoral”.
CARTAS
El Arzobispado ha señalado que una carta de las religiosas que llevaban la Escuela parroquial, dirigida al arzobispo y firmada también por un representante de la Asociación de padres de alumnos, en que “defienden al sacerdote y consideran que se le difama”.
También ha encontrado una carta de un fiel de la parroquia dirigida al arzobispo de aquel momento, en junio de 1975, Narcís Jubany, en que expresa que al principio no había dado crédito a las acusaciones de abusos, pero que por el testimonio de su hijo pide que el rector sea retirado de la parroquia, que le desplace “donde no haya ningún niño. Creo que por caridad se tiene que poner en manos de un médico”.
El Arzobispado ha manifestado su voluntad de contactar con las víctimas para conocer de primera mano lo relativo a este caso y poder aclararlo y tomar las medidas oportunas, y ha recordado que dispone de la Oficina de Atención a las Víctimas de Abusos.
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