La temperatura media anual ha sido de 12,1ºC, 1,5ºC por encima de la media climática
ANDORRA LA VELLA (ANDORRA) 3 (EUROPA PRESS)
El año 2024 ha sido el tercero más cálido desde 1950 en Andorra, según los datos del resumen climático que ha hecho públicos este viernes la Oficina de la Energía y del Cambio Climático del Gobierno (Acció Climàtica).
La oficina ha definido el 2024 como un año cálido respecto a la temperatura pero “normal” en cuanto a precipitaciones, con una temperatura media anual de 12,1ºC, lo que supone una anomalía de +1,5ºC respecto a la media climática 1991-2020, y una precipitación anual acumulada de 959mm.
Acció Climàtica ha detallado que el año más cálido desde 1950 fue 2022, seguido de 2023 y 2024 y, de hecho, desde 1950 los 10 años más cálidos se han producido durante los últimos 20 años.
Concretamente, ha habido un mes “muy cálido” (febrero), dos normales (mayo y septiembre) y el resto de meses han sido cálidos.
La oficina gubernamental destaca el mes de noviembre, que ha sido “el más cálido” de los últimos 74 años; agosto ha sido el segundo más cálido, y febrero y marzo han sido los terceros más cálidos de la serie.
En cuanto a los récords, el 25 de enero se registró la temperatura máxima para un mes de enero en la estación meteorológica de Les Salines con 22,6ºC, y el 8 de abril se superaron las temperaturas tanto máximas como mínimas para un mes de abril en la estación de la Comella (28,4ºC), Les Salines (25ºC), y Ransol (22,6ºC).
A lo largo de todo el año se han registrado dos olas de calor: del 27 de julio al 1 de agosto y del 8 al 10 de agosto; y además se ha batido el récord de días consecutivos con temperaturas que superen los 30ºC: 22.
PRECIPITACIONES
En general, 2024 ha sido un año “normal” en cuanto a las precipitaciones, aunque en algunas zonas ha sido lluvioso, con registros por encima de la media, lo que según Acció Climàtica supone un cambio de tendencia respecto a los 3 años anteriores, que fueron deficitarios.
Por meses, ha habido uno “muy seco” (noviembre), dos secos (enero y diciembre), tres lluviosos (abril, mayo y agosto) y dos muy lluviosos (marzo y octubre), lo que se traduce a un invierno seco mientras que la primavera ha sido lluviosa y verano y otoño normales.
Las precipitaciones en forma de nieve fueron más abundantes durante el mes de marzo, aunque no fueron suficientes para normalizar una temporada 23/24 calificada como “deficitaria”.
Finalmente, se destacan las tormentas en el valle central que se produjeron el 6 de julio y el 2 de agosto, que superaron los 40 y 50 litros por metro cuadrado, respectivamente.
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