Advierte de que es una “gran irresponsabilidad” que afecta negativamente al independentismo
GIRONA, 18 (EUROPA PRESS)
El secretario general de la CUP, Non Casadevall, ha acusado textualmente este martes a Junts de tumbar desde Waterloo (Bélgica) y desde Barcelona el pacto “cerrado” para echar a la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, de la alcaldía de Ripoll (Girona), un acuerdo que, según él, tenía el aval de las selecciones locales de Junts, ERC, PSC y la CUP.
Lo ha dicho en una rueda de prensa este martes desde Ripoll, después de conocer este mismo martes la decisión de Junts de no apoyar la moción de censura contra Orriols que preparaba la oposición en el Ayuntamiento de Ripoll al no ver “viable” por ahora esa opción.
Casadevall ha calificado la decisión de Junts como una “gran irresponsabilidad” y ha advertido que también es una mala noticia, a su juicio, para el objetivo de la independencia de Catalunya.
“Con Aliança Catalana no hay camino posible hacia el futuro. Normalizar la extrema derecha, que es lo que ha hecho hoy Junts, nos aleja de la independencia. No podemos normalizar aquellos que nos niegan la vida y que niegan los derechos de la mayoría de la población”, ha manifestado Casadevall.
Para el secretario general de los anticapitalistas, Junts ha actuado con un cálculo electoral para rechazar una moción que, según él, era la mejor noticia que podía tener la ciudad de Ripoll: “Seguiremos trabajando de manera firme para construir una alternativa”, ha añadido.
CONCEJALES DE LA CUP
Por su parte, el concejal de la CUP Dani Vilaseca ha explicado que el acuerdo se había lubricado durante dos semanas, y ha opinado que la marcha atrás de Junts aboca a Ripoll a una precampaña electoral constante hasta las próximas elecciones municipales, a la vez que ha alertado que el movimiento sitúa a los juntaires en la misma posición de apertura a pactos que hace el PP con Vox, apunta.
Por su parte, Jordi Hostench, quien sustituirá a Vilaseca en el consistorio, ha detallado que el acuerdo contemplaba una coalición entre Junts, ERC y PSC, con el apoyo externo de la CUP, aunque, según apunta, los anticapitalistas también abrían la puerta a entrar en el ejecutivo municipal si era necesario para tirar adelante la moción.
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