Fiscalía y acusación particular piden 44 años de prisión, mientras que su defensa solicita la absolución
BARCELONA, 29 (EUROPA PRESS)
El hombre acusado de matar, maltratar y estafar a su novia en 2020 en el domicilio que compartían en Sant Joan Despí (Barcelona) está en libertad provisional tras cumplir cuatro años en prisión preventiva a la espera de juicio.
El juicio ha empezado este lunes en la Audiencia de Barcelona y se alargará hasta el 5 de febrero, aunque en un principio la vista oral estaba prevista entre el 8 y el 16 de enero, pero se atrasó por un problema de salud de uno de los letrados.
Con la nueva fecha de juicio, al haber pasado cuatro años en prisión preventiva, el viernes pasado la jueza dictó un auto en el que se acordó su libertad vigilada a la espera de juicio, según han explicado fuentes jurídicas a Europa Press.
En el auto, la jueza también pidió la retirada de su pasaporte; le impuso un dispositivo de seguimiento (pulsera telemática) para evitar que se acercara a la familia de la víctima; la prohibición de salida del término municipal de Barcelona, y la obligación de comparecer en el juzgado.
JUICIO
Según el escrito del fiscal, el acusado, a principios de verano de 2019, inició una relación sentimental con la víctima y, al poco tiempo, se fue a vivir al domicilio en el que residía ella con su hija.
Poco tiempo después del inicio de la convivencia, el acusado empezó a mostrar “actitudes de hostilidad y agresividad verbal e instauró un clima de dominación e imposición, con continuos gritos, menosprecios, insultos y vejaciones, exigencias económicas y sustracciones continuadas, afán de control y voluntad de aislamiento social y familiar de su pareja”.
El acusado, “aprovechando que la convivencia en el domicilio le daba acceso tanto a información sensible, íntima”, como económica de la víctima, consiguió acceder a las claves de desbloqueo de sus terminales o dispositivos electrónicos y entró en repetidas ocasiones, incluso utilizó sus tarjetas para presuntamente robarle.
DÍA DE LOS HECHOS
Durante la mañana del 27 de enero de 2020, el acusado regresó al domicilio de la víctima y “mostrando un claro desprecio” hacia ella, según el escrito del fiscal, la golpeó repetidas veces y la asfixió, sin que ella pudiera defenderse.
Tras provocarle la muerte y para evitar su descubrimiento, el acusado escondió el cuerpo bajo la cama de la habitación principal de la vivienda y cogió las tarjetas, la documentación y el móvil de la víctima, se transfirió dinero y se hizo pasar por la víctima cuando cualquier persona cercana a ella la intentaba contactar por WhatsApp.
Finalmente, el 28 de enero de 2020, el acusado utilizó el vehículo de la víctima y se dirigió al Aeropuerto de Barcelona con la finalidad de abandonar el país para eludir las consecuencias de sus actos e intentó comprar un billete a Punta Cana.
La Fiscalía y la acusación particular piden 44 años de prisión por los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento; maltrato habitual; robo con violencia; delito continuado contra la intimidad; robo con violencia de uso de vehículo a motor, y estafa continuada, mientras que su defensa pide su absolución.
TESTIGOS
Durante la sesión de este lunes han declarado varios testigos, entre ellos la hermana de la víctima, que ha explicado que sólo vio al acusado una vez, y ha relatado la buena relación que tenía con la víctima, que le explicó que había conocido a un hombre por redes sociales.
Al poco tiempo, la mujer dejó que el hombre viviera con ella, y la víctima contó a su hermana que el hombre le robaba joyas y las tarjetas de crédito, lo que hizo que la mujer cambiara su actitud: “Se apagó, estaba mucho más triste. Antes siempre sonreía, era muy divertida y simpática. Después estaba más seria y no me contaba las cosas, cuando antes me lo explicaba todo. Incluso un día le dije: “Algún día te vamos a encontrar en una cuneta”.
El día de los hechos, la víctima le envió un WhatsApp a su hermana diciéndole que se encontraba mal y que había pasado mala noche, y la testigo ha explicado que intentó contactar con ella, pero que no le cogía el teléfono: “Yo llamé a mi madre y le dije que había pasado algo, tuve una intuición”.
Después de que varios familiares intentaran contactar con ella sin lograrlo, la hermana y el padre fueron a denunciar la desaparición a la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Cornellà (Barcelona) y acompañaron a la policía hasta el domicilio de su hermana.
Por su parte, la expareja de la víctima ha declarado que no conocía al acusado, y que meses antes del crimen recibió mensajes de la mujer que le decía que no quería seguir teniendo relación con él y que la dejara en paz, además de recibir mensajes desde un número desconocido: “Por el tono, interpreté que era la pareja de ella. Yo les dije que no quería problemas y que me dejaran en paz y los bloqueé”.
VECINOS
Dos vecinas del bloque en el que vivían la víctima y el acusado han explicado que los conocían de vista, y una de ellas ha declarado que el día de los hechos se encontró con el acusado en el ascensor con una maleta y él le dijo que estaba haciendo limpieza del piso: “Me llamó la atención cómo iba vestido para limpiar la casa, porque yo siempre voy con un moño y con pintas”.
La otra vecina, que vivía justo abajo del domicilio de la víctima, ha asegurado que escuchaba “discusiones muy elevadas de tono, normalmente la voz era masculina y eran prácticamente a diario”.
“Hubo un día que llamé a la policía porque era insoportable, y pensaba que pasaba algo grave, no eran horas”, ha añadido, y ha relatado que un día se encontró con la víctima en el edificio y que le ofreció ayuda por si necesitaba alguna cosa, dejándole entrever que escuchaba las discusiones, aunque no se lo dijo textualmente.
También han hablado los recepcionistas de dos hoteles en los que el acusado se intentó alojar tras el crimen, y han coincidido en que el acusado tenía una actitud “normal, sin comportamientos raros”.
Umna trabajadora del Aeropuerto de Barcelona ha explicado que el hombre quería comprarle un billete a Punta Cana y que estaba nervioso, momento en el que acudieron dos policías de paisano y le detuvieron delante del mostrador.
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