El trabajo ha analizado la exposición a frío y calor en España y Países Bajos
BARCELONA, 28 (EUROPA PRESS)
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), de la Fundación La Caixa, ha detectado que la exposición al frío y al calor podría afectar a la salud mental de los adolescentes, a partir de una investigación con casi 5.000 adolescentes de Países Bajos (3.934) y España (885).
El trabajo, publicado en la revista ‘Jama Network Open’, destaca cómo la exposición a temperaturas ambientales influye en síntomas psiquiátricos como la ansiedad, la depresión y los problemas de atención, según informa el ISGlobal en un comunicado de este martes.
El estudio analizó datos de dos grandes cohortes de nacimientos europeas: el estudio Generation R en Rotterdam (Países Bajos) y el Proyecto INMA en España, en Guipúzcoa, Sabadell y Valencia.
FRÍO, DEPRESIÓN; CALOR, DÉFICIT DE ATENCIÓN
Los investigadores evaluaron las temperaturas ambientales de los hogares participantes hasta dos meses antes de evaluar sus síntomas psiquiátricos, como problemas de interiorización, exteriorización y los problemas de atención.
El análisis de los datos mostró que en la cohorte neerlandesa, la exposición al frío se asociaba a un aumento de los problemas de interiorización, como ansiedad y síntomas depresivos; una exposición acumulativa de dos meses a temperaturas de unos 5,5 grados conllevaba un aumento “significativo” de las puntuaciones de dichos problemas.
Por otro lado, los resultados de la cohorte española mostraron que la exposición al calor se relacionaba con un aumento de los problemas de atención, con una exposición a una temperatura media de 21,7 grados relacionándose con puntuaciones “significativamente más altas” en esta área.
CAMBIOS SEGÚN TEMPERATURA
Los resultados sugieren que la salud mental de los adolescentes puede verse afectada por cambios moderados de temperatura, observándose efectos distintos según si las regiones son más frías o más cálidas.
La profesora de Investigación ICREA en ISGlobal y coautora principal del estudio, Mònica Guixens, ha apuntado que el no detectar ninguna asociación con el frío en España ni con el calor en Países Bajos podría sugerir que se requiere una exposición “prolongada” a temperaturas extremas para evidenciar estos efectos.
La investigadora de ISGlobal y también coautora principal del estudio, Esmée Essers, ha explicado que se necesita más investigación en contextos climáticos variados para comprender cómo las variaciones de temperatura pueden influir en la salud mental.
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