Repasa el gesto de afinar un instrumento en la pintura del XV al XVIII cuando “la música estaba en todo”
BARCELONA, 6 (EUROPA PRESS)
El escritor Ramón Andrés ha publicado el ensayo ‘Despacio el mundo’ (Acantilado), una “invitación a la lentitud” que combina arte y música en el que repasa el gesto de afinar un instrumento musical en la pintura entre los siglos XV y XVIII.
En una entrevista de Europa Press, ha admitido que el libro tiene una voluntad contracorriente a la imperante en la sociedad actual, y ha remarcado que proponer maneras distintas de vida, ya sea a través de un libro o de otra forma, “también es un acto político” para no seguir la vorágine de la actualidad.
‘Despacio el mundo’ reúne una cincuentena de textos a partir de un cuadro con los que traza una historia de la música, el arte y el pensamiento del Renacimiento y el Barroco, y que al final se completa con un Museo del Oído realizado por el propio autor en el que se aproxima al arte contemporáneo.
Ha explicado que le gustó escribir sobre ese gesto de la afinación porque le gusta que el instrumento esté bien afinado, y que le pareció “una metáfora buena para procurar que las personas estén también afinadas por dentro”.
Durante el libro, varios capítulos hablan de pintores que eran buenos músicos, y lo ha achacado a que la música en ellos era muy común: “Hacían ellos mismos la música y era una manera de despejarse”.
Ha destacado que la música está tan presente en la pintura porque refleja la vida en aquellos siglos: “La música estaba en todo y los autores la pintaban. Estaba más presente que ahora”, y se la encontraban en la calles, en las plazas, en las tabernas y en las casas particulares.
Pese a buscarlos, Andrés ha encontrado “escasísimos” ejemplos en la pintura española, a diferencia de la italiana o la flamenca, y lo atribuye a que en España se hacía más una pintura religiosa o metafísica y a que, cuando hacen algo de tipo popular, retratan la pobreza y la miseria.
UNA ‘MARÍA’ EN LA EDUCACIÓN
Ramón Andrés ha lamentado que la música siempre haya sido considerada una ‘asignatura maría’ en la educación: “Estamos en un país bastante sordo en la música; institucionalmente, también”, y ha añadido que las instituciones nunca han sabido qué hacer con asignaturas como ésta o la filosofía, lo cual le hace pensar que España está pedagógicamente despistada, dice.
Que la música no encuentre acomodo en la educación contrasta, según él, con la actual cantidad de músicos jóvenes “buenísimos” españoles, pero que se ven obligados a buscar oportunidades por Europa.
IA
Preguntado por si teme que la inteligencia artificial (IA) tenga impacto en las artes, ha respondido que siempre quedará el trazo humano, pero que para captarlo habrá que estar “despierto”.
Para Andrés, lo que diferencia al ser humano y la IA es la angustia humana originaria, sumamente difícil de imitar y que la tecnología “puede imitar, pero no matizar”, y ha augurado que la IA necesitará al ser humano el día que se angustie.
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