El Zoo ofrece atención especial a Susi y Bully, las otras dos elefantas que convivían con Yoyo
BARCELONA, 28 (EUROPA PRESS)
La elefanta africana Yoyo, la más longeva de su especie del mundo, ha muerto en el Zoo de Barcelona a la edad aproximada de 54 años, muy por encima de la esperanza de vida de este tipo de animales, que se sitúa a los 39 años.
El estado de salud de Yoyo había empeorado las últimas semanas por problemas vinculados a su avanzada edad, evolucionando cada vez a una condición más delicada que no se ha podido revertir, según informa este sábado el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado.
Yoyo, recordada como un animal “afable y a la vez con cierto carácter”, llegó al zoo en 2009 y formaba parte del conjunto de animales que el parque tiene acogidos fruto de una intervención por parte de la administración, algo que lleva haciendo desde más de tres décadas como centro adherido a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Antes de llegar a Barcelona, había estado en un circo que le dejó lesiones físicas y psíquicas que requirieron de mucha dedicación y curas especializadas por parte del personal del zoo, que posibilitaron que su estado y actitud mejorasen.
El zoo también está ofreciendo una atención especial a Susi y Bully, las otras dos elefantas de edad avanzada que convivían con Yoyo, ya que juntas habían formado un “grupo cohesionado de elefantas y su convivencia era muy buena”.
“UNA ELEFANTA ENTRAÑABLE”
Tras lamentar su muerte, la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, ha destacado el papel del Zoo de Barcelona en el cuidado de elefantes de edad avanzada y ha asegurado que Yoyo ha recibido “en todo momento la máxima atención” por parte del personal, que le ha procurado las atenciones necesarias para mejorar su bienestar.
Por su parte, el director del Zoo de Barcelona, Antoni Alarcon, ha afirmado que el equipo del parque la recordará como “una elefanta entrañable, con su carácter propio, pero a la vez cuidadora y referente para sus compañeras, Susi y Bully”.
“Siempre ha sido muy querida por los visitantes y por todos nosotros”, ha añadido Alarcon sobre Yoyo, que vivía en un refugio del zoo que reproduce la sabana del Sahel para favorecer el bienestar de los animales.
El equipo técnico del zoo, junto con personal del Servicio de Diagnóstico de Patología Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona, aplicará el protocolo previsto para casos como éste y compartirá toda la información con el programa de conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), del que el Zoo de Barcelona forma parte.
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