Destaca que es un equipamiento “referente” por el programa artístico y de residencias
BARCELONA, 20 (EUROPA PRESS)
El director del Teatre Lliure de Barcelona, Juan Carlos Martel Bayod, culminará el 31 de enero de 2024 su mandato al frente del teatro y después de cumplir el 95% del programa de dirección que presentó en enero de 2019, basado en un modelo educativo, social y cultural, y tras “afrontar la transformación de la institución en un tiempo récord”.
En rueda de prensa de balance del periodo 2019-2023 este miércoles en Barcelona, ha destacado que el Lliure “ahora es referente: no solo artísticamente, también como teatro sostenible, accesible y digital, con el mejor programa de residencias del Estado español, respondiendo profesionalmente a todos los estratos del tejido artístico y sin concesiones”.
“El Lliure está ahora infinitamente mejor ahora que cuando me lo encontré”, ha constatado, recordando que empezó con los objetivos de crear nuevos públicos, programar a nivel internacional y gestionar el equipamiento de manera transparente y sostenible para convertirlo en un teatro del siglo XXI, algo que para él ha supuesto un reto mayúsculo.
Martel, que será relevado en el cargo por el actor y director Julio Manrique a partir del 1 de febrero, ha reivindicado que el Lliure ha “renovado el reconocimiento de la escena contemporánea internacional” con una programación artística que ha mantenido su identidad y con un presupuesto de 9’3 millones de euros anuales, la misma dotación que desde 2010.
Durante su mandato, el Lliure ha firmado un total de 42 producciones propias y 44 coproducciones, ha acogido a 76 compañías invitadas, ha girado por 56 municipios con 12 de sus producciones y ha crecido de los 2.742 abonados a los 2.803, con una media de edad de 45,6 años: “Y la tendencia es pensar que esta temporada la cerraremos con récord de abonados”, ha destacado.
EL MODELO “NO SE PUEDE CONSOLIDAR” SINO DOBLA RECURSOS
Sin embargo, ha advertido de que el modelo impulsado “no se puede consolidar” en el futuro sino se doblan los recursos humanos y económicos –ha dicho que se necesitarían 18 millones para hacerlo–, y ha añadido que el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) ha tenido un incremento del 25% de su presupuesto en cinco años, pasando de los 10 a los 16 millones.
Ha atribuido los objetivos no cumplidos a redefiniciones provocadas, por ejemplo, por la pandemia del Covid-19 y la inflación, y ha confesado que le pesa no haber firmado un nuevo convenio laboral, aunque asegura que la Fundación Teatre Lliure sabe “que debe corregirlo y lo está haciendo”.
PROYECTOS QUE TRASCIENDEN EL CAMBIO DE DIRECCIÓN
Ha cifrado en diez los proyectos “con posibilidad de trascender a la dirección”, como los programas de residencias y educativos, los planes de accesibilidad y sostenibilidad y los proyectos Perspectives, Europa Creativa, laCultivadora, Vibe35 y Viu Montjuïc, iniciativas que para él convierten a los teatros en espacios sostenibles y necesarios.
Finalmente, ha remarcado que un teatro como el Lliure “no puede tirar solo con recursos públicos” y necesita otras fuentes de ingresos como patrocinios, y ha invitado a reflexionar sobre qué papel deben tener las instituciones públicas en este sentido y a impulsar una cultura teatral que no dependa de las grandes figuras, ha dicho, para llenar las salas.
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