La comunidad de vecinos del ‘casal’ interpuso una querella por problemas de convivencia
BARCELONA, 23 (EUROPA PRESS)
El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, acusado de ceder un local a una entidad juvenil para que abrieran un ‘casal’ de jóvenes en el distrito de Gràcia, ha defendido ante el juez que “la cesión de uso es un modelo habitual en la ciudad”.
Lo ha dicho en su declaración este viernes ante el Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona, donde también hay otros cuatro funcionarios investigados en esta causa por presunta prevaricación y malversación a raíz de una querella presentada por una comunidad de propietarios por estos hechos, según han explicado fuentes jurídicas a los periodistas.
El Ayuntamiento de Barcelona suscribió en 2017 la cesión de uso del local a una entidad juvenil para desarrollar el proyecto que presentaron de ‘Casal de Joves’ –después de que fuera aprobado por la comisión de Govern del Ayuntamiento–, ya que era un “proyecto de interés social y sin ánimo de lucro”.
Seguidamente, el consistorio reformó y adecuó el local para poder hacer un correcto uso social, aunque los vecinos consideran que la cesión a este colectivo “se hizo a dedo y fuera de ley”.
“La cesión de uso es un modelo habitual en la ciudad, que suma más de 300 proyectos muy diferentes entre sí, como la FAVB, Càritas o Can Mussons”, han explicado fuentes municipales, por lo que su defensa pedirá el archivo de la causa.
QUERELLA
La querella interpuesta por la comunidad de vecinos, consultada por Europa Press, explica que, desde el inicio del ‘casal’, han sido “infinitos los problemas de convivencia en el vecindario” ya que no se ha respetado ni los descansos ni la salud de los vecinos, y que incluso se celebraron fiestas durante la pandemia.
Han explicado que también han sido “múltiples” las llamadas a la Guardia Urbana de Barcelona sin que se produjera ninguna actuación para evitar los perjuicios y las molestias que padecían, y que alguna vez levantaron actas de inspección que fueron remitidas al distrito de Gracia, que depende de Eloi Badia, pero que desde el organismo no adoptaron ninguna medida.
El 26 de noviembre de 2018, un vecino puso en conocimiento de la Síndica de Greuges del Ayuntamiento de Barcelona “las graves perturbaciones” en la convivencia, pero desde el distrito tampoco hicieron nada y, en diciembre de 2018, el Síndic de Greuges de Catalunya emitió una resolución respondiendo a la queja de un vecino.
El Síndic de Greuges manifestó que la actuación del servicio municipal “había sido insuficiente”, que el vecindario seguía sufriendo molestias, y recomendaba al distrito que hiciera un seguimiento del caso y atendiera de forma prioritaria las denuncias, aunque desde el Ayuntamiento también se hizo caso omiso, según la querella.
El 7 de enero de 2022, la Síndica de Greuges del Ayuntamiento de Barcelona explicó que se habían recibido 101 llamadas por quejas desde el 3 de octubre de 2018 hasta el 5 de octubre de 2020 y el caso, “tras la absoluta dejación de funciones”, acabó también en la Fiscalía de Barcelona.
Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha asegurado que velan “siempre para hacer compatible la convivencia con los vecinos y el desarrollo de la actividad de la asociación juvenil con un retorno social a la Vila de Gràcia”.
ELOI BADIA
En una publicación en su cuenta de Facebook, Badia ha expresado que entiende perfectamente el malestar que han ocasionado algunas actividades que han alterado el descanso de los vecinos, aunque “esta es una problemática muy presente en Gràcia”.
“Por otro lado, creemos que la juventud debe poder disponer de espacios de crecimiento. La petición de un espacio para los jóvenes, como muchos sabréis, es una demanda histórica y muy apoyada por el movimiento asociativo y cultural de la Vila”, ha añadido.
Asimismo, ha manifestado que no se puede renunciar a la exigencia de la buena convivencia, y que está convencido de que la asociación juvenil y los vecinos “no solamente pueden convivir, sino también enriquecerse mutuamente desde el respeto y la confianza entre vecinos de un mismo barrio”.
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