Realiza una valoración geriátrica integral
BARCELONA, 15 (EUROPA PRESS)
El Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha ampliado este abril el Programa de Oncohematogeriatría al cáncer de vejiga y próstata, después de extenderlo a finales de 2023 a cánceres hematológicos, como linfomas y mielomas, y al de pulmón, colon y recto.
La médica adjunta del servicio de Geriatría de Vall d’Hebron María Gabriela Carrizo ha destacado este lunes en declaraciones a medios que el programa, creado en 2021 para pacientes con cáncer de mama, parte de una consulta en la que un médico y una enfermera realizan conjuntamente una valoración geriátrica integral.
Carrizo ha explicado que esta valoración no sólo incluye un diagnóstico de la enfermedad actual del paciente, sino que también valora su situación en las esferas cognitiva, funcional, emocional, familiar y social, lo que permite personalizar la terapia oncológica y “disminuir la posibilidad de complicaciones y la toxicidad de los tratamientos”.
El programa de Oncohematogeriatría pretende responder al triple reto del envejecimiento de la población, la incidencia creciente de cáncer en pacientes de edad avanzada y la complejidad añadida en el manejo de estos pacientes a través de un abordaje multidisciplinario entre oncólogos, hematólogos y geriatras.
SEGUIMIENTO PERSONALIZADO
La enfermera de Oncogeriatría de Vall d’Hebron Carolina Martínez ha indicado que la intención es que el paciente mantenga su calidad de vida durante todo el proceso oncológico y que realizan un “plan de curas individualizado” y un seguimiento para detectar la evolución del paciente.
“Encontramos pacientes de 90 años que están mejor físicamente que pacientes de 70”, ha dicho Martínez para explicar que el tratamiento dependerá de la edad biológica del paciente, que no coincide con la edad cronológica, y señalar la relevancia de su trabajo en los pacientes prefrágiles y frágiles, aquellos que cuando entran en tratamiento oncológico pueden sufrir un empeoramiento importante.
Martínez ha indicado que se centran en “los puntos donde más se puede revertir la fragilidad, la nutrición y el tema funcional del ejercicio físico” y que, si detectan problemas que no pueden tratar en la consulta, realizan las derivaciones a los servicios necesarios para paliar el empeoramiento del proceso oncológico, como Trabajo Social, Rehabilitación y Psiconcología.
También ha recalcado la importancia de escuchar al paciente mayor ante la tendencia de las familias a hablar en su nombre: “Estamos para darle voz y hacer el tratamiento más adecuado posible para evitar su empeoramiento”.
TRATO HUMANO
La médica adjunta del Servicio de Hematología de Vall d’Hebron Mercè Gironella ha recalcado que incluir la evaluación oncogeriátrica para los pacientes a partir de 70 años con cánceres hematológicos “era una necesidad no cubierta desde hace mucho años”, y ha asegurado que les permite procurar la máxima efectividad del tratamiento con la menor toxicidad posible garantizando la calidad de vida y evitando efectos secundarios.
Un ejemplo del funcionamiento del programa es el caso del paciente Ramon Gatell, a quien le diagnosticaron a los 75 años linfoma B difuso de células grandes y, tras 8 meses en un tratamiento adaptado a su edad biológica –detectaron que ésta es menor que su edad cronológica–, ha cumplido los 76 años completando el pauta de quimioterapia y ya está en remisión completa de la enfermedad.
Gatell ha explicado cómo los sanitarios han seguido su evolución con pruebas como caminar recto para observar su coordinación y equilibrio, y ha destacado el trato humano de los profesionales: “La atención y su trabajo es muy intenso, bien hecho y cariñoso”.
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