El fiscal sostiene que el acusado quería conseguir dinero a cualquier precio
BARCELONA, 14 (EUROPA PRESS)
El acusado de estafar, robar y asesinar a un matrimonio de ancianos en el barrio de La Bordeta de Barcelona en agosto de 2019 ha negado “rotundamente” el crimen y ha asegurado que tenía una muy buena relación con las víctimas, en sus palabras.
Así se ha expresado este lunes frente al jurado popular que lo juzga en la Audiencia de Barcelona, donde ha respondido a las preguntas de la acusación particular y de la defensa, pero no de la Fiscalía, y ha asegurado que los fallecidos eran “bellísimas personas”.
El procesado ha explicado que la relación con el matrimonio era “primero comercial y después de amistad” y ha reconocido que los visitaba asiduamente y que llegó a ganarse su confianza, pero ha negado que lo hiciera con el objetivo de lucrarse aprovechándose de la desesperación del marido por el delicado estado de su salud de su mujer.
“Yo diría que no”, ha respondido a preguntas de la acusación particular sobre si llegó a cobrarles a las víctimas alrededor de 9.000 euros por diversos productos de bienestar, como un masajeador, una jarra de agua o pomadas, y ha dicho no saber si la letra que aparece en las facturas halladas durante la inspección ocular es la suya.
NIEGA EL ROBO DE LA TARJETA
El acusado ha dicho que sabía que el matrimonio tenía una tarjeta de crédito porque se la enseñaron para hacerle los pagos, en sus palabras, pero ha negado que se la robara y que intentara hacer retiradas de dinero en efectivos a sus espaldas y ha asegurado que acompañó en una ocasión al fallecido a un cajero de La Caixa donde la víctima “sacó dinero y ya está”.
El procesado ha confesado que conoce la plataforma de transacciones financieras en la que las acusaciones sostienen que se registró usando los datos de una de las víctimas y que usó para transferirse 100 euros a su cuenta e intentó lo mismo con otros 100, sin éxito.
A preguntas de si usó el nombre de una de las víctimas pero puso su propio correo electrónico y su teléfono para no ser descubierto, él ha respondido que “puede ser que sí, o puede ser que no”, pese a que la acusación particular ha insistido en que el correo utilizado incluía las iniciales del nombre y apellido del procesado y su año de nacimiento.
“ME QUISO PONER EN UN APRIETO”
El acusado ha asegurado que la última vez que vio al matrimonio fue en verano de 2019, aunque sin poder precisar una fecha concreta, y a preguntas de por qué dejó de llamar y visitar con asiduidad a las víctimas ha respondido que la relación se acabó porque el fallecido le pidió que vendiera todas sus pertenencias porque se quería ir a vivir a una residencia con su mujer.
“Se acabó cuando ya me quiso poner un poquitín en un aprieto: que me encargara de la venta de todo lo que había en el piso. Le dije que no, que era cosa de su hijo. Que si no me llamaba y me autorizaba que no quería entrar, que esto siempre acaba malamente”, ha manifestado.
Según él, como el fallecido “no sabía ni cocinar ni absolutamente nada”, le comunicó que lo mejor que podía hacer era irse a una residencia para que cuidaran a su mujer como Dios manda, en sus palabras, y que para eso necesitaba vender sus pertenencias y los muebles del piso de Barcelona y de otra propiedad que tenían en Burgos, pero que él se negó.
VENDIÓ JOYAS
El acusado sí que ha reconocido que vendió joyas del matrimonio en un local de Compro Oro de Gavà (Barcelona), pero ha dicho que lo hizo después de que el marido le pusiera sobre la mesa un puñado de artículos, como pendientes y un colgante de su mujer.
Sin embargo, sostiene que le dio el efectivo en mano al matrimonio tras realizar esta operación, que según él se efectuó de forma legal y para la que aportó su DNI: “Se hizo un papel que no entiendo por qué no se encontró en mi casa, de compra venta. Yo lo vendí legalmente”.
A preguntas de si hizo búsquedas sobre el crimen el mismo día en el que se produjo ha dicho que no, que le gusta mucho leer los periódicos digitales y que posiblemente le saltó alguna noticia, en sus palabras, pero que se enteró del hallazgo por TV3: “Salió por la televisión, lo que es el bloque de pisos, la información, todo. Me quedé parado. Me quedé impactado”.
DOCUMENTACIÓN FALSA
Sobre si en el mes de noviembre de 2019 intentó conseguir documentación falsa ha reconocido que sí, pero ha dicho que lo hizo como intermediario.
Según su relato, un hombre que quería comprarle burundanga al procesado se había puesto en contacto con “el típico estafador que ofrece documentos muy baratos”, pero tras entregarle el dinero no los había recibido, por lo que este conocido, del que no ha sabido dar más referencias, le pidió que quedará con el presunto estafador para arreglar cuentas, en sus palabras.
Sobre por qué apagó el móvil durante más de tres horas el día en el que las acusaciones sitúan el crimen –el 16 de agosto– el acusado ha dicho que en esa época le fallaba la batería y que si no fue al tanatorio tras enterarse de las muertes para dar el pésame a la familia fue porque “al hijo no lo conocía”.
PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE
El representante del Ministerio Fiscal, Félix Martín, ha calificado de “sarta de mentiras” las explicaciones del procesado y, como la acusación particular, ha mantenido la petición de dos penas de prisión permanente revisable por cada uno de los asesinatos con alevosía y ensañamiento para la facilitación y evitación del descubrimiento de la comisión de otro delito.
Además, suma 2 años y 7 meses de prisión por un delito continuado de estafa y 10 años más por dos delitos de robo con violencia y pide que indemnice al hijo de los fallecidos con 300.000 euros y a cada una de sus dos nietas con 100.000 euros por los perjuicios y daños morales causados.
SITÚA EL CRIMEN EL 16 DE AGOSTO
El fiscal ha expuesto que tras el intento de retirada en efectivo del 6 de agosto usando la tarjeta sustraída a las víctimas, al día siguiente el matrimonio recibió información sobre los comportamientos fraudulentos por parte de su entidad bancaria, lo que llevó al fallecido a llamar preocupado a su hijo el día 8 y a intentar contactar con el procesado los días 9 y 10 para pedirle explicaciones.
En los días sucesivos, el 13 y 14 de agosto, el procesado intentó adquirir burundanga, según el fiscal, que ha precisado que, de la práctica de la prueba, está convencido de que el crimen “se produjo la tarde del día 16 de agosto”.
PIDE ABRIR UNA INVESTIGACIÓN
El fiscal ha insistido en que el móvil del crimen fue la situación económica del procesado, que era “mala no, agónica”, y que su único objetivo era conseguir dinero a cualquier precio.
El fiscal ha pedido que si hay una sentencia condenatoria se remita un testimonio de la misma a la Agencia Catalana de Consumo y al Ministerio de Consumo a los efectos de que se valore el inicio de “actividades inspectoras y sancionadoras” para proteger a las personas mayores de este tipo de estafas, calificando de deleznable las prácticas de empresas que buscan obtener un elevado margen de beneficio, de hasta 18 veces el precio de coste en este caso, con ventas a colectivos vulnerables.
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