Fija diez temas que marcarán la agenda internacional, con un aumento de las protestas ciudadanas
BARCELONA, 20 (EUROPA PRESS)
El Cidob ha presentado este martes su nota internacional que establece diez temas que marcarán la agenda internacional de 2023, marcada por la descomposición de los sistemas de seguridad y un aumento del malestar social, apuntando a un incremento de las protestas ciudadanas en el mundo.
En la presentación de este texto, realizado en colaboración con EsadeGeo, el director del Cidob, Pol Morillas, ha explicado que buscan “aportar una capa de complejidad y poner sobre la mesa elementos de análisis basados en la evidencia y en los eventos especiales” que se producirán en 2023.
La coordinadora del texto e investigadora del Cidob, Carme Coromina, ha destacado que han planteado este análisis como una mesa de billar americano, en la que la guerra de Ucrania es la bola blanca, porque “ha dejado al descubierto que cuanto mayores son los riesgos que acompañan a la confrontación geoestratégica, más obsoletos parecen los marcos de seguridad colectiva”.
Esta metáfora busca mostrar cómo el orden mundial está colisionando, moviéndose y algunas de las transformaciones entran en contradicción, e incluye una bola negra que refleja la falta de previsión de algún cambio que podría alterar el escenario internacional, la “volatilidad de lo inesperado”.
El primero de los temas habla de la competición estratégica, que se ha visto acelerada por la guerra en Ucrania, y también expone que el mundo no está dividido en dos bloques sino que está en plena configuración, tras lo que pone el acento en que 2023 “será el año de los otros”, de países como India, Turquía, Arabia Saudí y Brasil, y sus aspiraciones a ganar protagonismo en el escenario internacional.
El texto también aborda la inoperatividad de los marcos globales de seguridad colectiva a raíz de la guerra en Ucrania, algo que provocará, según el documento, que se busquen espacios alternativos de seguridad compartida.
En cuanto a la guerra, Morillas ha asegurado que el escenario actual no hace augurar que vaya a haber negociación por una “falta de incentivos de las partes”.
CONFLICTO CONGELADO
“Ucrania cree que tiene mucho que recuperar, sobre todo si occidente le sigue prestando ayuda”, ha concretado Morillas, y Coromina ha completado diciendo que los mecanismos de diálogo existentes están superados, ya que la OSCE se ha convertido en una organización de parte y Rusia no quiere reproducir el acuerdo de Minsk, según ella, por lo que no descarta que el conflicto quede congelado.
Otro de los puntos aborda la posible colisión entre la transición verde y la crisis energética, y aquí el investigador Víctor Burguete ha apuntado que se ha producido un cambio de paradigma que ha puesto en el centro del debate la seguridad energética.
Ha señalado que “la falta de suministro ha impulsado una demanda del carbón y de las nucleares”, y que en 2023 seguirá habiendo tensiones en la cadena de suministro y competición por acceder al gas.
En cuanto a la recesión económica global, en 2023 habrá regiones del planeta con alto riesgo económico, monetario y social, especialmente en países como Pakistán, Egipto y Líbano con una situación más delicada, y este escenario también estará marcado por la crisis de acceso a los bienes básicos y el incremento del precio de la energía, con un retroceso de los índices globales de desarrollo.
“MÁS PROTESTAS, MENOS EFECTIVAS”
Coromina ha avanzado un aumento de las protestas a raíz del descontento social: “Viviremos en un mundo con más protestas pero cada vez menos efectivas”, ha vaticinado la investigadora, y ha afirmado que los propios movimientos sociales y el activismo acaban reproduciendo la tendencia a la fragmentación, como se puede observar en el movimiento feminista y en el del clima.
La nota del Cidob muestra un escenario para 2023 en que “no solo la democracia está bajo presión, también el autoritarismo”, ha explicado Coromina, que ha puesto el foco en las protestas en China o en Irán.
También en las elecciones de Turquía, en las que su presidente Recep Tayyip Erdogan deberá enfrentarse a una oposición más unida, y ha apuntado que el líder ruso Vladimir Putin tiene un alto grado de presión interna y el apoyo a la guerra ha perdido peso.
Por último, el texto muestra cinco regiones del mundo que se deberán seguir de cerca en 2023, entre las que se encuentra la zona del Sahel, el vecindario de Rusia, Irán, el mediterráneo oriental y Taiwan.
En esta última región, la investigadora Inés Arco ha advertido de que “podría ser el próximo escenario de confrontación global”, aunque considera que para 2023 el G20 dio mensajes esperanzadores y es posible que se vea un mantenimiento del statu quo.
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