La defensa sostiene que el procesado actuó en defensa propia tras sufrir un primer ataque y solicita su absolución
BARCELONA, 4 (EUROPA PRESS)
La acusación particular, que ejerce la abogada Mónica Aguilar, ha solicitado este jueves en el juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona más de 30 años de prisión para el acusado de rociar con gasolina y prender fuego a su casero y a la pareja de éste el 20 de diciembre de 2020 en su piso de Barcelona, además de una indemnización de 130.000 euros por los daños causados a ambos.
La letrada ha pedido esta condena por dos delitos de intento de asesinato –-o subsidiariamente homicidio en grado de tentativa–, así como por los de lesiones y amenazas, mientras que la Fiscalía ha mantenido la petición de 25 años por dos presuntos delitos de intento de homicidio, delitos de lesiones y amenazas.
LAS SECUELAS
En la segunda y última sesión que se celebra en la Sección 5 de la Audiencia Provincial de Barcelona, los doctores que atendieron a las víctimas, que han declarado en calidad de peritos, han explicado ante al tribunal que la intensidad de las quemaduras a lo bonzo, como las que sufrieron las víctimas, “son graves, porque generan, si hay supervivencia, cuadros de sepsis e infecciones muy importantes que pueden llevar a la muerte”.
Además de los daños psicológicos que ambas víctimas sufren, el casero del acusado sufrió lesiones por las que tiene que llevar un traje para proteger las zonas afectadas, mientras que su pareja tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para recuperar la movilidad del mentón.
LEGÍTIMA DEFENSA
Por su parte, la defensa del acusado ha solicitado la absolución del procesado –o una eximente incompleta por legítima defensa–, al entender que el ataque lo inició la otra parte– y ha pedido al tribunal que lo deje en libertad tras casi dos años en prisión provisional, una petición a la que tanto Fiscalía como acusación particular se han opuesto “rotundamente”.
El acusado, que ha hecho uso de su derecho a la última palabra, ha reiterado que estaba en su casa cuando bajaron sus vecinos –su casero y la pareja de éste– con un bidón de gasolina con ánimo de atacarlo a él y a su sobrina y que, al intentar quitárselo para tirarlo por la ventana, el líquido inflamable se desparramó por el suelo a causa del forcejeo y explotó.
“Los que tienen que pedir disculpas son sus clientes, que vinieron a agredirme a mi casa y tiraron la puerta abajo”, ha expresado en alusión a la acusación particular.
La letrada ha refutado esta versión al recordar la declaración de los Mossos d’Esquadra, que comparecieron en calidad de testigos el miércoles, y que explicaron que el fuego no se inició al entrar en contacto la gasolina con un generador, como explicaron inicialmente las víctimas, pues el aparato ni siquiera estaba en el piso en el que se produjo la deflagración y se encontró en plenas condiciones.
“Se ha intentado distraer al tribunal con hechos periféricos, pero el ánimo del acusado era acabar con la vida de mis representados”, ha concluido, alegando que el fuego lo originó el procesado de forma intencionada utilizando un mechero.
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