Mujeres explotadas aseguran sentirse “alguien importante” tras ser tratadas por psiquiatras de la Vall d’Hebron
BARCELONA, 11 (EUROPA PRESS)
El 40% de las personas atendidas en la Unitat de Tràfic d’Éssers Humans (UTEH) del Ayuntamiento de Barcelona necesita de un acompañamiento psiquiátrico.
Lo ha explicado en rueda de prensa la concejal y teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Justicia Global y Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, Laura Pérez, junto a la psiquiatra del Programa de Psiquiatría Transcultural del Hospital de la Vall d’Hebron, la doctora Mar Ramos; el responsable del Programa, el doctor Francisco Collazos; y la coordinadora de la UTEH, Verònica Giménez.
Pérez ha explicado que la UTEH, creada en 2016 para acompañar a víctimas potenciales de trata de seres humanos, colabora con cuerpos policiales y entidades sociales, además de trabajar con el Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, que ofrece asistencia en salud mental a las víctimas con perspectiva transcultural y de género.
Ha detallado que la UTEH atendió a 277 personas en 2020 y a 229 en 2021, y que el perfil predominante de personas atendidas son mujeres de entre 20 y 40 años explotadas sexualmente y que más de la mitad de las víctimas son de nacionalidad nigeriana, aunque en los últimos años se ha visto un aumento de mujeres latinoamericanas y de hombres de tercera edad.
Giménez ha asegurado que, cuando llega una posible víctima, lo primero que se hace es una valoración sociojurídica para evaluar la situación y “restituir los derechos humanos que han sido vulnerados”, y después activan los recursos para proteger a la víctima y para desvincularla de la red de explotación.
Finalizado el diagnóstico, Giménez ha explicado que se establece un plan de trabajo con psicólogos y, si la víctima lo requiere, se contacta con profesionales del Programa de Psiquiatría Transcultural del Hospital de la Vall d’Hebron, creado en 2018.
Sobre el porcentaje de víctimas que precisan de un psiquiatra, la doctora Ramos ha detallado que “un 40% es un porcentaje elevado, pero es normal que sea así, la violencia que han sufrido es muy extrema y las situaciones vividas son muy complejas”.
“El proceso de recuperación es imprescindible para pasar de ser una víctima a una superviviente, puede durar mucho tiempo, aunque los primeros seis meses son muy importantes y lo que tenemos que evitar es hacer revictimización”, ha añadido.
Por su parte, Collazos ha manifestado que el programa de la Vall d’Hebron ofrece atención en salud mental “culturalmente competente, ya que ninguna persona por su condición económica, cultura, su orientación sexual o religiosa tiene que recibir una atención de menor calidad”.
VÍCTIMAS
Una de las víctimas presentes en la rueda de prensa ha explicado que llegó a Barcelona en 2017, después de que la red criminal la captara en su país de origen engañándola: “Me motivaron a decir que sí. Me dijeron que en un año podría tener trabajo y papeles y, una vez aquí, no fue así”.
En 2019 se puso en contacto con los servicios sociales, que le facilitaron el enlace con la UTEH y la Vall d’Hebron: “Estaba en una situación de mucho estrés, me ayudaron y me calmaron. Antes de contactar con ellos todo era desconocido para mí, no hablaba con nadie, no podía explicar cómo me sentía”.
Ha explicado que no podía dormir y hablaba sola y, una vez atendida, los problemas que tenía empezaron a desaparecer y se volvió “fuerte para compartir su historia con la gente”.
Otra víctima ha explicado que hace pocos años llegó a Barcelona y denunció a la policía su situación: “Mi vida no tenía sentido, no sabía qué hacer. Si volvía a mi país ya no tenía ni dónde vivir”.
Ha manifestado que no podía dormir, tenía pesadillas y necesitaba ayuda, y que los psicólogos y psiquiatras la hicieron “sentir bien y que era alguien importante”.
“El acompañamiento psiquiátrico es muy importante, sin esa ayuda no hubiera podido yo sola. Estos profesionales se han vuelto parte de mí, son como mi familia. Ahora me siento muy fuerte”.
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