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El periodista vasco describe la “violencia extrema” en las devoluciones en caliente de los refugiados
BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)
El periodista vasco Hibai Arbide Aza publica ‘Con el agua al cuello’ (Capitán Swing) donde describe las atrocidades que se cometen en la devolución en caliente de los refugiados (‘pushback’) y critica la política migratoria europea: “El Mediterráneo es la fosa común más grande del mundo”, asegura en una entrevista con Europa Press.
Arbide vive con su mujer y su hijo en la isla griega de Lesbos, a cuyas costas llegan cada año decenas de cuerpos sin identificar: “Cuando en el libro hablo de normalizar el horror, hablo de que estas muertes en su mayoría ni siquiera son noticia, como mucho un breve en la prensa local, no ya en los medios europeos, y parece que sea inevitable”.
Lamenta que el Mediterráneo, en lugar de ser un mar que de identidad y una las dos orillas “se ha convertido en una barrera, que no es infranqueable, pero en la que cada vez se ponen más dificultades para llegar y esto lo ha convertido en uno de los lugares con mayor porcentaje de muertes, sobre todo de muertes sin identificar”, de ahí que hable de fosa común.
Advierte de que los ‘pushbacks’ y la violencia “no son irracionales, tienen una lógica detrás, que es la de priorizar el cierre de fronteras por encima de cualquier otra consideración, de los derechos humanos, de la legalidad, de la legitimidad de buscar una vida mejor, de todo”.
CRISIS DE VALORES DE LA UE
El libro alude al cierre de las fronteras acordado entre la UE y Turquía en 2016 tras la “mal llamada”, según Arbide, crisis de los refugiados, pues el periodista cree que en realidad se produjo una crisis de valores europeos: “Solo es posible el cierre y el blindaje de las fronteras por medio de la violencia extrema. En la práctica no hay otra solución”.
Arbide cree que el auge de la extrema derecha en Europa o la presidencia de Donald Trump invitan poco al optimismo en política migratoria, pero llama a no dejarse arrastrar por el nihilismo: “Lo que ahora parece inevitable, que es el ascenso de los valores de la extrema derecha, hasta hace poco era percibido por la gran mayoría de la gente como ideas extremistas que no tienen lugar en nuestra sociedad. Yo creo que es posible volver a esto”.
Pero para ello, considera que los gobiernos y los responsables europeos “tendrían que mirarse al espejo y preguntarse si realmente sus políticas migratorias son tan diferentes de lo que plantea la extrema derecha, pero en un grado un poquito menor, o se debe afirmar que la inmigración no es un problema”.
Al respecto, insiste en que los partidos de izquierdas deberían pensar si las recetas que están utilizando para detener a la extrema derecha no son más de lo mismo, en sus palabras: “Las políticas de Marlaska (ministro de Interior) frente a la masacre de Melilla no son muy diferentes a lo que habría hecho la extrema derecha y esto es algo de lo que la izquierda se debería avergonzar”.
Recuerda que, en Grecia, cuando se produjo el auge de Amanecer Dorado “un partido directamente neonazi”, el Partido Socialista y Nueva Democracia cometieron los mismos errores que ahora están cometiendo los partidos de centro de Europa y esto no detuvo el ascenso de la extrema derecha, advierte.
RFEPARTO DE MENORES
El autor se muestra muy crítico con el reparto de menores inmigrantes, pues “se les trata como si fueran una especie de residuos, cuando el relato parte de que estas personas son un problema ¿quién va a estar contento de recibirlas?”
“Si lo que se explicara es que no se trata del reparto de ningún mal, sino de niños desamparados que necesitan protección, de poner medios para que estas personas tengan sus derechos cubiertos, si este fuese el relato mayoritario, creo que los resultados serían distintos”, añade.
Arbide elogia en su libro la solidaridad de la gente corriente, del activismo y de las ONG y, a pesar de la violencia que ha presenciado, Lesbos “es un lugar que merece la pena no dejar abandonado a los racistas”.
“No soy tan arrogante para pensar que este libro va a producir un cambio de políticas europeas, pero sí que me gustaría pensar que pueda servir para que las atrocidades que se cuentan en él al menos no tengan la impunidad con la que cuentan ahora. Me gustaría pensar que el libro va a ser un granito de arena”, afirma.
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