Ambientada en los últimos años del franquismo y a través de los ojos de una niña
BARCELONA, 4 (EUROPA PRESS)
La novelista y poeta mallorquina Antònia Vicens ha regresado tras más de una década a la prosa con ‘Crideu la mort errant, digueu-me on va’ (La Magrana), una novela coral que aborda la memoria.
En rueda de prensa este miércoles, Vicens, Premi d’Honor de les Lletres Catalanes 2022, ha explicado que ha querido ambientar la obra en los últimos años del franquismo cuando “el silencio comenzó a crujir y se veían ansias de libertad”.
En la novela, Elisenda ve tambalear su vida tras la marcha súbita de su padre y la llegada de una nueva compañera de la madre y en ella irrumpe el amor, el deseo y la crueldad.
Vicens (Santanyí, 1941) ha optado por plantear la novela primero en forma de un diario de la niña, que la protagonista empieza a los 10 años y recupera a los 17, y luego en una novela coral en el que se da voz a diversas mujeres, en la que se ha ido “metiendo en los personajes para dotarlos de verosimilitud”.
Dedicado a la poesía en sus últimas creaciones –su última novela fue ‘Ànima de gos’ en 2011–, Vicens ha explicado que era un texto que iba escribiendo desde hacía años pero que tenía la sensación de que los personajes jugaban con ella, asegurando que le costó mucho porque no puede escribir poesía y prosa en paralelo: “Ahora he liberado a los personajes”.
“CINCELAR LA PROSA”
“Necesité 40 años de escribir prosa para escribir un verso. Ahora he podido cincelar la prosa por los 15 años de escribir poesía”, ha subrayado Vicens.
La escritora ha remarcado que el vocabulario que usa en la novela es “vivo y cotidiano, no he ido a descongelar” palabras, y ha admitido que existen momentos en la novela que ha puesto poesía.
Vicens ha afirmado que a lo largo de toda la novela la cuestión de la memoria es “una capa que no se ve”, y ha recordado que durante su propia infancia había un silencio que ahora la memoria ha tenido la fuerza para romperlo.
La autora ha explicado que se implica de forma intensa en todo lo que escribe y que una vez publicado descansa, pero que ya tiene unos 20 poemas que “reescribirá y reescribirá” hasta que se publiquen, ya que no da un texto por acabado hasta que se edita.
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