SORIA, 12 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Provincial de Soria ha condenado a un varón a seis años de prisión por un delito de agresión sexual sobre una amiga de su hermano que en el momento de los hechos tenía 16 años. Estos hechos ocurrieron en 2021, en días de toque de queda, en el interior de un domicilio donde se celebró una fiesta.
En el domicilio estaban el acusado, el hermano, los padres de ambos, la víctima y varias personas más. La víctima tenía muy buena relación con el hermano del acusado y con los padres hasta que decidió denunciar, varios meses después.
Según la sentencia, en un momento de la noche, la víctima se sintió indispuesta por el consumo de alcohol. Por esa razón, su amigo y otras dos chicas la ducharon y la tumbaron en la cama de la habitación, en la que también se encontraba el cuarto de baño.
Una vez en la cama, la memor notó que alguien empezó a agredirla sexualmente. La sentencia explica que hubo cuatro actos diferentes para un único delito de agresión sexual, tanto en la cama como en el baño, e incluso posteriormente en el salón de la casa. Uno de ellos fue la penetración.
Por esos hechos, el Ministerio Fiscal solicitó nueve años de prisión y siete de libertad vigilada, además de 13 años de alejamiento a más de 500 metros y prohibición de comunicación, y 8.000 euros de indemnización. La acusación particular pedía 12 años de prisión y 15 de alejamiento e incomunicación, así como 10.000 euros de indemnización. La defensa, disconforme con el relato de los hechos, pedía la absolución.
El tribunal, en su fallo condenatorio, advierte de que no existía animadversión previa de la víctima hacia el acusado, sino todo lo contrario, al ser hermano de su amigo y mantener además muy buena relación con los padres. También estima que todos los hechos denunciados gozan de verosimilitud, algo a lo que contribuye la persistencia en la incriminación por parte de la menor.
Respecto al hecho de que la denuncia se produjera varios meses después, la prueba pericial de la psicóloga asegura no solo que es normal, sino que hay casos que nunca se denuncian porque se piensa que el trauma se va a solucionar con el tiempo. Sin embargo, la víctima cambió de manera radical su comportamiento los meses siguientes, dejando totalmente de lado estudios y deporte.
Empezó a ir al psicólogo, pero le ocultaba dicha agresión sexual, al igual que a su familia. Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, se decidió a denunciar, después de hablar incluso con la familia del acusado, y ello a pesar de que le pidió que no denunciara y le ofreció ayudar económicamente para temas psicológicos.
El ahora condenado tenía problemas por el uso de cannabis y había ingresado de manera voluntaria en un programa de deshabituación, pero en el momento de los hechos ello no afectó su conducta, según la sentencia.
Con todo, la Audiencia Provincial le ha condenado a seis años de prisión, siete de libertad vigilada, 13 de alejamiento y la no comunicación con la víctima, junto con 10.000 euros de indemnización y el pago de las costas.
Además, el fallo incluye la posibilidad de delito de falso testimonio en dos de los testigos. La sentencia no es firme y cabe interponer recurso ante la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
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