VALLADOLID, 20 (EUROPA PRESS)
El Centro de Conservación y Restauración de la Fundación Edades del Hombre conforma un equipo que tiene como objetivo rescatar del olvido a aquellas obras del patrimonio de Castilla y León que se han visto afectadas por el paso del tiempo, todo ello mediante el proceso de conservación y restauración preciso, una labor necesaria sobre la que cada vez la sociedad tiene “más concienciación”.
Cuatro personas componen la plantilla fija de este centro, que cuenta con otros cuatro profesionales eventuales para trabajar en aquellas piezas que necesiten de su auxilio, desde obras pictóricas, escultóricas, textiles, pétreas o de orfebrería de artistas históricos hasta otras de carácter devocional procedentes de parroquias, cofradías o particulares.
Ellos se realiza, principalmente, en sus talleres ubicados en el Monasterio de Santa María de Valbuena, sede de Las Edades del Hombre a orillas del Duero, en San Bernardo (Valladolid), según ha explicado a Europa Press la directora del Centro de Conservación y Restauración de la Fundación de Las Edades del Hombre, Consuelo Valverde.
El grueso de la tarea de este centro es la adecuación de las piezas que se muestran en la exposición de Las Edades del Hombre desde 1988, más de 5.000 desde entonces, si bien estos profesionales también prestan servicio a templos y hermandades de la Comunidad que necesitan del cuidado de su patrimonio, como han hecho recientemente, cuando han participado en el traslado, revisión, documentación y limpieza de las imágenes religiosas extraídas de la Iglesia de la Vera Cruz de Valladolid tras el colapso de su cúpula.
En la Catedral de la ciudad del Pisuerga, el equipo de la Fundación Edades del Hombre instaló un taller improvisado para tratar las piezas, entre las que se encontraban las tallas ‘Nuestra Madre la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz’, ‘El Señor Atado a la Columna’ o ‘El Descendimiento’, del escultor español de barroco Gregorio Fernández, entre otras.
Y es que el equipo, en el que hay especialistas en pintura, en escultura, en conservación preventiva o en transporte de obras de arte, pone así sus medios y profesionales a disposición de las entidades de la Comunidad que lo requieran, y cambian, si hace falta, la ubicación de sus talleres, que habitualmente acoge el monasterio ribereño en dos espacios, uno de pintura y otro de escultura.
“Trabajamos en dos talleres, uno de gran formato y otro de medio formato, y cuando es necesario hacer intervenciones sobre otro tipo de documentación o de textiles, pedimos ayuda externa”, ha precisado Valverde respecto a estos espacios.
A este lugar llegan, por lo general, obras con “problemas de barnices, de consolidación o levantamientos de policromía”, entre otros daños, tal y como ha explicado la directora del centro, quien ha incidido en que se realizan “tratamientos diferentes” dependiendo de la pieza.
Asimismo, ha subrayado que pese a que “cada caso es un mundo”, la media de tiempo necesario para intervenir de “forma correcta” en las piezas suele ser de entre “un mes y tres meses”, aunque todo “depende de las necesidades que tenga cada obra”, según ha recalcado Valverde.
PIEZAS “BIEN CUIDADAS”
Por otro lado, sobre el estado de la conservación del patrimonio en la Comunidad, ha indicado que si bien depende de cada parroquia o iglesia, “normalmente” las piezas están “bien cuidadas”, aunque es común que debido a las “oscilaciones de humedad o de temperatura”, así como a la forma de limpiarlas, se produzcan “arrastres de policromía y de dorados”, tras lo que los técnicos del centro suelen intervenir, avisados por los responsables de los templos, lo que suele ser “común”.
En este sentido, el Centro de Conservación y Recuperación de las Edades del Hombre realiza también tareas de educación, formación y concienciación para acercar las labores de restauración que realizan y fomentar el cuidado del patrimonio en los pueblos de la Comunidad, desde el nivel “infantil al universitario”.
“Cada vez hay más concienciación de la necesidad de conservar el patrimonio”, ha aseverado Valverde al respecto, para celebrar que la sociedad asume que también es “responsable” de este cuidado y, además, siguen formándose profesionales que velen por el buen estado de esta herencia artística.
Igualmente, Valverde ha destacado la labor de conservación y restauración que se realiza en Castilla y León también por parte del centro que depende de la Junta, que recibe “inversiones que se materializan en restauración, estudios técnicos e intervención sobre obras”.
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