VALLADOLID, 21 (EUROPA PRESS)
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la pena de cinco años y ocho meses de cárcel por tentativa de asesinato impuesta a la vecina de Tordesillas que en abril de 2020 acometió con un cuchillo de cocina a su marido cuando éste dormía en la cama conyugal y al que hirió de gravedad.
En su sentencia, la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, desestima de este modo el recurso de la defensa y ratifica en todos sus términos el fallo dictado en noviembre de 2023 por la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia vallisoletana, que estimó que los hechos eran constitutivos de una tentativa de asesinato por parte de la búlgara Nadia B.V, a la que aplicó la atenuante muy cualificada de confesión y la agravante de parentesco, y, en consecuencia, además de la citada pena privativa de libertad, le impuso la prohibición de comunicar con la víctima y de aproximarse a su domicilio y lugar de trabajo a menos de 300 metros y durante siete años.
En concepto de responsabilidad civil, la condenada habrá de indemnizar a su exmarido con la cantidad de 30.000 euros, al Sacyl con 6.704 euros por los gastos ocasionados en el Hospital Clínico Universitario, así como también por los posibles facturas que pudieran generarse por la asistencia de urgencias en el Centro de Salud de Tordesillas y/o los traslados en ambulancia, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Las acusaciones pública y particular, esta última ejercida por Isabel Palomino, de Negotia Abogados, habían pedido para la encausada penas de diez y trece años de cárcel, respectivamente, frente a la solicitud de absolución de la defensa, que alegaba que su patrocinada se había limitado a defenderse de una agresión previa por parte del marido tras sufrir éste un cuadro psicótico como consecuencia de la ingesta de alcohol y cocaína.
Durante el juicio, la condenada, a la que se otorgó la facultad de declarar en último lugar, alegó que aquella madrugada se hizo con un cuchillo de cocina para defenderse de la agresión sufrida por su entonces pareja, de la que aseguró que reaccionó contra ella con gran violencia al recobrar la consciencia tras sufrir un desmayo por ingesta de alcohol y drogas.
Matizó Nadia que la relación de pareja era “normal” aunque la misma se había deteriorado un tanto con motivo de las limitaciones impuestas por la pandemia y, sobre lo ocurrido el día de autos, sostuvo que no tuvo intención de matar, ni siquiera de dañar al padre de su hija, entonces de siete años, cuando fue a la cocina y pilló un cuchillo de 17 centímetros de hoja con el que asestó a Ricardo S.H. una cuchillada, la más grave, en la región epigástrica, y una segunda en la espalda (pared posterior de la escápula izquierda).
En su relato de los hechos, la joven se remontó a las 06.00 horas del día 26 de abril de 2020 para recordar el momento en el que acompañaba a su marido hasta la cama al sentirse éste indispuesto puesto que llevaba un día sin dormir y al haber ingerido gran cantidad de alcohol y drogas.
Fue entonces cuando Ricardo, como así aseguró la acusada, sufrió arcadas y “se cayó en el suelo del baño inconsciente como un saco de patatas y se golpeó la cabeza con el marco de la puerta”.
La mujer indicó que trató de reanimarle, incluso echándole agua con la alcachofa de la ducha, y que al recobrar Ricardo de improviso la consciencia, “sin más”, le propinó un fuerte puñetazo en la frente que le hizo caer de espaldas y golpearse la cabeza con la cama. A ese golpazo, siempre según su versión, seguirían otros más que le obligaron a colocar sus brazos a modo de defensa, hasta que pudo escapar y buscar refugio en la cocina donde se hizo con un cuchillo.
“YO ESTABA EN SHOCK, NO SÉ COMO SALÍ”
La condenada declaró que entonces se dirigió de nuevo al dormitorio para recoger el móvil de la mesilla con la intención de llamar a su suegra. “Estaba con los ojos muy abiertos, como si nada”, mantuvo Nadia, quien explicó que en ese momento Ricardo la agarró por el cuello cuando ella sostenía el móvil con la mano derecha y el cuchillo con la izquierda y ambos cayeron al suelo.
“En ningún momento he querido hacerle daño”, insistió la mujer, quien no descartó que en esa caída su pareja resultara herida en el abdomen y mostró su sorpresa por la segunda lesión que recibió en la espalda. “Ni idea de cómo se produjo. Yo estaba en shock, no sé ni cómo salí de casa ni cómo llegué a la de mi prima, mi principal preocupación era que nuestra hija, que dormía en el salón, no se despertara y presenciara la escena”, mantuvo Nadia.
Su versión es diametralmente opuesta a la de su ya exmarido, quien ratificó que su acuchillamiento, como así entiende probado la sentencia de la Audiencia de Valladolid, se produjo mientras dormía y mostró aún su “sorpresa” por lo ocurrido, casi tres años después, porque, como así sostuvo, “no había motivo” alguno para una reacción de ese tipo ya que su relación era “normal, sin problemas”.
NO SE EXPLICA LA REACCIÓN DE SU ESPOSA
Y es que el lesionado trasladó al tribunal su incredulidad ante la violenta acción de Nadia aquella madrugada del 26 de abril de 2022 en la que esta última, supuestamente sin mediar motivo alguno, aprovechó que estaba dormido en la cama matrimonial para asestarle dos cuchilladas, una en el abdomen y otra en la espalda, además de producirle distintos cortes en la cabeza.
La tarde del día anterior la pareja había estado en una finca consumiendo alcohol y drogas, tal y como recordó la víctima, y no fue hasta las 23.00 horas cuando volvieron a casa y, a sugerencia de Nadia, se esnifaron una última raya de lo que Ricardo cree que se trataba de speed.
Una hora más tarde, Ricardo decidió meterse en la cama mientras su esposa y la hija de ambos permanecían en el salón. Dormía profundamente hasta que en un momento dado se produjo el acometimiento. “Sentí un dolor muy fuerte en el abdomen, me giré y noté otro dolor muy grande en la espalda y unos golpes en la cabeza”, declaró Ricardo, quien añadió que inicialmente no supo de dónde le venían las cuchilladas hasta que vio nítidamente la cara de su mujer.
A partir de ahí, el acuchillado aseguró no recordar nada más, tan solo el momento en el que fue sacado de la habitación por unos guardias civiles.
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