Se concertaron para fingir una relación a distancia entre la mujer y el estafado y solicitarle distintas cantidades
VALLADOLID, 28 (EUROPA PRESS)
La modalidad de la ‘estafa amorosa’ salta a la escena de la Audiencia de Valladolid en un juicio previsto para este jueves en el que el tribunal sentará en el banquillo a una pareja acusada de concertarse para fingir una relación sentimental entre la mujer y un hombre al que, mediante artimañas, logró sacar más de 200.000 euros a lo largo de una década.
Fiscalía de Valladolid imputa al matrimonio formado por José M.D. y María José C.M. un delito continuado de estafa, agravado por la entidad del perjuicio y la situación económica en que dejan a la víctima, y solicita para cada uno de los encausados una pena de cinco años de prisión, multa de 2.700 euros y, en concepto de responsabilidad civil, la obligación de indemnizar al estafado en la cantidad de 225.760 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
En su relato de hechos, la acusación pública sostiene que el citado matrimonio se concertó para contactar con la víctima, Íñigo F.R, mediante la aplicación Badoo a finales de 2008 a quien ella se presentó bajo el nombre de Sonia y comenzó a acercarse fingiendo una relación sentimental mediante conversaciones diarias a través de las aplicaciones Messenger y Whatsapp.
Los acusados hicieron nacer en la víctima una supuesta relación afectiva que, en realidad, no tenía más objetivo que sacarle ‘la pasta’, algo que comenzaron a conseguir a lo largo de una década, entre el 21 de enero de 2009 y el 4 de septiembre de 2019, a través de múltiples ingresos y traspasos de dinero a su favor con peticiones de lo más peregrino que él se creyó.
Así, la supuesta Sonia–en realidad María José–comenzaría una espiral de peticiones de dinero tras alegar necesidades perentorias, entre ellas que se había desplazado hasta Haití en misión humanitaria y que necesitaba dinero para su repatriación urgente.
Fondos para la compra de un piso en el que vivirían juntos o para ser operada de urgencia de un tumor en el pecho en la Clínica Quirón fueron otros de los requerimientos a los que I.F.R, de buena fe, respondió haciendo entrega de distintas cantidades de dinero.
Para dar más credibilidad a la relación, los dos acusados crearon las figuras de una hermana y una amiga de ella, a las que llamaron Inmaculada y Lucía, respectivamente, que se comunicaban con la víctima por mensajes a través de teléfonos del matrimonio en el papel de supuestas confidentes para justificar y disculpar las continuas excusas que María José (Sonia) daba a su amante para eludir quedar con él en persona.
La acusación pública sostiene que a través de todas estas artimañas el matrimonio logró que a lo largo de diez años la víctima les entregara importantes cantidades de dinero, más de 225.000 euros, que se ingresaron en sus cuentas bancarias y en la de un hijo.
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