El autor de novela histórica ultima su nueva publicación, la segunda entrega de una hexalogía centrada en Julio César
VALLADOLID, 2 (EUROPA PRESS)
El escritor de novela histórica Santiago Posteguillo ha reflexionado este viernes en Valladolid sobre la importancia de leer para “vivir” y ha defendido que las personas que leen son “más cultas y más exigentes con quien gobierna” y por ello, reconoce que tiene “la paranoia” de que los gobernantes “quieren que la gente no lea”.
Posteguillo ha dejado este pensamiento en una rueda de prensa que ha ofrecido este viernes en el Círculo de Recreo de Valladolid, el mismo escenario en el que unas horas después ofrece el pregón de la 56 edición de la Feria del Libro de Valladolid.
Además de explicar su teoría sobre el origen de los términos ‘pregón’ y ‘pregonero’, enraizados en la época romana y concretamente en los inicios como cónsul de Julio César –protagonista de la última novela de Posteguillo–, el autor valenciano ha explicado también la idea que traslada en el pregón que ha escrito: que los libros no son imprescindibles para “sobrevivir” pero sí para “vivir”.
Tras ello, ha defendido que más importante que el formato en que se lea es el propio hecho de la lectura. “La lectura está por encima de todo. La gente que lee es más culta, más exigente con quien le gobierna. Por eso tengo la creencia de que quienes nos gobiernan quieren que la gente no lea”, ha aseverado justo antes de admitir que lo considera esta reflexión como una “paranoia” propia.
Eso sí, ha apostillado que aunque “hoy en día no se queman los libros en las plazas como hacían los nazis” entiende que hay “cosas más sutiles para evitar, de forma directa o indirecta, que la gente no lea”.
Apoyado en un ejemplo extraído de su trabajo como profesor, al que le quedan unos meses en la Universidad Jaume I de Castellón pues ha solicitado una excedencia a partir del próximo 1 de septiembre “con enorme dolor”, ha explicado la diferencia, a su entender, entre vivir y sobrevivir.
Ha relatado que a sus alumnos de la asignatura de Introducción a la Literatura Británica, obligatoria en primero de la carrera de estudios ingleses, les pregunta a sus alumnos si los escritores “son necesarios para que la gente viva”, o dicho de otra manera si “mañana” desaparecen todos los escritores la población en general seguiría viva.
Cuando algún alumno apunta “lo obvio”, que es responder sí a esa pregunta, Posteguillo les cuestiona sobre algo que ha compartido toda la sociedad como el confinamiento por el COVID-19 en 2020 y les pregunta “qué hacían” para que acaben explicando que veían series, películas, jugaban a videojuegos, “o alguno que va a por nota” leía libros.
“Detrás de todo ello, de una serie, incluso de un videojuego hay guionistas, escritores”, ha apostillado, por lo que ha recalcado que “los libros evidentemente no son necesarios si lo que queremos es ser robots, que no pensemos, que ingiramos alimento y bebida para pasar de un día al siguiente”, pero si lo que se busca es “vivir la vida” e incluso “vivir mil vidas”, son necesarios los libros.
Así, ha reconocido posteriormente que los libros con los que más ha “vivido” han sido muchos de los clásicos y se ha referido especialmente a El Quijote y a Cien Años de Soledad, sobre la que ha recordado el atardecer en el que leyó sus 100 últimas páginas, un momento que vivió intensamente.
Posteriormente, ha mencionado la cuestión de los formatos, y ha defendido que el libro en papel, pese a la llegada hace ya unos años de la versión electrónica, o la más reciente de los audiolibros, perdurará aunque reconoce que “es difícil decir qué tiene” para lograrlo. Así, ha apuntado la posibilidad de que, a diferencia de un texto digital, un libro “no te aboca a saltar de un sitio a otro”, sino que invita más a la reflexión.
EL ORIGEN DE ‘PREGONERO’
Al margen de ello, Santiago Posteguillo ha explicado que en su pregón comenzará por explicar el que es el origen de dicho término y cuyo origen ha fijado en el término latino ‘praecon’ y los ‘praecones’, unos funcionarios de la República romana cuyo cometido era inicialmente asistir a la administración en actos públicos como juicios.
Cuando el protagonista de sus nuevas novelas, Julio Cesar, llega a ser cónsul y promulga una ley de reforma agraria, opta por crear el denominado ‘acta diurna’, un tablón público en el que se reflejaba qué había votado cada senador sobre una u otra ley.
Ante el analfabetismo de una buena parte de la sociedad de Roma, se decidió que era oportuno proclamar en voz alta el contenido de dichas actas en varios lugares de la ciudad, cometido que se encargó a los ‘praecones’, quienes posteriormente evolucionaron para leer informaciones sobre otros asuntos de la sociedad o la cultura romanas.
De hecho, además de ser el origen de la palabra pregón, estos funcionarios fueron, en opinión de Posteguillo, unos de los primeros ejemplos del periodismo.
HEXALOGÍA
El autor valenciano, con orígenes en Castilla ya que su padre era burgalés, ha detallado también el proyecto en el que se encuentra inmerso, que es una hexalogía centrada en el personaje de Julio César, y que incluso no descarta que se tenga que ir a siete entregas, pues ha aseverado que el singular político romano estuvo rodeado de “un universo de personajes” de los cuales muchos merecerían una novela por sí solos.
En cambio, se plantea escribir otras cinco además de la publicada en 2022, ‘Roma soy yo’. La segunda, en la que ya trabaja, se centrará en la llegada de César al senado y al cargo de cónsul, y como ha apostillado ya tiene claro su trabajo “hasta 2031, aproximadamente”.
Tras la nueva entrega, para la que todavía no ha dado fecha, vendrán otras centradas en la Guerra de las Galias, la Guerra Civil, la historia de Julio César con Cleopatra o “el año 44, uno de los magnicidios más conocidos de la historia”.
Con estas seis, Posteguillo alcanzará las 14 novelas históricas ubicadas en la época romana, después de las trilogías centradas en Escipión –su debut ‘Africanus: el hijo del cónsul’ abrió un camino de éxito– y Trajano y la ‘bilogía’ en torno a la emperatriz Julia Domna.
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